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domingo, 19 de octubre de 2014

EL SANTUARIO ETRUSCO DE PYRGI. EL RELIEVE DE TIDEO Y CAPANEO EN EL SITIO DE TEBAS.

El altorrelieve en terracota de Pyrgi que recoge dos episodios del relato de los siete contra Tebas destaca entre las muchas obras maestras expuestas en el Museo Nacional Etrusco de Roma. La obra merece la pena no sólo por su importancia histórica sino también por su gran perfección técnica y por su aportación iconográfica.

El altorrelieve de Pyrgi tal como se expone en el Museo Nacional Etrusco de Villa Giulia, Roma. 470-460 a. C.

El relieve fue descubierto en fragmentos (debido en parte al arado de la tierra) entre 1956 e inicios de la década de 1960 cerca de Santa Severa en un campo próximo al antiguo puerto de Caere (actual Cerveteri), ciudad etrusca que distaba unos 50 kilómetros de Roma por la vía Aurelia. Las excavaciones sacaron a la luz un enorme santuario de unos 6000 metros cuadrados, casi con certeza el mismo que según autores griegos estuvo dedicado a las diosas Ilitía, de los nacimientos, y de Ino-Leucótea, diosa del mar y de la navegación. Este santuario fue clave en la historia durante al menos los siglos VI a IV a. C., puesto que servía de lugar de culto y de garantía sagrada a las transacciones comerciales que se realizaban en el emporio cercano entre etruscos, griegos y cartagineses.

Mapa con los principales asentamientos etruscos en la Toscana.

La importancia que el lugar tenía en la economía de Etruria y de las civilizaciones del Mediterráneo central se confirma por el hallazgo único que se hizo en este área de tres láminas de oro, dos escritas en etrusco y otra en púnico, está tercera con un texto asimilable a la más larga realizada en lengua etrusca. Se fechan hacia finales del siglo VI o principios del siglo V a. C. y parece que el hecho de que tienen agujeros hechos por clavos nos indicaría que estaban destinadas a ser leída en una pared o puerta.

Las láminas de Pyrgi, hacia el siglo VI-V a. C.

El santuario tuvo diferentes fases de construcción. Quizá existiera un lugar de culto desde la primera mitad del siglo VI a. C., pero el templo conocido como A, que es donde se encontraba nuestro relieve fue construido entre el 470 y 460 a. C. Por su gran riqueza, este santuario fue saqueado en 384 a. C. por Dionisio el Viejo, tirano de Siracusa, quien obtuvo de él un gran botín. Pese al saqueo, su historia continuó, gracias a sus relaciones posteriores con Roma. La última noticia importante con la que contamos es la fundación por parte de Roma de la colonia romana de Pyrgi hacia el año 264 a. C. Fue entonces cuando el templo se desmanteló y los relieves de terracota fueron enterrados cuidadosamente junto con los muchos revestimientos del mismo material que habían protegido y adornado el tejado del edificio.

Santuario de Pyrgi, templos A y B. Plantas y reconstrucción. Los templos reflejan bien a las claras las peculiaridades de los templos etruscos, sobre todo el A: forma rectangular con amplio próstilo de entrada y naos dividida en tres espacios. La reconstrucción exterior nos presenta templos tetrástilos de orden toscano: con tejado a doble vertiente que dejan un tímpano triangular en la portada de acceso y posterior; elevados sobre podium y acceso sólo frontal.

El relieve que vamos a tratar en profundiad representa una escena ambientada en el mundo remoto de los dioses y los héroes de un ciclo celebrado en toda Grecia y en la Etruria filohelénica. Como ya hemos dicho perteneció al templo A, el más monumental de Pyrgi, y estuvo situado en lo alto de su frontón posterior, la que dominaba la entrada principal al recinto sagrado según se venía de Caere, como podemos ver en el vídeo realizado por la Università della Sapienza di Roma, del que además hemos sacado alguna imagen.



El Relieve ubicación y realización técnica.

La placa del relieve tiene el tamaño aproximado de una metopa de un gran templo como el Partenón, 132 x 137,5 cm, y estaba policromada. Tras ser modelado en arcilla, el relieve fue cortado en dos partes para facilitar su trasporte hasta el horno y el proceso de cocción. Luego se fijó al extremo más elevado (columen) del tímpano del templo con doce clavos de bronce. Los dos mutuli laterales tenían también relieves de terracota con otros episodios del ciclo de los siete contra Tebas, pero la escasez de fragmentos conservados ha imposibilitado su reconstrucción.

