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domingo, 28 de septiembre de 2014

CARACTERÍSTICAS DE LA ARQUITECTURA ROMANA. LA FINALIDAD DE SUS EDIFICIOS, LOS MATERIALES Y LOS ELEMENTOS SUSTENTANTES, SOSTENIDOS Y DECORATIVOS.

La arquitectura romana se genera a lo largo de la etapa republicana y sintetiza las influencias de las dos civilizaciones más importantes, etrusca y griega, con las que tuvo contacto durante sus primeros siglos de existencia. Aún así en la arquitectura romana se respira un espíritu propio, que se manifiesta en su sentido práctico, que les lleva a ser grandes ingenieros y concebir edificios para el servicio público.
En la siguiente presentación podrás ver las etapas de formación del imperio romano y cómo se configuró la arquitectura romana. A continuación destacamos los rasgos más originales que ha aportado esta civilización a la arquitectura .




FINALIDAD

Los edificios romanos son por encima de lo estético construcciones para ser útiles al ciudadano, de ahí que una proporción muy importante de sus edificios sea para hacer más agradable la vida en la ciudad: acueductos: alcantarillado, termas, basílicas, macellum, anfiteatros, teatros, circos, etc. Los principios de racionalidad y orden también presiden las construcciones romanas.

A través de estas obras se manifiesta el poder del Estado romano y del mecenas que las patrocina. Es normal que los edificios recojan inscripciones reflejando este hecho, como prueba de que hay una intención propagandística.


MATERIAL

El material utilizado por el arquitecto romano es muy variado, dependiendo de lo que abunde en cada zona y la finalidad a la que se destine el edificio.

Lo normal es que se utilice el sillar de piedra para edificios como templos y edificios que se quiera dotar de monumentalidad. La roca utilizada será muy variada: toba (una roca volcánica porosa) en construcciones como la muralla de Roma; mármol en los edificios públicos a partir de Augusto; granito en el acueducto de Segovia; o de travertino calcáreo en la construcción del anfiteatro Flavio (el Coliseo).

Sillares de toba volcánica en la muralla de Servio Tulio.




El sillar se suele utilizar cara vista mientras se deja para el corazón de los muros la mampostería (opus incertum) y el mortero u hormigón (opus caementicium) un invento romano consistente en una mezcla de piedras, arena, agua y cal. El ladrillo también fue un material muy utilizado que solía combinarse con el hormigón. Estos materiales por ser de aspecto pobre no solían colocarse para ser vistos, sino que quedaban ocultos bajo una capa de estuco que les protegía contra la intemperie y que podían recibir encima otros elementos decorativos como pintura, mármol de distintos colores, mosaicos o trozos cerámicos.

Opus latericium en el interior del Mausoleo de Cecilia Metelo.




EL ELEMENTO SUSTENTANTE Y DECORATIVO.

El muro.

Es uno de los elementos de sostén más importantes de la arquitectura de Roma.
Ya hemos hablado del material con el que estaban construidos, pero no de cómo se disponía éste.
En el caso de los sillares se unían en seco o como mucho con grapas de bronce interiores no visibles. El aparejo más frecuente con este material era a soga y tizón (opus quadratum). En los edificios que debían dar una sensación de fortaleza, como los puentes, podían ser rebajadas sus junturas dando a los sillares un aspecto almohadillado.

El ladrillo si aparecía cara vista (opus latericium) se colocaba de diversas maneras unido por una argamasa, destaca la forma reticular, que consistía en incrustar piezas ortogonales creando mallas romboidales o hexagonales.

Atrio de la Casa de Venus, Pompeya. Observese la mampostería y el ladrillo que existía debajo de paredes estucadas y pintadas.




Casi los únicos vanos existentes en los muros eran las puertas. Las ventanas de existir eran altas y no muy anchas (basílicas y termas). Los vanos podían ser adintelados o cerrados por un arco de medio punto. Hay un vano especial que se colocaba preferentemente en las cúpulas de forma circular, que se denomina óculo.

Los pilares.

Son los soportes más importantes de los edificios romanos. En el interior aparecen recibiendo el peso de las bóvedas y en el exterior se ofrecen camuflados normalmente por una decoración arquitectónica de columnas adosadas.

La columna.

Se utiliza más como elemento decorativo que estructural del edificio.

Los arquitectos romanos siguen los órdenes establecidos por los griegos, pero con algunas variantes:

- El dórico apenas se utiliza, en su lugar se prefiere el conocido como orden toscano o dórico romano, consistente en que la columna tiene basa ática, el fuste puede ser liso o estriado y el capitel aunque su equino se parece al dórico griego, posee un collarino y una moldura circular.

- El jónico se utilizó preferentemente en etapa republicana.

- Se prefiere el orden corintio, sobre todo a partir de etapa imperial. El capitel se puede enriquecer con numerosas variantes vegetales en vez de las hojas de acanto e incluso puede recibir algunas figurillas entre los caulículos (cabezas de ninfas, sátiros, animales, etc.). El fuste puede ser totalmente liso o estriado.

