viernes, 25 de abril de 2025

BABILONIA. PALACIOS Y TEMPLOS. Del mito a la realidad arqueológica. (4/4)

En esta serie sobre Babilonia, es hora de que nos centremos en los aspectos arquitectónicos sustanciales: los edificios que reflejan el poder político y religioso, es decir, los palacios y los templos. En el primer capítulo, abordamos la rica y compleja historia de la ciudad; en el segundo, presentamos las fuentes documentales y arqueológicas que nos han permitido su descubrimiento. En el tercer capítulo, comenzamos a hacer un acercamiento arquitectónico a través del análisis de su sistema defensivo, poniendo especial énfasis en la reconstruida puerta monumental de Ishtar. Ahora, es necesario resaltar la espectacularidad de los edificios que reconstruyó Nabucodonosor II y que le dieron la gloria en el mundo antiguo. Para ello, haremos una descripción detallada de sus características arquitectónicas y decorativas y, además, se examinaremos las limitaciones y desafíos a los se han enfrentado los arqueólogos al interpretar los hallazgos, así como las hipótesis que han surgido en torno a la existencia de los famosos Jardines Colgantes o el verdadero aspecto del bíblico zigurat.

Reconstrucción idealizada en acuarela del ilustrador gráfico Stephen Conllin. Si bien la puerta de Ishtar y las murallas son bastantes cercanas a la realidad arqueológica, no se puede decir lo mismo, por ejemplo, del zigurat, cuya escalinata de acceso no se orienta hacia el sur, o de la introducción de los supuestos Jardines Colgantes en el palacio sur.

El interior de la ciudad.

La gran avenida procesional, que hemos conocido en el anterior capítulo, se adentraba rectilínea desde el norte hasta el sur de la ciudad. En los 900 metros de vía que se han excavado dentro de los muros, los arqueólogos constataron que dejaban, en el lado occidental hasta llegar al Éufrates, los palacios y templos principales y, en el oriental, algunos templos menores y barrios residenciales. Por tanto, era lógico concluir que esta vía no solo funcionaba como el eje vial básico y de conexión urbana, sino que también era la arteria que conectaba los principales espacios de representación política y religiosa, como los palacios reales y el complejo templario de Marduk en el barrio central de Eridu. Es decir, la avenida no solo tenía una función urbanística estructural, sino que también era un escenario para ceremonias y procesiones religiosas, como el Año Nuevo babilónico, que celebraban el poder del rey y la divinidad de Marduk, reforzando la conexión entre el poder terrenal y lo divino. 

Imagen que incluye las principales estructuras excavadas de la Babilonia de Nabucodonosor II en torno al eje de la avenida procesional. El plano está renombrado sobre el plano de Pedersen (2021).






Los palacios de Nabucodonosor II.

Durante la larga historia de Babilonia, la ciudad albergó varios palacios, aunque sólo se conocen los de la época neobabilónica. En el reinado de Nabucodonosor II, se han identificado arqueológicamente tres palacio: "Palacio Sur" y el "Palacio Norte", ubicados en el recinto interior del sector oriental, junto a las murallas y baluartes del río. Y, además, “Palacio de Verano”, aislado más al norte, apoyado en el interior de la muralla exterior y el río. Las funciones exactas de estos palacios y sus interrelaciones no se conocen con certeza. Por ello, me limitaré a describir lo que se ha recuperado arqueológicamente y a mencionar algunas suposiciones e hipótesis al respecto.;

El sector palaciego al norte del recinto amurallado interior de Babilonia, delimitado entre la via procesional de Ishtar, el foso y el río Éufrates. A la derecha, el palacio del sur, el más antiguo, pero reformado en tiempos de Nabucodonosor II. En el centro, la antigua muralla (blanco) y la puerta de Isthar. A la izquierda, el nuevo palacio del norte con dependencias divididas por la vía procesional. Sobre el foso y el río, los poderosos baluartes amurallados. Imagen renombrada  sobre reconstrucción de Pedersen (2021)






