El edificio fue uno de los más grandes que se construyeron en la ciudad, ocupando una gran extensión entre los montes Quirinal y Viminal. Estas termas, junto con la Basílica de Majencio y el circo de este mismo emperador en la vía Apia, nos permiten comprender a través de sus imponentes ruinas lo importante que todavía eran los trabajos estatales en Roma a comienzos del Bajo Imperio o Antigüedad Pagana Tardía.
En este mapa de Roma podemos comparar la superficie que ocupaba, parecida o incluso mayor que las de monumentales de Trajano y Caracalla. También podemos establecer la comparación con otros edificios como el Coliseo o los circos y estadios.
La estructura era muy clara o canónica, ya que repetía un modelo derivado de las de Trajano y de Caracalla. Un gran muro perimetral cerraba un recinto con jardines y espacios porticados rectangulares y en forma de exedra que daban a él y un edificio central en donde se ubicaban las dependencias propiamente de baños.
Las dimensiones del edificio eran de 380 x 360 metros para las construcciones que vallaban su perímetro exterior y de 250 x 180 metros para las dependencias del interior donde se encontraban los baños propiamente dichos. El agua provenía del acueducto Marcia que surgía en Tívoli.
Planta de las termas de Diocleciano. Los números hacen referencia a : (1) Caldarium; (2) Tepidarium; (3) Frigidarium: (4) Natatio; (5) Palestras; (6) Entrada principal al recinto; y (7) Gran exedra.
Durante los siglos siguientes fue una gloriosa ruina que, como otros edificios de la Roma Antigua, fue perdiendo todo material aprovechable para otras construcciones o para fabricar cal.
Baños de Diocleciano según un grabado de Etienne Du Pérac, mediados del siglo XVI.
A partir del siglo XVI lo que quedaba del edificio fue parcialmente aprovechado. Varias zonas fueron reutilizadas como base para construir iglesias y otras construcciones, entre ellas la conocida iglesia en memoria de los mártires en el espacio central de las termas: Santa María de los Ángeles y de los Mártires (entrada por el caldarium, vestíbulo en el tepidarium y basílica en el frigidarium) con la Cartuja y claustro (frigidarium) de los frailes que la asistían; y la Iglesia de San Bernardo alle Terme (una de las salas circulares de sus esquinas, el número 195 en el plano de abajo).
Detalle del plano de Roma trazado en 1748 por Giovanni Battista Nolli.
En 1889 la cartuja con su claustro pasó a ser el Museo Nacional Romano. En el siglo XIX y XX los restos que quedaban desaparecieron bajo la remodelación urbanística que creó las plazas de la Exedra (República) y del Cinquecento (la estación de Términi). La mayoría de las construcciones que ocupaban el complejo de 13 hectáreas han desaparecido.
Hoy en día, la gran extensión que ocupaban estas termas han dejado huella en la planimetría de la zona e incluso en las calles circundantes se pueden observar restos de las termas.
Foto aérea de la zona con la Plaza de la Reppublica en lo que fue la exedra.
La empresa Capware ha recreado este
edificio basándose en los diseños meticulosos realizados por Edmond Jean-Baptiste Paulin en
el último tercio del siglo XIX. Aquí podéis disfrutar de ella.
Terme di Diocleziano | Ricostruzione Virtuale CAPWARE from Capware on Vimeo.
La estructura de las termas era similar a las Termas de Caracalla, construidas un siglo antes, y con casi la mitad de capacidad. Se construyó con ladrillo y hormigón en su estructura, siendo revestido el interior con mármoles y mosaicos, y el exterior con estucos y elementos arquitectónicos y escultóricos.
En el año 2000 se recuperaron los espacios una sala octogonal y dependencias laterales y se destinaron a museo de las termas de Diocleciano donde mostrar una colección de esculturas, además de servir de salas de exposiciones. En 2014, además se ha abierto otros espacios en el otro extremo. Estos espacios se muestran desnudos en su ladrillo y hormigón estructural, tal y como quedaron tras el saqueo sistemático de materiales a los que fueron sometidos durante siglos. Como muestras de cómo estaban recubiertas de mármoles se han expuesto algunas cornisas.
