A finales del siglo XVI Italia conocerá la obra de dos artistas, polos opuestos, que van a imprimir carácter a la pintura italiana y europea de la primera mitad del siglo XVII: Caravaggio y Aníbal Carracci (1560-1609). El primero, del que ya hemos hablado en otro artículo, es el padre del naturalismo. El mayor reproche que se hizo de sus pinturas en su tiempo es que representaban lo cotidiano y que les faltaban lo ideal. La pintura de Carraci, en cambio, fue aceptada desde le primer momento por la "sociedad bien" de la época porque supo expresar la belleza con nobleza y grandilocuencia. Para Caravaggio todo lo real era digno de ser representado: la belleza y la fealdad, lo agradable y lo repugnante, lo armonioso y lo deforme... Para Carracci no todo lo real debía ser representado: el artista debía corregir la naturaleza, abstrayendo de ella las irregularidades e imperfecciones, y representando las cosas no como eran sino como deberían ser.
Comparación Carracci-Caravaggio. Venus y Adonis (1895) de Carracci y detalle del Martirio de San Pedro de Caravaggio.
En 1585 se inauguró en Bolonia la primera Academia de Bellas Artes dedicada a la pintura, la de los"Desiderosi "(Deseosos de fama y de aprender), modelo de la que surgirán las instituciones oficiales a partir del siglo XVII. Esta escuela fue fundada por Ludovico Carracci y sus primos Agostino y Annibale y alcanzó gran renombre entre 1590 y 1595. Los estudiantes en ella además de estudiar dibujo y pintura tenían que cursar literatura, filosofía, historia y otros conocimientos de cultura general. Para estimular a los discípulos se convocaban concursos artísticos. Al concebir la pintura como algo ligado a lo intelectual, no es de extrañar que de la Academia saliesen hombres ilustrados, pero rara vez verdaderos artistas.
Características artísticas.
Annibale o Aníbal Carracci fue el principal representante de esta escuela conocida como eclecticismo o clasicismo pictórico.
1.- Se le considera ecléctico porque quería reunir lo bueno y más representativo de cada maestro del siglo XVI.
- La terribilitá y la fuerza muscular de las anatomías de Miguel Ángel.
- El sobrio dibujo, el equilibrio y la simetría compositiva de Rafael.
- El color y el desnudo de Tiziano y de la escuela veneciana.
- La elegancia y la sensualidad de Correggio y del Parmigianino.
Detalle de Venus y Adonis, 1595.
2.- Estudiaba las composiciones con gran rigor. Basándolas en esquemas geométricos, ordenados y equilibrados.
3.- Nunca pretendió que sus personajes conmocionaran al espectador, de ahí que el movimiento y la expresividad fueran mesurados. Gustaba de la serenidad y majestuosidad de la escultura clásica.
Asunción de la Virgen, 1600-01.
4.-Utilizaba una luz uniforme y una entonación suave y armoniosa, rechazando contrastes y estridencias, como corresponde a una pintura reflexiva y no sensitiva.
5.- Su técnica se basaba en el dibujo, de los que ha dejado una buena colección.
Obras más importantes hasta 1895. Temática.
Sus primeras obras reflejan costumbrismo y hasta naturalismo, fruto de la estancia en el taller de Bartolomeo Pasarotti, pintor local de Bolonia no demasiado célebre, pero que había evolucionado hacia una narración de la realidad cotidiana. A este influjo se deben obras como La carnicería (1582-83) y El comedor de alubias (1583-84), entre la caricatura y la escena de género.
El comedor de alubias, 1583.
Carracci también trabajó en obras religiosas y mitológicas por influjo de su familia. Su primo Ludovico era fundamentalmente pintor de obras contrarreformistas y su hermano Agostino era un apasionado por el arte clásico y la mitología. De 1588 a 1590 residió en Venecia donde recogió de Tiziano tanto el sentimiento religioso como el amor por el desnudo y lo pagano. Fruto de este eclecticismo es su producción de estos años con las que gana fama y clientes. En ellas se mezclan las obras religiosas como la Madonna de San Lucas (1592) y varias Asunciones de la Virgen, con las paganas como Venus, Sátiro y Cupido (1588-90) y Venus y Adonis del Museo del Prado (1595).
Venus, Sátiro y Cupido (1588-90)
Los frescos de la Gran Galería del Palacio Farnese. 1895-1605.
En 1595 acudió a Roma reclamado por el joven duque y cardenal Odoardo Farnese. Éste le encargará la decoración de su palacio, con la que el boloñés alcanzará el punto culminante de su carrera artística. Pintó un pequeño estudio, conocido como El camerino (terminado en 1597), y los frescos de las paredes y la bóveda de la gran galería. El contacto en Roma con la obra de Rafael y de Miguel Ángel se apreció notablemente en estos frescos.
Galería principal del Palacio Farnese, Roma, 1597-1605.
En la gran galería del palacio (20 metros de largo por 6,5 metros de altura) desarrolla un programa iconográfico de tema simbólico. Bóveda, muros y testero de la gran estancia rectangular aparecen divididos en recuadros en los que se insertan las narraciones mitológicas separadas por figuras y medallones realizados en grisalla, que hacen pensar en las de la Capilla Sixtina. El conjunto es más importante por su solución de conjunto que por la calidad pictórica, aunque alcanza la categoría de obra maestra por su tremenda repercusión como modelo de decoración palaciega que llega, en infinitas variaciones, hasta el siglo XIX.
Detalle del Triunfo de Baco. Baco y Ariadna en el carro.
El conjunto de las escenas viene a representar la idea general del triunfo del amor divino sobre el humano, expresado a través de diverso temas de la mitología. El cuerpo central está ocupado por el "Triunfo de Baco", quien sentado en el trono en compañía de Ariadna y rodeado de amorcillos, traen la felicidad a la Tierra. Las restantes escenas se refieren a Polifemo y Galatea, Glauco y Scila, Céfalo y la Aurora, Diana y Endimión, Júpiter y Juno, etc. El tema mitológico es el pretexto para realizar de forma sensual y lleno de pagana alegría un canto a las excelencias de la voluptuosidad como en pocos años hará Rubens.
Polifemo.
Ultimas obras y trascendencia.
Sus últimas obras, y en especial la decoración de la capilla del Palacio Aldobrandini, La huida a Egipto y El entierro de Cristo, suponen el inicio de la corriente barroca del paisaje clasicista, que ordena y organiza de una forma racional los datos de la realidad, haciendo que resulten simples, bellos y en reposo. Sus personajes contemplan la naturaleza, descansan o se afanan en su oficio. El tema narrativo es secundario.
Paisaje con la Huida a Egipto, 1604.
En 1609 falleció en Roma.
Seguidores en Italia importantes de Carrraci fueron pintores como Guido Reni (Hipómenes y Atlanta),Francisco Albani, el Domenichino (Frescos de la vida de santa Cecilia) y el Guercino (La aurora). También dejó huella en una buena parte de los pintores franceses, empezando por Poussin y Claudio de Lorena, y también en flamencos como Pedro Pablo Rubens .
excellente aporte a la cultura mundial y a todos aquellos que nos apasiona el arte y la historia enhora buena lo encontre FELICITACIONES
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