La escultura gótica comienza en el siglo XIII de forma insensible, como evolución lógica de las grandes obras del último cuarto del siglo anterior, como el pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago del Maestro Mateo. En este artículo vamos a centrarnos en las aportaciones góticas en la escultura monumental de las fachadas y vamos a profundizar en algunas de las imágenes más bellas, como las figuras de los maineles de la Virgen.
Portada occidental o de La Majestad de la Colegiata de Santa María la Mayor de Toro, Zamora. La parte baja es tardorrománica, ya que se construyó a comienzos del siglo XIII y nos dejó altos plintos cilíndricos y columnas con capiteles historiados. Una vez hecho este arranque, las obras debieron quedar interrumpidas para ser proseguidas a finales del siglo XIII. En este momento se esculpen las columnas de las jambas que se dispusieron sobre las columnas antes citadas, el parteluz y la estructura superior de dintel, tímpano y arquivoltas. Por una inscripción del dintel se sabe que fue policromada por Domingo Pérez durante el reinado de Sancho IV, por lo que podríamos estar hablando de unas fechas próximas a 1290 para las pinturas y muy poco anterior la escultura. La iconografía de la puerta es doble. Por un lado nos remite al clásico motivo de la Dormición y Coronación de la Virgen, como motivo principal, pero de manera secundaria también lo hace del Juicio Final, en las arquivoltas, con escenas de enorme expresividad en relación a los tormentos de los condenados.
Breves características de la escultura gótica arquitectónica.
- El soporte. Para ejecutar sus obras, el escultor gótico utilizaba, al igual que en el románico, tanto la tradicional escultura exenta como el relieve en las fachadas de las catedrales. El bulto redondo empieza a desarrollarse con fuerza como imágenes de devoción para los altares. No obstante, todavía predomina la supeditación a la arquitectura. Las figuras representadas en las portadas (tímpano, arquivoltas y jambas) dejan de estar encerradas en sí mismas y adoptan relaciones de diálogo entre ellas. Los capiteles desaparecen como soporte de la figuración y son sustituidos por otros ámbitos como los retablos, el coro, las puertas y los púlpitos, que pasan a ser los nuevos expositores de imágenes.
- La temática de la escultura es básicamente religiosa, pero ha cambiado el mensaje que la Iglesia quiere trasmitir a sus fieles. El Juicio Final del románico, con sus premios y castigos eternos, va perdiendo importancia a lo largo del sigo XIII en favor de mensajes de redención por medio de la figura de la Virgen, de los Santos y de Cristo, que sufrió, murió y resucitó por el género humano. Veamos la evolución en las siguientes imágenes.
Más rupturista es la escena de Coronación de la Virgen catedral de Chartres, pese a ser más antigua que la anterior, puesto que se remonta a 1205-10. La escena se ubica en el tímpano central de la Portada norte del transepto. La Virgen es representada como reina de los Cielos a la derecha de Cristo también coronado y bendiciendo a María. Están rodeados de ángeles con incensarios y en oración y rodeados por una arquería que simboliza el palacio celeste. Ambas figuras son de igual tamaño y ocupan lugares de igual importancia.
