domingo, 28 de septiembre de 2014

ARQUITECTURA ROMANA. URBANISMO DE LA CIUDAD DE ROMA. LOS FOROS.

Unas de las aportaciones más importantes de la cultura romana fue el difundir una organización territorial y unas técnicas constructivas análogas hasta en el último rincón de sus dominios. Sus ciudades provinciales repitieron modelos de vida  que pretendían imitar los de la Urbs, creando con ello una civilización unitaria. Así pues, urbanismo y arquitectura fueron dos de los agentes más importantes para la romanización de su territorio. Sin embargo, aunque todos solemos decir que esas ciudades copiaban a la metrópoli, eso no es del todo cierto ni en el caso de la planificación ni en el de  la creación de los foros.

El urbanismo de la ciudad de Roma hasta el siglo I a. C.

La estructura urbanística de la ciudad Roma debe ser considerada excepcional y, por tanto, no sirve para explicar la de las nuevas ciudades. Se levantó sobre una orografía especial: entre las siete colonias que protegían el paso del Tíber sobre el vado de la isla Tiberina. Difícil sería establecer un plano en forma de damero en una ciudad de cuestas y escarpes.

La ciudad de Roma hasta el siglo V a. C.




El rápido aumento de habitantes (más de un millón en etapa imperial) hizo que su crecimiento fuera aún más anárquico. Los que podían permitírselo vivían en las zonas altas de las colinas (Palatino, Celio, Esquilino, Viminal y Quirinal) en viviendas unifamiliares (domus).La zona pantanosa (el arroyo Velabrum) que se encontraba en el centro habría de ser desecada por la Cloaca Máxima y convertido en el foro o lugar donde se levantarían los principales edificios públicos de la ciudad. Otros Foros comerciales (boario, vinario y olitorio)  se levantarían junto a los muelles en donde desembocaba el arroyo Murcia (circo Máximo).  Las clases más pobres vivían en estrechas callejuelas y  edificios de varias plantas (ínsulas) en las zonas más bajas e insalubres, como el barrio del Subura, o en los barrios degradados de la  periferia y en la zona portuaria del monte Aventino. Está fue la ciudad que se amuralló durante el reinado de Servio Tulio en el siglo VI a. C.

Los barrios y espacios centrales de Roma.



Hasta el siglo II a. C. la ciudad no sufrió cambio trascendentales. Se trajo agua a la ciudad, propiciando el crecimiento poblacional incontrolado y se levantaron pequeños edificios públicos. Las construcciones espectaculares de esta etapa republicana hay que buscarlas en localidades cercanas a Roma, donde los prohombres de la ciudad levantaron sus villas y patrocinaron la construcción de grandes santuarios.

El foro republicano.
Era el centro urbano, que tras su desecación en el siglo VI a. C. se pavimentó y comenzó a ser utilizado como lugar de reunión de los Comicios y como mercado. El gran desarrollo arquitectónico comenzó en el siglo II a. C., después de finalizadas las guerras púnicas y controlado parte del Mediterráneo. En ese siglo se edificaron nada menos que cuatro basílicas (Porcia, Emilia, Sempronia y Opimia) y se reconstruyeron los templos de la Concordia y de los Dióscuros.

El foro republicano en el siglo II d. C. Reconstrucción y planta.






En el siglo I a. C. Se derribaron algunas basílicas y se levantaron nuevos edificios específicos como la curia Hostilia (edificio del Senado), el Tabularium (archivo) y el Macellum (gran mercado cubierto).En etapa imperial la plaza quedó desprovista de su función política y pasó a ser un escenario de representación donde exaltar el prestigio de la dinastía. Pequeños templos y edificios conmemorativos que fueron recargando aún más su entorno.

La ciudad de Roma en etapa imperial.




El crecimiento desde el siglo I a. C.

La ciudad aún crecería mucho más en los siglos siguientes. En el siglo I a. C. la expansión de la ciudad ya ocupaba por el norte la llanura inundable  que existía al otro lado del monte Capitolio (reservado al santuario de Júpiter). Se la conocía como  campo de Marte porque hasta entonces había servido como lugar de instrucción de la juventud romana. En esta explanada se pudieron realizar importantes proyectos arquitectónicos (Teatro de Pompeyo, Circo Flaminio, Panteón de Agripa, altar de la Paz, Mausoleo de Augusto, Estadio Domicicano...) y  se trazaron las primeras calles rectas (vía Lata, hoy vía del Corso). La ciudad también creció extramuros y al otro lado del Tiber (Trastevere).

El Campo de Marte con el Panteón, las termas de Nerón y de Agripa, el estadio Domiciano y los teatros-peristilos de Pompeyo y de Balbo entre otros edificios.




Julio César tenía entre sus proyectos, que no pudieron ser llevados a cabo por su asesinato,  el desviar el curso del Tíber y unir el Campo Vaticano (orilla norte) con el Campo de Marte (orilla sur).