Reconstrucción del columen trasero del templo A del santuario de Pyrgi. Imagenes compuestas con del vídeo de la Università della Sapienza di Roma e il Polo museale. El relieve fue exhumado durante las excavaciones realizadas por esta universidad, bajo la supervisión de Giovanni Colonna y Massimo Pallottino.

El maestro escultor aprovechó a conciencia las cualidades técnicas de la arcilla, con una gradación que va desde los detalles casi planos del fondo hasta las cabezas exentas. También dispuso meticulosamente la composición de modo que las dos figuras del primer plano están tendidas sobre el suelo, mientras que las demás adoptan diversas posturas hacia el fondo, lo cual crea la ilusión de dos registros superpuestos. Sin embargo, todas las figuras descansan sobre el marco inferior de la placa, unificando así la escena en el tiempo y el espacio. Como altorrelieve carece de precedentes, ya que en ningún otro relieve etrusco había sido capaz de superponer figuras de terracota que sobresalieran tanto, lo que debió plantear riesgos y dificultades durante la cocción.

Frontón del templo A del santuario de Pyrgi. Escena de la Tebaida con Atenea, Zeus, Polifonte, Capaneo, Tideo y Melanipo. En esta imagen lateral podemos ver la dificultad técnica de mantener unas figuras de arcillas tan sobresalientes del plano.

El bello modelado de los cuerpos desnudos y las expresiones, tanto la "perplejidad" de Atenea como los dientes apretados de los combatientes, invitan a la comparación de la obra con el primer estilo severo griego, pese al arcaico tratamiento de telas, ojos, cabellos y barbas.

El relieve. Análisis iconográfico.

La leyenda de los siete contra Tebas es el relato, popularizado por una obra de Esquilo de 467 a. C., del sitio de dicha ciudad por un ejército liderado por siete hombres. La narración culmina en la batalla que enfrenta a dos hermanos, Eteocles y Polnices. Además del fratricidio final, las escenas del relieve de Pyrgi representan a los líderes más desafiantes y temidos de los asaltantes, Tideo y Capaneo.

Tideo aparece en el registro inferior, empeñado en un combate a muerte con su adversario tebano Melanipo. Ambos han sido mortalmente heridos por jabalinas, y sus cuerpos entrelazados se extienden por toda la anchura del relieve. Tideo tiene cogido a su rival por el cuello y en la mano derecha blandearía una espada, que no se ha conservado. Melanipo trata en vano de desenvainar la suya. Sin embargo, la acción más violenta y que provoca la intervención de los dioses es cuando Tideo intenta romper el cráneo a su enemigo para comerse su cerebro. La cultura griega había rechazado siglos antes la práctica del canibalismo con los enemigos derrotados. En una esquina de la placa vemos a la diosa Atenea que lleva una jarra de atanasia, la poción capaz de hacer inmortal a su protegido Tideo, pero dado ese acto de barbarie cruel, la diosa se marchará indignada y el héroe morirá.

Atenea acude al socorro del moribundo Tideo con la jarra de atanasia.

En el centro y en el lado derecho del registro superior se representan los hechos de Capaneo. Según la leyenda, éste acababa de afirmar que ni siquiera el mismo Zeus podría impedirle escalar los muros de Tebas. Hombre y dios se encaran, con un guerrero tebano, Polifonte, cohibido entre ambos. Zeus alza su brazo con la intención de lanzar un rayo (no conservado) y castigar a Capaneo por su hibris. El mortal abre la boca en un gesto de dolor y comienza a caer, blandiendo en vano la espada.

El relieve. Finalidad.
En términos iconográficos se trata de una obra de gran originalidad tanto desde la perspectiva griega como etrusca. Podemos sospechar que había una finalidad en representar esta obra y que sería de tipo política. La hipótesis más verosímil es la que plantea que, para cuando se realizó el relieve, hacía poco que Caere se acababa de librar del tirano Tefarie Velianas, aliado de los cartagineses y que adoraba a la diosa Astarté. El tirano y los cartagineses personificarían la crueldad, la impiedad y la insolencia de los asaltantes, mientras que los caeretanos se arrogarían el papel de la moralidad y del respeto a los dioses de los tebanos.
Es precisamente, la inspiración moral que impregna toda la obra lo que la eleva por encima del arcaísmo y hace de este relieve un monumento único del arte etrusco.

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También de la civilización etrusca.

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