- El "Palacio del Sur"es el más conocido de los palacios reales de Babilonia. Adosado a la muralla interior, era un enorme edificio trapezoidal que medía 322 × 190 metros en sus lados de largo por ancho más grandes. El acceso se realizaba a través de una puerta monumental situada al este, en la Vía Procesional, cerca de la Puerta de Ishtar. Este edificio presenta una planta compleja, fruto de una larga historia de reconstrucciones. Según las interpretaciones de los arqueólogos, se organizaba en torno a cinco patios que se suceden de este a oeste, facilitando la comunicación entre las distintas áreas. Las habitaciones de la parte norte parecen haber tenido una función administrativa, mientras que las de la sur servían como apartamentos reales. Sin embargo, no es tan clara la separación de espacios entre estas dos funciones como en los palacios asirios. 

Palacio sur, planta y reconstrucción. Vista desde el norte hacia el sur. En la imagen superior, planta de las excavaciones alemanas con 5 patios grandes y 50 pequeños (en verde), además de unas 600 habitaciones. Las comunicaciones principales están marcadas en rojo. Los pasillos principales que conectaban todas las salas y patios menores en amarillo. Las escaleras que conducían a un piso superior o a la azotea están indicadas en azul. Se marcan las ubicaciones de los archivos cuneiformes N1 y N3. Este plano es de elaboración propia basado sobre el de Pedersen (2005) y, a su vez, en Koldewey (1931). En la imagen inferior reconstrucción sobre Byzantium1200.







El tercer patio, en el centro del edificio, era el más grande de todos, con dimensiones de 66 × 55 metros. Desde él se accedía a una gran sala rectangular en el lado sur, de 52 × 17 metros, conocida como el salón del trono o lugar para las audiencias públicas del rey. El acceso desde el patio al salón del trono era a través de tres puertas abovedadas. La abertura más grande, la central, medía 5,8 m de ancho,  mientras que las laterales tenían un ancho de 3,8 m cada una. La puerta central parece haber sido concebida para tener 10,3 m de ancho, pero durante la construcción original se redujo a 5,8 m. Las paredes de este lado del patio estaban lujosamente decoradas con ladrillos vidriados que representan leones, así como palmeras estilizadas y motivos florales. 

Patio principal frente a la sala del trono, mirando al sur. Fachada de unos 53 m con decoración de ladrillo vidriado. El zigurat asoma por detrás, a unos 600 metros de distancia. Pedersen (2021). La gran anchura de la sala, de 17,5 m, es mayor que la de los palacios asirios, y los enormes muros largos norte y sur, cada uno de 6 m de grosor, plantearon interrogantes sobre la construcción del tejado durante las excavaciones alemanas. Koldewey opinó que estuvo cubierto por una construcción abovedada de ladrillo. Sin embargo, E. Heinrich presentó posteriormente argumentos a favor de se usaron vigas de madera para techar esta sala, lo cual parece técnicamente más apropiado para entender la función de unos muros tan gruesos y, sobe todo, porque los textos de la época alababan el uso de troncos de cedro del Líbano para los techos de los palacios reales. 



La decoración estaba compuesta por una serie de árboles estilizados, algunos motivos florales y geométricos y un friso de leones en relieve. Esta decoración encerraba una clara simbología. El árbol (la palmera) era signo de fertilidad y longevidad; y el león, símbolo de la diosa Ishtar, representaba posiblemente la fuerza y la pujanza del rey.








- El "Palacio del Norte" fue claramente construido en tiempos de Nabucodonosor II para ampliar el Palacio del Sur, con el que estaría unido a través de la antigua muralla interior. El palacio se levantó sobre una terraza, formando una especie de ciudadela de planta rectangular de menor tamaño que el Palacio Sur (170 a 180 × 115 a 120 metros). Contaba con dos grandes patios que daban acceso a varias estancias, las cuales fueron mal identificadas durante las excavaciones debido a la erosión del sitio. El edificio estaba protegido por el “Bastión Norte”, que se extendía hacia el foso y el Éufrates. Las inscripciones de Nabucodonosor parecen indicar que este palacio fue construido como un espacio de placer, una verdadera residencia real. Por ello, se ha querido identificar aquí los "famosos" jardines colgantes de la lista de maravillas que elaboraron los griegos. Según esta tradición, recogida por Beroso "El Caldeo" (290 a. C.), Nabucodonosor los construyó para que su esposa, hija de un rey medo, no echara de menos el paisaje montañoso de su tierra natal. 

