jueves, 9 de octubre de 2014

EL MONUMENTO A ALFONSO XII EN EL RETIRO. LA OBRA DEL ARQUITECTO JOSÉ GRASES RIERA, MARIANO BENLLIURE Y OTROS ESCULTORES.

En el parque del Retiro de Madrid se levanta un bellísimo monumento del que disfrutan visitantes y madrileños, pero del que la mayoría apenas conoce algo de él: se trata del Monumento a Alfonso XII. Es una obra conmemorativa del rey que restauró la dinastía borbónica en España en 1875 y que murió en 1885, a la edad de 27 años, dejando una viuda y un hijo non nato.

El memorial, la inspiración.

La idea de recordar la memoria de Alfonso XII estuvo presente desde el año siguiente de su muerte, sin embargo no fue retomada en serio hasta 1901, poniéndose la primera piedra el 17 de mayo de 1902, el mismo día en que su hijo Alfonso XIII alcanzaba la mayoría de edad y era coronado rey de España. El conjunto aún tardó otros veinte años en ser terminado del todo.

Monumento a Alfonso XII desde el otro lado del estanque.

El edificio se diseñó como un complejo espacial que conjugara lo arquitectónico y lo escultórico, en la línea de otros que fueron realizados a finales del  siglo XIX y comienzos del XX en Europa para ensalzar la figura de ciertos monarcas. En concreto, fue su inspiración el levantado en Berlín a Guillermo I (1897) como homenaje al artífice de la unificación de Alemania. Por aquella época también se estaba levantando en Roma el dedicado al fundador del reino de Italia, Víctor Manuel II. El motivo para homenajear a nuestro rey, se muestra en una cartela en bronce sobre el alto pedestal que reza: A Alfonso XII, "El Pacificador". El seudónimo se hace patente en varias de las  representaciones escultóricas que ponen el énfasis en que consiguió acabar con las guerras civiles que asolaron nuestro país a lo largo del siglo XIX entre carlistas y liberales.

Monumento a Guillermo I en Berlín, 1897. Destruido por la RDA en 1950. Fue indudablemente la inspiración de José Grases.

El arquitecto José Grases Riera (1850-1919), la teatralidad como seña de identidad.

En 1901 se convocó el concurso para realizar el monumento y en las intrucciones sólo se estableció que debía tener una estatua ecuestre del rey. No se determinó el lugar en el que iba a ser emplazado, lo que fue precisamente el factor decisivo para que se le otorgara la obra al arquitecto José Grases Riera, que eligió el lugar más bello y donde podía lucir: el embarcadero del estanque del Retiro.  Este arquitecto catalán no era un desconocido en Madrid, puesto que ya había construido en 1887 otro de los edificios más bellos de la capital, el dela Equitativa. Esta construcción tenía un rasgo efectista que marcaría la seña de identidad de nuestro arquitecto. La parcela, con un ángulo agudísimo en la confluencia de las calles de Alcalá y de Sevilla, le inspiró para crear el efecto de una proa de barco hendiendo la ciudad. Su decoración barroquista y exótica, así como el efecto dinámico, también serán características que se aplicaran al monumento del Retiro.

José Grases Riera. Palacio de la Equitativa, actual Banco Español de Crédito, 1882.

La otra obra importante que levantará en Madrid este arquitecto, el palacio Palacio Longoria (1902), es uno de los pocos edificios claramente modernista de nuestra ciudad. Hoy es muy conocido por ser la actual sede de la SGAE. Aunque por estilo decorativo se aleja muchísimo de los dos anteriores, comparte con ellos el sentido de escenografía urbana.

José Grases Riera. Palacio Longoria, 1902.

Al elegir una orilla del estanque del Retiro como lugar para ubicar el monumento Grases Riera buscó crear premeditadamente efectos teatrales: la columnata actuaría de telón de fondo de un escenario en donde las esculturas serían simbólicos personajes de la vida de Alfonso XII y aquellos que lo contemplaran remando o desde  la otra orilla serían los siempre cambiantes espectadores. Al mismo tiempo pretendió que el recinto fuese una plaza donde pasear y descansar sentado en la escalinata que desciende suavemente hacia el agua. El mirador hacia el plácido estanque se hace especialmente atractivo cuando comienza la puesta de sol en el parque.