El espacio más destacado de
la recreación virtual de Capware es su famosa piscina al
aire libre (natatio) de 4.000
metros cuadrados . Es a través de ella como podemos comprender el cambio definitivo de los cánones de gusto clasicista oficial, establecidos tres siglos antes por Augusto. De la fachada que daba a la natatio sobresalían los contrafuertes sobre los que recaían el peso de las bóvedas interiores. El juego de salientes y entrantes en tramos rectos y cóncavos servía para dar luz al interior y comunicar la piscina con el frigidarium, pero además aportaba al edificio un movimiento muy barroco. El juego decorativo de sistemas abovedados (arcos de medio punto, carpanel y escarzano) con el adintelamiento era una peculiaridad de la época que también pudimos ver en el palacio de Diocleciano en Split.
Los estribos sobresalientes eran ocultados bajo un ropaje de dos pisos de columnas y entablamentos donde se superponían los estilos jónico y corintio. La apariencia arquitectónica era exuberante no faltando columnas de distintos material y color, frontones y nichos semicirculares y rectangulares donde se agitaban estatuas de mármol en su interior.
En la recreación incluso no se han privado de colocar hasta cuatro imágenes en bronce del emperador Diocleciano conduciendo una biga. El emperador victorioso estaría cubierto por un templete y coronaría cada uno de los cuatro contrafuertes sobresalientes que se introducían en la piscina.
Detalle del capitel compuesto y del collarino de la columna monolítica original de la terma que encontramos en el interior de la basílica.
Impresiona la magnitud del proyecto y el pensar que ocupaba casi14 hectáreas y que podía albergar en su interior para dar servicio de baños a más de 3.000 personas.
Imagen recreando un bullicioso día de baños en la sala del frigidarium. Dibujo de Edmond Jean-Baptiste Paulin.
El gran frigidarium que se situaba en el centro de la simétrica terma imperial podía considerarse desde el punto de vista arquitectónico como una unidad en sí mismo. Utilicemos imágenes del vídeo para ilustrar cómo era.
La nave central estaba cubierta por tres elevadas bóvedas de arista, que repartían el peso de esta techumbre en puntos fuertes, ya que necesitaba abrir en el muro grandes ventanales que iluminaran su interior. Así hacía recaer el peso sobre un sistema de fuertes pilares interiores y contrafuertes exteriores y en columnas semiexentas. Para reforzar la estructura se disponían tres cámaras laterales con bóveda de cañón en cada lado, que también hacían recaer el peso en el macizo pilar.
En la foto de la recreación vemos los dos potentes pilares que dividían los tres espacios de las naves laterales del frigidarium. Dos pequeños pasillos bajo bóveda de cañón los horadaban para unir los tres ámbitos. Solo las columnas más grandes de fuste liso servían de sostén, las otras de fuste acanalado y las pilastras actuaban más como elementos decorativos.
Semejante disposición de elementos de soten y sotenidos fue repetida después en la Basílica de Majencio del foro romano.
Basílica de Majencio, 306-312.
Pero el frigidarium era también el punto de intersección de los dos ejes principales del edificio desde el cual la vista podía recorrer un panorama escenográfico de luces y sombras y todo un conjunto iconográfico de mosaicos y esculturas.
Terme di Diocleziano | Ricostruzione Virtuale CAPWARE from Capware on Vimeo.
La estructura de las termas era similar a las Termas de Caracalla, construidas un siglo antes, y con casi la mitad de capacidad. Se construyó con ladrillo y hormigón en su estructura, siendo revestido el interior con mármoles y mosaicos, y el exterior con estucos y elementos arquitectónicos y escultóricos.
En el año 2000 se recuperaron los espacios una sala octogonal y dependencias laterales y se destinaron a museo de las termas de Diocleciano donde mostrar una colección de esculturas, además de servir de salas de exposiciones. En 2014, además se ha abierto otros espacios en el otro extremo. Estos espacios se muestran desnudos en su ladrillo y hormigón estructural, tal y como quedaron tras el saqueo sistemático de materiales a los que fueron sometidos durante siglos. Como muestras de cómo estaban recubiertas de mármoles se han expuesto algunas cornisas.
