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martes, 30 de septiembre de 2014

EL CLAUSTRO DE SANTO DOMINGO DE SILOS. CAPITELES Y RELIEVES DE LOS PILARES ESQUINEROS. Comentarios de un capitel con leones enredados en tallos y del pilar con "La Duda de Santo Tomás".

Breve Historia del monasterio de Santo Domingo de Silos.

La historia del monasterio debió comenzar en el siglo IX, cuando los cristianos repoblaron la zona. El primer centro estuvo dedicado a San Sebastián, pero de él nada quedó tras las aceifas de Almanzor de finales del siglo X.

En 1041 el rey Fernando I de Castilla acogió a Domingo, prior del monasterio riojano de San Millán de la Cogolla expulsado de Navarra. Será nombrado abad de Silos y durante 32 años restablecerá el monasterio y el poder de la comunidad. Murió en 1073 y en 1076 será canonizado, tomando el monasterio la advocación del santo abad enterrado allí.  Fueron otros abades los que vieron terminado la iglesia (1088) de tres naves y cinco ábsides (hoy desaparecida), siguiendo el modelo de Cluny II , y el claustro que aún perdura y es objeto de nuestra atención en este artículo.

Planta del monasterio en el siglo XII. En color negro lo desaparecido en el siglo XVIII.




En el siglo XVIII se derribó el templo románico para sustituirlo por otro neoclásico, obra de Ventura Rodríguez. a desamortización dejó durante 45 años (1835-1880) el monasterio deshabitado, hasta que fue recuperado por una comunidad de monjes benedictinos provenientes de Francia.

El monasterio hoy en día.




El claustro del monasterio.

El claustro es el  centro neurálgico de la vida monacal que reparte las distintas dependencias del monasterio, como podemos ver en la planta anterior. No es totalmente cuadrado, ni tiene el mismo número de arcos en cada lado, porque es fruto de los cambios constructivos de diversas épocas y de los distintos maestros que esculpieron en el mismo. Tiene dos pisos:
  1. el inferior (que es el que nos interesa) realizado entre finales del siglo XI y el primer tercio del siglo XII con notables capiteles decorativos e historiados y  magníficos relieves en los pilares esquineros del pórtico.
  2. y el superior construido a finales del XII, pero perfectamente integrado con el piso inferior.
El claustro inferior y superior. El jardín central y el famoso ciprés al que dedicó su soneto Gerardo Diego.



El claustro inferior es obra de al menos dos maestros, uno que trabajó a finales del siglo XI y otro que lo hizo en la primera mitad del siglo XII.



Obra del primer maestro o grupo de escultores de finales del siglo XI son los capiteles de las alas Norte, Este y parte de la Oeste y los relieves esquineros de la A a la F. A él pertenecen las dos obras que vamos a comentar.

Los capiteles 1 a 36. Capitel nº 13 con leones enredados en tallos.

Los capiteles del 1 al 36 son fáciles de reconocer puesto que se sostienen por columnillas muy separadas, que crean dos cestas unidas. Poseen además un ábaco decorado con tallos entrelazados  Su temática es desconcertante puesto que no representan temas religiosos sino monstruos y seres fantásticos que se enredan en juegos de geometrías.

Capiteles del ala este del claustro. A la izquierda, las entradas al crucero de la iglesia y a la sala capitular.




El capitel número 13 se encuentra frente a la puerta de entrada al crucero de la iglesia (el segundo de los de arriba). El escultor representó a unos leones mordisqueando unos tallos vegetales que los atrapan en una filigrana enredada.  Los animales se disponen en parejas, en las que cuellos y rostros se encuentra en las esquinas mientras sus cuerpos se extienden por toda la cara del capitel.



Su técnica de talla profunda recuerda la decoración de las arquetas de marfil realizadas en talleres cordobeses y, por tanto, nos habla de una doble influencia: la oriental y las de las artes menores en la escultura.



Es difícil precisar el significado de este y de los otros capiteles. ¿Se trataba de un simple ornamento o tenían un sentido simbólico? Los artistas cristianos estaban influidos por la plástica oriental, en la que animales, tanto fantásticos como reales, desempeñaban un importante papel decorativo. A ello se unió el sentido alegórico que imprimió la Iglesia católica a los Bestiarios donde el león, rey de los animales, se asociaba a la figura de Jesús. Pero también una figura de león enredado, como en este caso, podía simbolizar al pecador atrapado por sus faltas.

Los relieves esquineros. La Duda de Santo Tomás.

Los relieves esquineros realizados por el primer maestro de Silos componen seis escenas  que podemos definir como: el Sepulcro/Resurrección y el Descendimiento (A y B); los Discípulos de Emaús y la Duda de Santo Tomás ( C y D); y la Ascensión y el Pentecostés (E y F).

La esquina  con los relieves de los Discípulos de Emaús y de la Duda de Santo Tomás.




La Duda de Santo Tomás es una escena enmarcada con dos finas columnillas corintias sobre las que descansa un arco de medio punto almenado. En las enjutas dos torres y sobre el arco dos mujeres y dos hombres tocando instrumentos musicales como festejando la resurrección. El episodio principal es la conocida anécdota que protagoniza Tomás, uno de los discípulos de Cristo, que no creía que sus compañeros  habían visto al maestro. Jesús le ofrece su costado para que compruebe sus heridas, demostrando que ha resucitado, demostrando así su divinidad.



  • Para mostrar a los doce apóstoles, el artista los coloca superpuestos en tres series puesto que es incapaz de mostrarlos en una correcta profundidad.
  • La sensación es de un fuerte abigarramiento por tenerse que adaptar al marco arquitectónico, pero concentra su atención en las figuras de Cristo, Santo Tomas y San Juan, las únicas con posturas distintas y con cierta expresividad en su mirada, reforzada por tener las pupilas excavadas para introducir en ellas azabache, que no en su rostros.
Detalle principal y rostros de los tres personajes principales.




  • Los cuerpos se descoyuntan en posturas forzadas (véase las piernas y los pies de los discípulos de la derecha), al mismo tiempo que Cristo adopta una postura muy rígida en su brazo, como si todavía estuviese crucificado.
  • Los personajes son estereotipos que se diferencian por el halo de santidad donde se les nombra o por algún objeto simbólico que portan.

  • Cristo aparece representado bajo la ley arcaica de la jerarquía de tamaño, por la que el personaje más importante debe destacar en dimensiones sobre los inferiores en dignidad.


Otras imágenes del Monasterio.

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