Tarde ideal bajo el monumento. Tonos dorados del atardecer, cálidos rayos y el reflejo sobre el agua.

EL MONUMENTO.
El conjunto, como ya he dicho, se compone de una parte arquitectónica, realizada por Grases Riera, y otra escultórica donde trabajaron muchísimos artistas, entre los que hay que destacar a Mariano Benlluire.

Grases Riera, José. Monumento a Alfonso XII. Planta y alzado, 1902-1922.

  1. 1. La columnata
La parte arquitectónica la constituye un espacio abierto o plaza (86 metros de largo por 58 metros de ancho), casi cerrado por uno de sus lados por una columnata jónica doble que forma un hemiciclo dividido en dos tramos o logias, que recuerda, salvando las distancias y las dimensiones, a la columnata de Bernini en la plaza de San Pedro. En medio de éstas se abre una puerta trasera por la que se comunica a través de un paseo el monumento con la plazoleta donde está la estatua ecuestre de Arsenio Martínez Campos, el general que con su pronunciamiento de diciembre de 1874 trajo a Alfonso XII al trono. La concavidad de la plaza contiene la torre central de 30 metros de alto y una suave escalinata que desciende hacia el estanque y que ofrece el contraposto de la convexidad. Como si fuera un escenario teatral también posee dos entradas en los laterales con terrazas/miradores hacia el lago.

Entrada/salida trasera del monumento a Alfonso XII en el Retiro. Al fondo del paseo la estatua ecuestre de Martínez Campos, obra de Mariano Benlliure.

Hoy la columnata, restaurada y limpia, luce espectacular, aunque resulta monótona en relación al resto del monumento en donde se busca el contraste de colores y de materiales. Apenas destaca el gris del granito del banco corrido y de los fustes monolíticos sobre la arenisca blanquecina del conjunto.

Las cuatro esculturas sedentes femeninas adosadas a los pilares son las únicas notas de contraste en las logias. Estos bronces representan alegorías de todo aquello que el rey impulsó o fomentó bajo su breve mandato. Están realizadas por distintos escultores y  poseen, por tanto, una mayor o menor calidad artística y modernidad según la mano del maestro: “La Agricultura” es de José Alcoverro; “El Comercio y la Industria”  de José Clará; “Las Artes” de Joaquín Bilbao;  y “Las Ciencias” es de Manuel Fuxá.

Monumento a Alfonso XII en el Retiro, Madrid. Las Ciencias (1920) de Manuel Fuxá Leal, de una evidentísima influencia de Miguel Ángel y  sus sibilas de la capilla Sixtina.

En los pilares exteriores se realizaron también dos grupos alegóricos, pero en piedra, que representan el apoyo del ejército a la monarquía. En el lado izquierdo, según se entra en la plaza, se encuentra dos magníficas figuras que representan a La Marina de Mateo Inurria; y en el derecho dos soldados que representan al Ejército de Tierra deJosé Montserrat.

José Grases Riera. Monumento a Alfonso XII, entrada trasera.

La frialdad de materiales y la rigidez y el clasicismo de las esculturas no formaban parte del proyecto inicial deGrases Riera, que diseñó un monumento más dinámico y colorístico. En el friso, por ejemplo, se echa en falta una nota de color para resaltar mejor los dos elementos decorativos que lo configuran: los escudos de todas las provincias españolas intercalados entre las figuras de niños practicando oficios. La falta de presupuesto impidió que los escudos fueran realizados en bronce consiguiendo de esa manera un mayor impacto visual.

Monumento a Alfonso XII. Escudos y niños del friso de la columnata, obra de P. Estany.

El edificio además fue mutilado durante la Guerra Civil privándole de otras ornamentaciones en bronce como: las cuatro figuras aladas, Victorias y Famas, que coronaban las cúpulas de los cuatro pilares; los jarrones/florones que remataban las balaustradas; o las farolas con amorcillos y decoración vegetal que lo iluminaban desde la barandilla de la terraza corrida. En la composición fotográfica de abajo nos podemos hacer una idea de cómo fue con estos añadidos hasta finales de los años 30.

Reconstrucción del monumento con sus elementos decorativos perdidos.

  1. 2. La torre central.
El protagonismo del monumento lo constituye, sin duda, el cuerpo central o torre que realza la estatua ecuestre deAlfonso XII y que sirve de soporte para el resto de la decoración escultórica que ensalza la figura del monarca.