- Se inventó el capitel compuesto, mezcla del jónico y del corintio, que luce las volutas del primero y las dos filas de hojas de acanto del segundo.

- En algunos casos se emplean cariátides o atlantes.


Los arquitectos romanos jugaban con los órdenes de un manera libre como podemos comprobar en el Coliseo donde la columna pasa a ser un elemento decorativo que se adosa al pilar y sirve para diferenciar las distintas alturas del edificio. Esta superposición de órdenes va en contra de la norma helénica y se ensaya por primera vez el año 78 a. C. en el Tabularium del foro romano.

Superposición de órdenes y combinación pilar-columna en el Coliseo.




EL ELEMENTO SOSTENIDO Y DECORATIVO.

En cuanto al elemento sostenido la arquitectura romana combina los dos sistemas de cubierta: el adintelamiento y el abovedamiento.

El sistema adintelado.

El sistema adintelado o arquitrabado lo toman de los griegos y se reserva para ciertos edificios tradicionales como los templos o como forma de cerrar espacios pequeños. Interiormente las vigas de madera, de piedra o de bronce se apoyan sobre columnas o muros y reciben otras transversales, creando una retícula cuadrada de casetones.

Dinteles del pórtico del Panteón de Agripa-Adriano.




El entablamento se utiliza para reforzar la decoración incluso de estructuras abovedadas (véase de nuevo el Coliseo). En los frisos aparecen motivos escultóricos narrativos u objetos como guirnaldas, bucráneos e instrumentos litúrgicos.

El sistema abovedado.

El sistema abovedado es el sello inconfundible de la arquitectura romana. Los etruscos pudieron ser quienes les enseñaran este sistema, aunque no se populariza hasta el siglo II a. C. Con él crearon grandes espacios diáfanos y vanos suficientes para abarcar anchas calzadas o turbulentos ríos.

Bóveda de cañón hecha en hormigón. Termas de Caracalla.



El arco utilizado es el más simple, el de medio punto con el que se pueden realizar bóvedas de cañón, de aristas y anulares .Fueron espectaculares las bóvedas de edificios que tenían como misión albergar gran cantidad de gente. En Roma se levantaron seguramente las más espectaculares en las termas de Caracalla y de Diocleciano y en las basílicas erigidas a partir del Alto Imperio. La basílica de Majencio-Constantino del foro romano es un excelente ejemplo de la maestría a la que se había llegado con el abovedamiento en el siglo IV d. C. Las naves laterales se cubrieron con bóvedas de cañón (son las que todavía hoy podemos ver en pie) que hacían de elemento de contención de los pilares que sostenían las bóvedas de arista de la nave central que se elevaban hasta 35 metros de altura. Los ábsides del edificio se cubrieron con bóvedas de cuarto de esfera.

La basílica de Majencio- Constantino (306-312 d. C). Reconstrucción




Las bóvedas anulares eran bóvedas de cañón que en vez de seguir una dirección longitudinal se curvaban. Eran empleadas para cubrir los pasillos perimetrales interiores de los edificios de espectáculos y, en general, en todos los edificios que requirieran un deambulatorio o girola, como el martiria paleocristiano de Santa Constanza (Roma, 350 d. C.).

Santa Constanza, Roma (350 a. C). Bóveda anular decorada con mosaicos.




La cúpula generada por la rotación sobre su clave de un arco de medio punto es la semiesférica, se utiliza en los espacios que se quieren dotar de monumentalidad. La más impresionante con diferencia es la del Panteón de Roma, que se levanta sobre un espacio de más de 43 metros de diámetro hasta una altura de otros tantos metros creando una sensación esférica. Se apoya sobre un muro circular con exedras y machones, lo que le proporciona flexibilidad y resistencia. La cúpula se construyó mediante arcos radiales que enlazan el círculo inferior con el del óculo central, cubriéndose el espacio entre estos radios mediante casetones que decrecen en tamaño al ascender.

Planta y sección del Panteón de Roma.



Las bóvedas y cúpulas más grandes no se realizan con sillares sino con hormigón, material muy resistente, moldeable y menos pesado si se mezcla su pasta con ánforas y tubos de arcilla (técnica utilizada en las grandes construcciones). Se revestían generalmente con mármoles, molduras, mosaicos o estucos, por lo que rara vez quedaba al descubierto los materiales más innobles, que es lo que vemos hoy en día en las ruinas arqueológicas o incluso en los edificios que quedan en pie. Se sabe, por ejemplo, que el hormigón que hoy se ve en los casetones del Panteón estaba recubierto por planchas de bronce dorado, que fueron arrancadas el año 663 por el emperador bizantino Constante II.

El Panteón es uno de los pocos edificios que ha mantenido casi intacta su decoración interior.




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