La muerte en Roma tenía reservado el espacio en el exterior de las ciudades. Los romanos tenían prohibido el enterramiento intramuros, pero más allá de ellos se levantaban necrópolis donde los más pudientes se hacían enterrar. Las cunetas de todas las vías estaban invadidas a lo largo del camino de grandes y pequeños cipos, monumentos y mausoleos familiares y de sociedades que recordaban a sus difuntos. Las más importantes como la Apia o la Latina concentraban en los primeros kilómetros miles de ellos.
Reconstrucción fantasiosa del siglo XIX de la vía Apia.
Los monumentos de los más humildes han quedado en el olvido. De ellos sólo permanece algún trozo de lápida o restos de un podium. Sólo los edificios más grandes, pertenecientes a las familias más influyentes de Roma, han sobrevivido sumidos en ruina.
Estado de algunos monumentos en la actual Via Apia Antica.
Pinchando sobre el mapa de Roma que te ofrezco debajo podrás localizar los principales restos arqueológicos funerarios que quedan hoy en día en la ciudad. Alguno iremos nombrando a lo largo de este y de otro artículo.
Los enterramientos más humildes. La cista, el columbario y la catacumba.
El enterramiento de los pobres en Roma era la fosa común. Si había dinero para incinerar el cadáver se enterraban sus cenizas bajo piedras o creando un hueco en el suelo donde depositar una cista o una vasija con las mismas. Sobre la superficie se podía dejar una lápida o un cipo, a modo de estela conmemorativa, donde se reseñaran los datos más relevantes del enterrado.
Aquellas familias más adineradas excavaban en una parcela de su propiedad una cámara bajo el suelo a la que se accedía como si fuese un pozo. En ella se depositaban las urnas con las cenizas de sus difuntos en los huecos practicados en las paredes. Este tipo de enterramiento se conocía con el nombre de columbario porque estas hornacinas recordaban los palomares con sus nichos para los pájaros. Debajo puedes ver una reconstrucción de estos sencillos espacios funerarios (museo de Córdoba). Si además pinchas sobre la imagen podrás ver como podía ser uno en una recreación en 360º.
http://recursos.cnice.mec.es/latingriego/Palladium/cclasica/images/columbario42pg.gif
En Roma estos columbarios también podían ser edificados e incluso existían sociedades creadas ex profeso (colegios funerarios) que se organizaban para dar sepultura dignamente a sus socios. Podemos destacar por su grandeza y monumentalidad los creados a partir de finales del siglo I a. C. por los libertos de la familia imperial Julio Claudia en Vigna Codini. En España tenemos ejemplos en Carmona, Mérida y Tarragona.
Columbarios de Vigna Condini. Roma.
Las catacumbas eran los cementerios subterráneos donde se practicaba la inhumación de los cadáveres. En Roma este rito no era habitual originariamente, puesto que se prefería la incineración como hemos visto. Sin embargo, con la implantación progresiva del cristianismo y del judaísmo, que aborrecían la cremación, se fue generalizando incluso entre los paganos (s. II y III d. C.).
En principio los cadáveres se enterraban en superficie. Pronto la falta de espacio alrededor de Roma obligó a imitar a los paganos con sus columbarios subterráneos. En esta ciudad las condiciones del terreno permitían excavar con fciliada en el subsuelo. Las primeras catacumbas cristianas datan del siglo II. En los siglos siguientes se fueron ampliando y bajando en profundidad nuevos niveles, dando como resultado grutas de trazado anárquico de galerías, escaleras y pisos. (Véase arte Paleocristiano en este blog)
Catacumba de San Sebastián.
Las familias que se lo podían permitir se reservaban espacios contiguos e incluso podían crear cámaras decoradas con pinturas o cubículos. La iglesia, como institución, también reservaba espacios amplios para dar culto a sus mártires. Por otro lado, los nichos ya no podían ser simples agujeros para recoger la cenizas, se necesitaba espacios rectangulares para cada individuo (loculi y arcosolios) y nuevos recipientes para los restos (sarcófagos). La decoración escultórica y pictórica fue apareciendo en el siglo III. Observa la reconstrucción en 3D de un cubículo de catacumba romana en este vídeo de la BBC.
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