No voy a descubrir a nadie la calidad de Antonio López, uno de los mejores pintores hiperrealistas españoles.
En este artículo sólo quiero hacer un breve acercamiento a una serie de cuadros que tienen como ámbito ese espacio íntimo de nuestras casas, que es el cuarto de baño. Esa habitación peculiar y patinada donde el tiempo corre sin medida resbalando sobre los azulejos. Donde todos nos encontramos con nuestro yo que nos mira desde el espejo.
Antonio López. Cuarto de baño, 1970-73.
Nuestro pintor es capaz de sacar a este espacio frío, y a menudo aséptico, un tono poético que dignifica lo trivial.
Antonio López. Mujer en la bañera, 1968.
Entremos en ese mundo donde el agua limpia la piel y regenera como rito bautismal nuestro espíritu. Donde nuestro cuerpo y nuestra mente se muestran desnudos, tal como son.
Donde los objetos se individualizan alineados en alacenas esperando el hábito rutinario de su amo.
Antonio López. Lavabo, 1967.
Antonio López sabe darle ese hálito mágico y especial al momento de soledad.
Exposición: Realistas de Madrid, Thyssen, 2016.
Exposición: Realistas de Madrid, Thyssen, 2016.
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