La nueva esquina del edificio que se ha abierto este año alberga una gran sala oval (probablemente el apodyterium, el vestuario). Comparte con la sala octogonal una cubierta de cúpula con óculo octogonal y un interesante reparto escalonado de pesos de la bóveda a través de pequeñas exedras.
Los estribos sobresalientes eran ocultados bajo un ropaje de dos pisos de columnas y entablamentos donde se superponían los estilos jónico y corintio. La apariencia arquitectónica era exuberante no faltando columnas de distintos material y color, frontones y nichos semicirculares y rectangulares donde se agitaban estatuas de mármol en su interior.
En la recreación incluso no se han privado de colocar hasta cuatro imágenes en bronce del emperador Diocleciano conduciendo una biga. El emperador victorioso estaría cubierto por un templete y coronaría cada uno de los cuatro contrafuertes sobresalientes que se introducían en la piscina.
Nos podemos hacer algo de idea del lujo y del volumen espacial in situ, si entramos en la gran nave de Santa María de los Ángeles y los Martires, la que albergaba el frigidarium de las termas. Las tres bóvedas de arista del crucero de la basílica, apoyadas en ocho enormes columnas monolíticas de granito, son los únicos materiales supervivientes del esplendor original del edificio romano.
Detalle del capitel compuesto y del collarino de la columna monolítica original de la terma que encontramos en el interior de la basílica.
Impresiona la magnitud del proyecto y el pensar que ocupaba casi
Imagen recreando un bullicioso día de baños en la sala del frigidarium. Dibujo de Edmond Jean-Baptiste Paulin.
El gran frigidarium que se situaba en el centro de la simétrica terma imperial podía considerarse desde el punto de vista arquitectónico como una unidad en sí mismo. Utilicemos imágenes del vídeo para ilustrar cómo era.
La nave central estaba cubierta por tres elevadas bóvedas de arista, que repartían el peso de esta techumbre en puntos fuertes, ya que necesitaba abrir en el muro grandes ventanales que iluminaran su interior. Así hacía recaer el peso sobre un sistema de fuertes pilares interiores y contrafuertes exteriores y en columnas semiexentas. Para reforzar la estructura se disponían tres cámaras laterales con bóveda de cañón en cada lado, que también hacían recaer el peso en el macizo pilar.
En la foto de la recreación vemos los dos potentes pilares que dividían los tres espacios de las naves laterales del frigidarium. Dos pequeños pasillos bajo bóveda de cañón los horadaban para unir los tres ámbitos. Solo las columnas más grandes de fuste liso servían de sostén, las otras de fuste acanalado y las pilastras actuaban más como elementos decorativos.
Semejante disposición de elementos de soten y sotenidos fue repetida después en la Basílica de Majencio del foro romano.
Pero el frigidarium era también el punto de intersección de los dos ejes principales del edificio desde el cual la vista podía recorrer un panorama escenográfico de luces y sombras y todo un conjunto iconográfico de mosaicos y esculturas.
Más sobre arquitectura romana en este blog.
Hola Alfredo, gracias por el esfuerzo de divulgación que te estás pegando. ¿Hay forma de contactar contigo por correo electrónico?.
ResponderEliminarGracias a ti John por seguir el blog. Si no puedes contactar a través del perfil, que creo que a veces da problemas, tienes otra forma a través de un mensaje (al final) en mi página web de jindo http://algargos.jimdo.com/
ResponderEliminarSaludos
Brutal super preciso. Espacios, Texturas , luz todo Estupendo
ResponderEliminarAbsolutamente impresionante el trabajo espectacular de divulgación. Un 10.
ResponderEliminarMeus cumprimentos pelo excelente trabalho
ResponderEliminarMuchas Gracias
EliminarMuchísimas gracias por tus explicaciones, la presentación, todo. Me estás ayudando enormemente en mis estudios de arte.
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