El portal central de la fachada sur de la catedral de Amiens nos puede servir para entender los nuevos mensajes y la nueva religiosidad que la Iglesia quiere transmitir a los fieles, está dedicado a la vida y milagros de San Honoré que vivió en el siglo VII. El registro más bajo del dintel representa los doce apóstoles. El siguiente registro representa, en la extrema izquierda, la unción milagrosa de St. Honoré como obispo de Amiens, que fue uncido con la aparición sorprendente de un rayo divino y un aceite milagroso. Un grupo de miembros del clero discutir el milagro a la derecha. En el centro se encuentra un altar con cáliz y a la derecha del altar se encuentra St. Honoré, con la mano sobe un libro y debajo de un dosel que significa la aceptación del mismo como santo por la Iglesia. Otros hechos milagrosos suceden a aquel en vida y después de muerto. Por ejemplo, el que descubriese las reliquias de tres santos, cuya excavación de la tumba se representa en el extremo derecho. Para confirmar la santidad de los restos se dice que se obró el milagro de que los árboles que habían en el lugar estallaron en floración. En el tercer registro, otros milagros de St. Honoré a través de su efigie, que también sana mujeres ciegas e inválidos. En la cuarta franja se muestra una procesión con las reliquias del santo St. Honoré llevadas a hombros de monjes. Tres personas con diversas afecciones tocan el ataúd con la esperanza de la curación milagrosa. En el piso superior, se muestra un mensaje redentor, el de Cristo en la cruz, flanqueado por la Virgen María y Juan el Evangelista y dos ángeles con incensarios. Además hace referencia a otro milagro del santo donde una imagen de Cristo inclinó su cabeza para bendecir las reliquias de San Honoré.
- Técnicamente, las imágenes religiosas se van humanizando como medio de acercar a los seres humanos a lo divino, pero también como deseo expreso de los escultores de conseguir una imagen más bella y veraz. El realismo y el naturalismo es una característica fundamental que presentan las artes figurativas góticas. Por lenta evolución van desapareciendo las figuras humanas esquemáticas, estilizadas, del románico, se acercan al realismo aplicando proporciones justas y haciendo sus movimientos y actitudes más naturales. El realismo se manifiesta en conseguir correctas proporciones del cuerpo humano, de su volumen y del movimiento. Atrás, en el Románico, quedan términos como desproporción, planitud y rigidez.
La jamba derecha del pórtico central de la fachada occidental de la catedral de Reims, nos puede servir para ilustrar esta evolución. Sus figuras, ejecutadas entre 1230 y 1260 casi en bulto redondo, ilustran el tránsito del Románico al naturalismo gótico. La rigidez y desproporción de las figuras de la escena de la Anunciación (izquierda) contrasta con el realismo de las de la Visitación (derecha). En la Anunciación, la Virgen y el ángel sonriente insinúan el movimiento a partir de la gesticulación de los brazos, pero María carece de expresión y sus ropajes, de modelado superficial y pliegues rectos, señalan la verticalidad. En la Visitación, el encuentro de las embarazadas María e Isabel está moldeado en una postura del contraposto que trasmite movimiento y permite un diálogo más natural. Sus cabezas se inclinan y sus manos gesticulan. Los rostros son expresivos y diferenciados. Pero, sobre todo, lo que crea mayor sensación de realismo son los ropajes son detallados y la sensación, casi clásica, de crear un volumen corporal real bajo los ropajes.
La historia del Jardín del Edén. La tentación de Adán y Eva por el diablo. Pedestal de la estatua de la Virgen con el Niño, portal occidental (de la Virgen), de Notre-Dame de París, Francia, hacia el 1210. Dentro del proceso de valoración de lo que es natural, el cuerpo humano salió especialmente beneficiado, ya que, hasta el románico, era visto como algo pecaminoso y corrupto. Cuando se representaba el desnudo prevalecía la desproporción y la estilización que minimizaba su carnalidad. La figura de Cristo desnudo en la cruz es la primera en mostrar esta nueva carnalidad, a la que le siguen las de Adán y Eva.
- Los sentimientos afloran. El dolor, el placer, el bienestar, la alegría o la pena aparecen en las figuras. El artista trata de emocionar o de horrorizar al fiel. Hasta las figuras divinas se humanizan, puesto que Cristo ya no es sólo un Dios Juez del Pantocrátor, sino Jesucristo, el Hombre mortal-Dios. Se reforzó la idea de que la humanidad se había renovado en Cristo y ya no tenía que vivir tan oprimida por el peso de la mortalidad y el pecado, pudiendo expresar sin culpa la belleza, la vitalidad y la alegría.
