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domingo, 28 de septiembre de 2014

MICENAS. HISTORIA Y CONTEXTO GEOGRÁFICO DE LA CIUDAD. CARACTERÍSTICAS DE LOS PRINCIPALES MONUMENTOS.

La ciudad de Micenas es clave para entender la historia y el arte de los griegos. La importancia arqueológica de este yacimiento, que empezó a excavar el alemán Schliemann en 1876, dio nombre a la cultura de los primeros griegos que aparecieron en Europa hacia el II milenio antes de Cristo.

Contexto geográfico e importancia histórica.

Una de las claves del éxito de esta ciudad fue su ubicación geográfica.
- Desde el punto de vista de la situación estaba en el noroeste de la Argólida controlando el paso vital entre el continente y la península del Peloponeso. Desde su altura dominaba la planicie de Argos, las minas de oro de la zona y la ruta que llevaba al istmo de Corinto.

Principales acrópolis micénicas.



- Desde el punto de vista del emplazamiento topográfico poseía una defensa natural, como es la garganta del torrente Caos, que le protegía como un foso el acceso por el sudeste.

Reconstrucción de la acrópolis de Micenas




Ante estas condiciones no es de extrañar que el lugar estuviera habitado desde el Neolítico, aunque su momento de auge llegó en la Edad del Bronce. Hacia el siglo XVII a. C. se asentó en la zona un pueblo de origen indoeuropeo, que  se llamaba así mismo aqueo (micénico). Para controlarla levantaron  tres poderosas acrópolis: Argos, Tirinto y Micenas. Esta última por el tamaño y riqueza de sus restos parece ser que ejerció la hegemonía entre ellas en esos momentos. Su  auge se data entre los siglos XV a XIII.

A finales del siglo XII la ciudadela fue destruida sin saber a ciencia cierta por qué o por quién. En época arcaica griega volverá a ser repoblada, aunque ya no alcanzará la importancia que tuvo. De hecho se conoce que la polis de Argos la destruyó de nuevo por completo el año 468 a. C. Hasta la época helenística no volverá a recuperar un cierto renacimiento.

La muralla ciclópea

La acrópolis forma un triángulo irregular al adaptarse a las formas del relieve. Los barrancos naturales y la muralla  encierran una superficie de 30.000 metros cuadrados.

La fortificación está hecha con aparejo ciclópeo, es decir, con grandes bloques irregulares de piedra. Su aspecto todavía  resulta  imponente y ha resistido lo mismo a las sacudidas sísmicas que a las empresas destructoras de los hombres.

Puerta de los Leones de Micenas




La puerta principal, del siglo XIV, es llamada de Los Leones porque está decorada por un gran relieve de dos leones rampantes frente a una columna. Se trata de un relieve "heráldico" o de animales protectores. El tipo de columna y el tema está sacado de la tradición figurativa cretense, pero la técnica de la escultura monumental no tiene ejemplo en Creta.
Su vano está adintelado por un gran monolito que, por sus dimensiones (3 metros de ancho por 3 de alto), permitía el paso a los carros. En esta parte la muralla regulariza un tanto sus bloques y el arquitecto se permite crear un falso arco (hecho por aproximación de hiladas) para aligerar el peso sobre le dintel. En su hueco se colocó el relieve.

El circulo de Tumbas reales y el megarón real.

Pasada la puerta, se desemboca en una plaza ocupada por un granero y por un cementerio real del siglo XVI. Se trata de tumbas de fosa dispuestas en el interior de un recinto circular (Círculo A). El enterramiento estaba decorado con estelas en relieve de no mucha calidad. Sin embargo, las tumbas guardaban preciosos ajuares de armas y joyas de oro, entre los que destacan las famosas máscaras de "Agamenón". Esta zona funeraria fue incluida dentro del recinto amurallado cuando éste se amplió en el siglo XIV, quedando a un nivel más bajo con respecto a la entrada a la acrópolis.
Hay un segundo círculo (Círculo B)  fuera del recinto amurallado donde se han obtenido unos ajuares menos suntuosos.

Tumbas reales del Círculo A.



Una rampa permite subir al palacio real, cuyas construcciones estaban dispuestas en terrazas en lo más alto de la acrópolis. Los restos arqueológicos que todavía se ven muestran un recinto datado entre los siglo XIV y XIII a. C. Se distingue una estructura parecida al del megarón de la acrópolis de Pilos ( el mejor conservado): un patio central y el megarón precedido de su antecámara y de su pórtico. En medio de la gran sala, un hogar circular entre cuatro columnas. Los muros estaban pintados al fresco; el suelo, estucado o pavimentado con losas de yeso.

Reconstrucción/sección del megarón de Micenas. Debajo planta.




Hay una segunda puerta en el recinto amurallado, aunque no es tan monumental ni tan decorada. También es impresionante, aunque poco conocida, la bajada a las cisternas de la ciudad.

Escalera de la cisterna de Micenas




Los barrios de vivienda de la gente común.

Los barrios de habitación se extendían fuera del recinto fortificado. Han sido excavados varios arrabales, revelando la habilidad de los arquitectos micénicos para adaptar sus planos a los accidentes del terreno a través de terrazas. Las casas tenían con frecuencia un piso superior y almacenes semisubterráneos. La iluminación se realizaba a través de un patio interior. Las techumbres eran probablemente planas.

Las tumbas " tholoi" o tesoros.

A unos cientos de metros de la muralla encontramos las construcciones más espectaculares: los tholoi. o también conocidos popularmente como tesoros. Se trata de otro modelo de tumba, distinto al de los círculos con estelas, que consiste en un corredor a cielo abierto que da acceso a una puerta monumental que introduce en una cámara circular cubierta por una falsa cúpula.

Tesoro de Atreo. Pasillo exterior (dromos) y túmulo.



La más notable de estas tumbas, construida durante la segunda mitad del siglo XIV, es la que se llama tradicionalmente el tesoro de Atreo. La decoración arquitectónica de su entrada ha desaparecido, aún así impresionan los prodigiosos bloques que sirven de dintel encima de la puerta (uno de ellos pesa más de cien toneladas). Las dimensiones del espacio interior son espectaculares: más de 13 metros de altura por 14,5 metros de diámetro. La falsa cúpula se creó disponiendo en hileras concéntricas los bloques de piedra y tallándolos para dar al conjunto la sensación de una curvatura continua.






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