La estatua en bronce de Alfonso XII es, a mi juicio, la obra de mayor calidad del conjunto, aunque al estar situada a tan gran altura nos impide verla con la cercanía que se debiera. Es uno de los mejores trabajos del escultorMariano Benlliure, que también realizó la otra estatua ecuestre cercana del general Martínez Campos ya mencionada. Tiene un tamaño dos veces mayor que el natural y domina el horizonte desde la cúspide. Presenta al rey vestido de capitán general en el momento de pasar revista a las tropas. Todo el mundo alabó en su momento que fue un retrato muy realista del monarca. Su actitud, sin embargo, es idealizada porque quiso transmitir la idea de que él fue quien trajo la paz a los españoles. Tanto el rey como su caballo se muestran tranquilos, pero a la vez con un gesto enérgico que emana de su brazo y de la españa, como poniendo fin a las disputas de los españoles.

Mariano Benlliure. Retrato ecuestre de Alfonso XII en el monumento del Retiro, 1902.

Por debajo de la figura de Alfonso XII, la torre presenta una decoración muy historiada con estatuas, bajorrelieves y decoración arquitectónica en varios pisos.
  • Dobles columnas de orden compuesto (bronce y piedra) sujetan un entablamento con friso con relieves de palomas, alusivas a su título de Pacificador, y cornisa muy volada.
  • Entre las columnas hay tondos con las virtudes personificadas que deben atribuirse al soberano: Prudencia, Justicia, Fortaleza y Templanza.
Miguel Blay. Alegoría de la paz en el Monumento de Alfonso XII (1919).

  • En la base de las columnas y orientadas hacia los tres frentes que son visibles desde el estanque aparecen grupos alegóricos de aquello que aportó el rey a España. Destaca el de "La Paz" (1919), obra de Miguel Blay, por sobrealzarse a los demás y estar hecho en bronce. La composición es dinámica y ascendente: dos soldados, enemigos hasta entonces, se abrazan mientras una madre retiene al niño que quiere sumarse a la acción y la figura femenina de la Paz les bendice. En el lateral derecho se representa “El Progreso” de Miguel Ángel Trilles y en el  izquierdo “La Libertad”  de Aniceto Marinas. Sobre el cuarto lado se pensó en otro grupo, pero no llegó a realizarse, reemplazándose con un águila que vigila la entrada a una cripta.
La Caridad Real de Lorenzo Coullaut Valera.

  • En el proyecto inicial se preveía que en el zócalo de los grupos escultóricos se colocaran hasta quince paneles de bronce en los que se narrara la vida de Alfonso XII. Finalmente sólo se realizaron tres, quedando el resto lisos: “La Paz” de Miguel Blay, otra vez repitiendo el modelo que realizó en bulto redondo pero con menor gracia; “La Instauración de la Monarquía” de Pedro Carbonell; y “La Caridad Real” de Lorenzo Collaut Valera. Pese a su tamaño y el estar en el mejor sitio para ser vistos por el público, resultan ser las obras de peor calidad del conjunto.
  1. 3. La escalinata/embarcadero y las terrazas.
Cierra el monumento la parte claramente vinculada al estanque la escalinata/ embarcadero que desciende hasta el agua y flanqueando las terrazas abaluastradas para apoyarse y mirar hacia el agua.

De la escalinata destacan las obras escultóricas de cuatro leones sobre pedestales, obra de Agapito VallmitjanaPedro Estany . Originalmente se hicieron en piedra por falta de presupuesto, pero debido a su deterioro fueron sustituidos por copias de bronce en el año 2000. Llegando cerca del agua hay otras cuatro figuras de sirenas que labraron Antonio AlsinaRafael AtchéAntonio Parera y Antonio Coll. Cabalgan sobre peces y crustáceos a través de los cuales emana el agua cuando la fuente está activada.

Sirenas y leones del monumento a Alfonso XII.

El mismo efecto se realiza a través de las grutas que se abren medio camufladas bajo las terrazas laterales. Por último, en las entradas laterales hay dos grupos escultóricos en cada una con un león y niños juguetones, que complementan el conjunto escultórico. También éstos han sido sustituidos por copias en bronce.

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