- Nuevos géneros y soportes. Hacia el 1250 la escultura arquitectónica ya mostraba signos de declive y fue sustituida por una decoración abstracta o floral; ganando importancia la estatuaria en bulto redondo, los retablos, los relicarios, los púlpitos y los sepulcros y monumentos funerarios. Todos ellos se pueden ver en artículos separados en este mismo blog. Sólo en países como España recobra especial protagonismo a partir del siglo XV a través de fachadas que recuerdan los retablos del interior.
Detalle de la fachada de entrada de la iglesia de Santa María de Aranda, Burgos, España, del gótico tardío, ya que data entre 1500 y 1515.
El modelo iconográfico de la virgen con el niño en la portada de una catedral.
En el nuevo espíritu que anima a la religiosidad y a la figuración del gótico se destaca el protagonismo de la Virgen como madre de Dios. Como es la principal advocación de las catedrales levantadas en este momento (Notre Dame), tendrá reservado un lugar preferente en sus portadas, el mainel o parteluz de la puerta principal. Esta importancia contrasta con el románico en donde sólo era una más de los intercesores colocados en las jambas.
Virgen Dorada de la Catedral de Amiens, 1260-70.
Desde mediados del siglo XII florecen en Francia múltiples talleres al amparo de las construcciones de las grandes catedrales. En las portadas de las catedrales de Reims y Amiens ya podemos ver una evolución notable hacia figuras gráciles e idealizadas. Son característicos los rostros de contorno triangular con ojos rasgados como el de la Virgen Dorada de la catedral de Amiens (1260-70). En España también tenemos excelentes ejemplos, posiblemente de maestros franceses, que destacan por su dulzura, elegancia e idealización como la Virgen Blanca del parteluz de la portada central de la catedral de Santa María de León (1255-60). Analicemos esta obra que muestra rasgos característicos de este modelo iconográfico.
Virgen Blanca de la catedral de León, 1255-60.
- Está ubicada sobre un pedestal y coronada por un dosel, como solía ser norma en las esculturas de las puertas. Sin embargo, por encima de ella, en el tímpano, todavía se representa el Juicio Final. Los santos aparecen en las jambas sobre dosel.
- Madre e hijo están en actitud de bendecir y miran frontalmente, no estableciéndose comunicación entre ellos. Este sea el detalle tal vez más cercano al románico, que vírgenes como la de Amiens superarán con el diálogo de miradas.
- Las figuras han perdido la rigidez de las vírgenes sedentes románicas para mostrarnos una actitud más humana. Esto se aprecia en el gesto con que sostiene a su hijo y en los rostros serenos, pero con una sonrisa amable.
- El canon es más alargado y sus ropas se pliegan para dar forma y armonía al volumen de los cuerpos.
- La rigidez y la simetría románica de la escena se rompe al desplazar del regazo a uno de los brazos la figura del niño Jesús.
- La Virgen porta una corona como símbolo de que es reina de los cielos y el niño el globo universal como que es el señor del orbe. El mensaje es que ambos todo lo pueden. Para dejarlo más claro la Virgen pisa una serpiente o dragón que representa al mal y el pecado. El mensaje es que la madre de Dios es la nueva Eva que se vengará de la serpiente (el diablo) que hizo que la humanidad cayera en el pecado mortal.
El modelo de los maineles se exportará al bulto redondo aplicándose a otros materiales policromados como la madera y el marfil. En España tenemos un magnífico ejemplo, ya del siglo XIV, el de la Virgen Blanca del altar mayor de la catedral de Toledo. La escena que componen es mucho más humana: las figuras se sonríen, la Virgen sostiene a su hijo con un gesto maternal y el Niño se comporta como niño, y no como todopoderoso creador, al acariciar a su madre.
Detalle de la Virgen Blanca de la catedral de Toledo.
muy util para mi exposición de mañana, me ha salvado
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