Fue construido y terminado entre el 447 y el 432 a. C. por los arquitectos Ictino y Calícrates, bajo la supervisión de Fidias que tenía la responsabilidad de todas las obras artísticas que se levantaban en el recinto. El estratega Pericles encarga y financia el edificio en nombre de la ciudad de Atenas. Su intención es crear el templo más bello de toda Grecia, que sirva de estandarte de la ciudad ante el resto de las polis.
Su fachada principal mira al Este, al nacimiento del sol, dando, por tanto, la espalda a los propíleos de entrada a la Acrópolis. Se escogió para su ubicación el punto más alto de la meseta para que pudiera ser contemplado como si fuera una obra escultórica en sus tres dimensiones.
Ya hemos hablado de los templos griegos y este es el templo por excelencia sobre el que se aplican todas las perfecciones de la etapa clásica. Toca hablar o de contemplar a través de este vídeo de los casi 2500 años de historia.
El edificio fue levantado por los atenienses, tras derrotar a los persas y haber sido destruido por éstos el anterior templo que había dedicado a Atenea en la Acrópolis.
En el siglo III d. C. fue incendiado por los Hérulos, cuando saquearon Atenas en el 267.
El emperador Juliano lo restauró en el siglo IV d. C.
En el siglo VI se convirtió en iglesia cristiana, dedicándolo a la Sabiduría Divina (Santa Sofía). Del siglo anterior databan las primeras destrucciones de sus relieves, fundamentalmente de los cuerpos que mostraban desnudos.
En el siglo XV bajo dominación turca fue convertido en mezquita.
En el siglo XVII los turcos lo destinaron a ser el polvorín de la ciudad al considerar que sería el punto más a salvo de cualquier bomba de los venecianos, que en 1687 sitiaban la ciudad. Craso error una bomba estalló en él en y provocó la destrucción de gran parte del edificio, aprovechándose sus mármoles caídos como material de construcción para otros edificios de Atenas.
Arrancando el friso del Partenón. 1802.
Finalmente el embajador inglés en Constantinopla, Lord Elgin, se llevó a su país entre 1804-05 la mayor parte de las esculturas que decoraban el templo. En 1816 las vendió al Museo Británico, que es donde hoy se pueden contemplar. La acción de Elgin fue considerada, incluso por algunos de sus compatriotas como un acto de pillaje. Lord Byron, que viajó pocos años después, compuso unos versos indignadísimo, que son los recitados en el vídeo y que provienen del texto "La maldición de Minerva"(1811).
Todavía hoy en día siguen los trabajos de restauración del edificio y, sobre todo, los esfuerzos por recuperar aquellos materiales que fueron sacados de Grecia hace más de 200 años. Este vídeo, dirigido por Costa Gavras, es uno más de los que colaboran a ese mensaje que pide al gobierno británico y a otros países la devolución de los conocidos como mármoles del Partenón.
Ésta es la Sala Elgin del Museo Británico en 1819 y la de hoy en día.
Por último, veamos esta proyección del Museo Británico, que no está disponible libremente y que ha grabado un videoaficionado. Las imágenes tiemblan un poco (¿sería la emoción de hacerlo clandestinamente? Je, Je), pero creo que es de gran valor didáctico y nos puede servir para entender muy bien como estaban trazados y colocados estos relieves.
Me encantó,exelentes los dos videos.Una pena las pérdidas de ese monumento ojalas puedan ser recuperadas o devueltas a ese país con tanta historia y de dónde descienden tantas otras civilizaciones.
ResponderEliminarExcelente trabajo. Muchas gracias.
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