Reconstrucción del palacio norte por Pedersen (2021) y planta, según excavaciones alemanas. Se muestran terrazas escalonadas y plantaciones basadas en los textos cuneiformes para dar una ubicación hipotética a los "Jardines Colgantes" de la tradición griega. Se incluye un canal de 13 metros de ancho que discurriría de oeste a este por el interior del Palacio Norte. Es solo un intento de explicar estructuras que probablemente tenían un aspecto diferente.



Es evidente que el rey deseaba tener un palacio apropiado para vivir y para impresionar al pueblo a través de una espectacular arquitectura, la riqueza de los materiales y del contenido de las habitaciones y las áreas exteriores. Los fragmentos encontrados durante las excavaciones, que incluyen magníficas decoraciones de ladrillo y de esculturas de piedra, sugieren el esplendor original del lugar. Incluso es factible que el palacio tuviera un jardín aterrazado que impresionara a los visitantes de Occidente. Sin embargo, sobre éste último se duda de su existencia en la actualidad. Esto se debe a que no sólo no se han encontrado pruebas arqueológicas claras, sino a que tampoco hay textos del propio Nabucodonosor II o de autores más fiables, como Heródoto o Plinio el Viejo, que atestigüen dicha construcción. Los relatos que mencionan los jardines provienen de autores que no visitaron Babilonia y que, en ocasiones, aportan confusión sobre la historia de Mesopotamia, como Diodoro de Sicilia, Quinto Curcio, Flavio Josefo o Estrabón.

Relieve artificialmente coloreado para hacer comprensible el conjunto. Representa al rey asirio Asurbanipal en Nínive contemplando monumentos creados por su abuelo, Senaquerib (704-681 a. c.). En la imagen el rey admira un jardín exuberante y bien cuidado. Un acueducto arqueado dirige el agua a diferentes acequias para regar todo el jardín. Los árboles están plantados en pendientes empinadas y escalonadas, una disposición similar a las descripciones de los Jardines Colgantes de Babilonia. Relieve de yeso de los Jardines de Nínive, Palacio Norte, Irak. 645-635 a . C. Museo Británico de Londres.



- A más de dos kilómetros al norte de los palacios norte y sur, en la actual Tell Babil, los excavadores alemanes descubrieron un edificio al que llamaron el "Palacio de Verano". Esta denominación se debe a que las habitaciones parecían estar ventiladas por una especie de conducto de aire, utilizado para enfriar las habitaciones durante períodos de calor intenso. Probablemente erigido hacia finales del reinado de Nabucodonosor II, las inscripciones indican que tenía una función más bien defensiva. Al estar al norte, situado junto al Éufrates y apoyado en la muralla exterior actuaba como recinto adelantado a las defensas principales al modo de gran ciudadela o albarrana. Sólo quedan sus cimientos, dejando al descubierto un edificio de planta cuadrada (250 m de lado) organizado en torno a dos amplios patios, que fue remodelado varias veces después del periodo neobabilónico.

Palacio de Verano. Alzado de sus muros según Pedersen (2021).








L
Los templos de Babilonia durante el reinado de Nabucodonosor II.

En esta sección, ofreceremos una visión general de los templos de Babilonia durante el período neobabilónico. Las fuentes serán las proporcionadas por las excavaciones alemanas e iraquíes y los textos cuneiformes como la tablilla IV del Tintir de Babilonia o la estela Olsen y otros documentos antiguos. Y, por supuesto, las interpretaciones y análisis de los arqueólogos más actuales.