Los foros imperiales.

A mediados del siglo I a. C. los foros de la ciudad parecían insuficientes para cumplir las funciones administrativas y representativas de la capital del imperio. Julio César fue el primero de los dirigentes romanos en poner en marcha desde el año 54 a. C. el proyecto de crear un nuevo foro que descongestionara el antiguo. Hubo de expropiar numerosas viviendas para construirlo justo al lado del republicano. La plaza porticada con un templo al fondo dedicado a Venus Génitrix, creó el modelo para los otros que vinieron a continuación.

Foro de Julio César




Tras el Foro de César fueron surgiendo el de Augusto, el Transitorio, construido por Domiciano pero inaugurado por Nerva, y por fin el más grandioso de todos, el de Trajano. Al oriente de este complejo se levantó en tiempos de Vespasiano el templo de la Paz que, aunque estaba fuera de la zona de los Foros y se puede definir técnicamente como un templo precedido por un pórtico, queda inserto en la serie de los Foros Imperiales, de los que constituye una prolongación.

Los nuevos foros imperiales. Reconstrucción abajo.






El foro de Trajano era el último y más grandioso. Se construyó entre el 107 y el 113 d. C.. Tenía 300 metros de longitud y 185 de ancho. Se entraba a través del Foro de Augusto por un gran arco de Triunfo en cuyo ático estaba el emperador en su carro triunfal, con un tiro de seis caballos. En la plaza central nos recibía la colosal estatua ecuestre de Trajano. Los dos lados estaban cerrados por pórticos al fondo de los cuales se abrían dos exedras grandiosas (hoy sólo es visible las ruinas de la oriental). En el fondo de la plaza se disponía la basílica Ulpia y detrás de ella las dos bibliotecas, la famosa columna conmemorativa de su victoria ante los tracios y el templo del divino Trajano. Es difícil hacerse una idea de la monumentalidad y lujo interior de estos edificios. Os pongo alguna imagen que lo puede reconstruir.

Reconstrucción del foro de Trajano desde la terraza de la basílica Ulpia. Detrás los otros foros.




Interior del pórtico del foro de Trajano.




Interior de la Basílica Ulpia.




La nova Urbs de Nerón.

El año 64 d. C., bajo el gobierno de Nerón, se produjo el gran incendió que destruyó casi la mitad de Roma. Las zonas mas afectadas fueron las del Celio y el Esquilino. En los años siguientes el emperador aprovecharía los solares dejados para construir un palacio-villa campestre, conocido como Domus Aurea. El palacio se extendía por cerca de 50 ha. Además de la zona construida tenía un magnifico jardín con lago artificial. Los planes de Nerón eran los de construir una nueva ciudad y ampliar su pomerium.

Los Flavios.

La dinastía que se hizo con el poder a la muerte de Nerón, los Flavios continuaron la reconstrucción de Roma. Abandonaron a medias la construcción de la Domus Aurea y aprovecharon el gran espacio público para levantar, tras desecar el lago, el primero de los grandes anfiteatros (70-72 d. C.). A éste se le conoció como Coliseo, por la estatua "colosal" de Nerón que se encontraba en sus inmediaciones.

Coloso de Nerón y Coliseo (Anfiteatro Flavio)




Domiciano, tercero de los flavios, continuó la obra de reconstrucción de la ciudad, más cuando otro incendio volvió a asolar Roma el año 80. El Campo de Marte fue la zona más afectada donde levantó un estadio y un odeón. Sobre el Quirinal, en el sitio donde se levantaba la casa privada de Vespasiano, su padre, erigió un gran templo en honor a la Gens Flavia. Sin embargo, el edificio quizá más grandioso fue el nuevo palacio construido sobre el Palatino, la Domus Flavia, que hasta el fin del Imperio seguiría siendo la residencia oficial de los emperadores.

Los  siglos II  a V d. C.

La ciudad tiene su máxima extensión y volumen poblacional en el siglo II.  Se construyó, como ya hemos dicho, el monumental foro de Trajano, los mercados conectados a él y las grandes termas de la colina Opia, en las que se inspiraron las grandiosas de Caracalla y Diocleciano del siglo III.

Termas de Diocleciano, finales del siglo III. Reconstrucción




Desde el  siglo III se produce una violenta crisis económica y la construcción casi se paraliza. Sólo se levantan edificios puntuales de tarde en tarde entre los que destacan las monumentales termas ya mencionadas y la basílica de Majencio en el siglo IV. La atención de los emperadores se fijó en la nueva capital, Constantinopla. Las  autoridades urbanas apenas tenían dinero para la conservación y restauración de los viejos monumentos, que tras perder la mayor parte de sus funciones quedaron abandonados a una destrucción inexorable.

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