Sus propios contemporáneos reconocieron que fue el escultor más importante de Grecia. Se sabe que también actuó de arquitecto, de grabador y de pintor. Forma junto a Policleto y Mirón, el triplete artístico que configuró el periodo que conocemos como clasicismo a partir de mediados del siglo V, convirtiéndose en su paradigma.
Fue el maestro de obras que dirigió la reconstrucción de la Acrópolis de Atenas y el encargado directo de las obras escultóricas del Partenón y de la estatua monumental de Zeus en el santuario de Olimpia.
Características artísticas.
Materiales.
- Trabaja el mármol, del que tenemos muestra en los relieves del Partenón.
- También domina la técnica del bronce, material en el que se supone hizo las estatuas de Atenea Lemnia o el Apolo Parnopios.
- Su gran maestría se manifestó sobre todo en hacer esculturas crisoelefantinas, es decir estructuras de madera recubiertas de placas de oro y marfil. Las dos estatuas monumentales de Ateneas Partenos y Zeus de Olimpia estaban hechas de este modo, aunque de ellas sólo nos han llegado descripciones y copias menores.
- Sus obras en bulto redondo son el mejor ejemplo de los principios o normas clásicas:
- idealización corporal basada en un canon proporcional y estereotipado que oculta cualquier imperfección y presenta a sus personajes jóvenes en plenitud de facultades físicas. El cuerpo masculino aparece desnudo, pero el de sus mujeres se cubre con telas, sobre las que Fidias aplica la técnica de los paños mojados permitiendo de esta manera reconocer la anatomía femenina.
- idealización del espíritu que ha de reflejarse en un rostro sereno, donde no asomen las pasiones, y un cuerpo en reposo, que no transmita agitación.
- movimiento contenido. El cuerpo ha de mostrarse flexible y en disposición de entrar en movimiento, pero sólo en potencia.
- pose trascendente y digna. Si es un Dios debe lucir sus atributos y ser representado en un momento significativo de su historia o demostrando poder o alguna virtud. La solemnidad con que representaba a los dioses fue lo más alabado de la obra de Fidias.
Su obra escultórica.
Toda su obra fue monumental y relacionada con la representación de los dioses. No nos ha llegado a nosotros ningún original, salvo los relieves del Partenón de los que con seguridad él sólo controlaba el plan de ejecución. Las obras que podemos ver, por tanto, son copias hechas con mayor o menor fortuna.
Atenea Prómachos. Fue la primera obra que se le conoce y la estatua de bronce de mayor altura que se fundiera en Atenas con sus entre diez o quince metros, según las fuentes. En ella Fidias marca el prototipo de Atenea que será repetido en siglos posteriores. La diosa vestía un peplos y portaba un casco corintio, lanza y escudo. Fue colocada a la entrada de la acrópolis de Atenas.
Atenea Lemnia
Atenea Lemnia. También en la acrópolis era de bronce y de dimensiones algo mayores al natural. Su rostro es paradigmático del canon de belleza clásico basado en la nariz como órgano de proporción.
Atenea Lemnia. Busto, ejemplo de perfil griego.
Atenea Parthenos. Era la estatua de culto del Partenón. De unos 12 metros de altura estaba hecha en marfil y oro. Sólo poseemos pequeñas copias romanas y descripciones literarias. Debió causar gran impresión en la cella . Sostenía en su mano derecha una imagen de la victoria de tamaño superior al natural y en la izquierda un escudo. La diosa encarna los triunfos de Atenas.
Atenea Parthenos, réplica del Partenón en Nasville, Tenesse.
Apolo Parnopios. También se levantaba en la acrópolis ateniense. Representaba al dios desnudo sosteniendo un arco. Tenemos una posible copia en el Apolo de Kassel.
Zeus de Olimpia. Fue merecedora de ser considerada una de las maravillas del mundo antiguo por su majestuosidad, por su perfección y por la riqueza de materiales (crisoelefantina). La estatua, de doce metros de altura, representaba al dios sedente en su trono del templo de Olimpia sosteniendo en sus manos una victoria un cetro terminado en un águila.
Zeus Olímpico. Copia romana. Museo del Hermitage, San Petersburgo.
Reconstrucción del Zeus Olímpico en el interior del templo.
Afrodita Urania. Representaba a la diosa con un pie encima de una tortuga. Se encontraba en la ciudad de Atenas.
Los relieves del Partenón
Aunque ningún autor de la Antigüedad atribuyó directamente los relieves del Partenón a Fidias, sí parece que influyó en su diseño y ejecución. Estas obras estabas pintadas y tenían algún toque de bronce.
Metopas del Partenón. Son 92 metopas que se conservan en distintos museos de Europa. Narran cuatro episodios mitológicos de luchas: amazonas, gigantes, centauros y lapitas y la guerra de Troya.
El Friso del Partenón. Recorre la parte exterior de la cella con una longitud de 160 metros y más de un metro de altura. Representa la procesión que cada cuatro años se celebraba en honor de la diosa (la Panateneas). El relieve es notable y de distintas manos, con gran dinamismo narrativo y solemnidad. Se hizo muy popular ya desde el siglo V puesto que por primera vez se representaba a los atenienses junto a los dioses, y por ello, venía a simbolizar a éstos como portadores de cualidades divinas. Gran parte se encuentra en el Museo Británico en la sala Elgin.
El friso de las Panateneas en el Museo Británico. Sala Elgin.
Los frontones del Partenón. También eran simbólicos. El oriental narraba el nacimiento de Atenea y el Occidental la lucha que mantuvieron Poseidón y la diosa por la conquista del Ática. Eran los mitos sobre los que se fundó la ciudad. Los personajes estaban esculpidos con expresivos efectos de luz y de sombra y un excelente dominio de del desnudo y de la técnica de los paños mojados para crear efectos de corporeidad a través de los finísimos pliegues pegados al cuerpo (Parcas).
Reconstrucción del frontón que narra el nacimiento de Atenea.
Las Parcas. Estos cuerpos mutilados todavía impresionan por la corporeidad y por la vida que transmiten.
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