De los 43 templos enumerados en el Tintir, sólo ocho de ellos han sido excavados. E incluso, los cuatro situados más al norte se han reconstruido en el parque arqueológico para la visita turística (Nabu, Ištar, Ašratum y Ninmah). Sin embargo, en este artículo sólo vamos a analizar el principal complejo de culto de Babilonia, el dedicado al dios de la ciudad, Marduk, conocido como el Esagil, término que puede ser a veces confuso, pues con él se puede designar solo al templo o a todo el santuario, incluido el zigurat. El complejo religioso estaba situado en la zona de Eridu, el barrio sagrado del centro de la ciudad. Veamos sus dependencias de sur a norte. 

Vista aérea y plano adaptado de las excavaciones alemanas de 1923 del complejo sagrado del Esagil con el Etemenanki (zigurat), su recinto y el templo de Marduk. Tanto la fotografía como el dibujo resaltan la excavación del zigurat en torno al núcleo de piezas de adobe, de 60 x 60 metros, y la zanja de 15 metros de ancho, en color oscuro, al realizar la excavación de los cimientos


- Al sur del complejo sagrado se levantaba el Esagiltemplo dedicado a Marduk, el dios principal de Babilonia. Topográficamente, es el montículo de Amran, el segundo tell más alto de Babilonia. Este templo era el corazón de la ciudad y se asociaba estrechamente con el zigurat o Etemenanki. Estaba situado al oeste del tramo sur de la Vía Procesional que discurría desde la puerta de Ishtar, y al sur del recinto del zigurat, separado por éste último por la vía que continuaba hacia el puente del Éufrates. El Esagil se menciona en textos cuneiformes por primera vez durante el período dinástico temprano, alrededor del 2400 a. C., aunque no se han descubierto restos arqueológicos de esta época. Sin embargo, es seguro que existía durante el período babilónico antiguo, a partir de 1835 a. C. Más de mil años después, el rey neobabilónico Nabucodonosor II lo reconstruyó durante los primeros años de su reinado, elevando el piso aproximadamente 1,5 metros. En la historia reciente, se levantó sobre sus ruinas el santuario de Amran ibn Ali, quien murió en la batalla de al-Nahrawan en el año 658 d. C. 

Vista aérea actual con localización de los referentes geográficos contemporáneos como el río Éufrates, el palacio de Sadam Hussein o el santuario de Amran ibn Ali (enmarcados en negro y flecha negra) y los edificios neobabilónicos más significativos en su estado de reconstrucción o lugar de excavación, hoy montículos arqueológicos (enmarcados y flechas en rojo). 


Los restos del templo de Marduk fueron parcialmente excavados durante la expedición alemana de 1900. Se encontró el suelo a unos 20 m por debajo de la superficie actual realizando un gran pozo de 20 x 20 m, y sondeos posteriores más pequeños. Poco más se pudo hacer puesto que parte del mismo se encontraba bajo el santuario musulmán de Amran. 

Fotografía de octubre de 1900 en que se muestra la profundidad de la gran zanja excavada en el templo de Marduk. Los trabajos realizados fueron ingentes para retirar las toneladas de arena con la que se cubría la parte descubierta del suelo del patio y de restos de muros de las habitaciones 6 y 12. Foto de Koldewey. Hoy en día, esta zanja se encuentra de nuevo enterrada.

Los trabajos revelaron dos secciones distintas. La primera era el templo principal, de planta casi cuadrada y una superficie aproximada de 6.180 m². La segunda parte era un anexo al este de la entrada principal, que contaba posiblemente con dos patios y dependencias en torno a ellos que sumaban otros 9.170 m³, lo que hacía un total de 15.350 m².

Esagil o templo de Marduk en Babilonia durante el reinado de Nabucodonosor. El edificio principal, y más antiguo, se encontraba a la izquierda, con muros exteriores y patio atestiguados arqueológicamente. El anexo, que está en primer plano, cuyo contorno se conoce no pudo ser excavado. Es posible que existieran varios edificios más en el complejo de Esagil, ahora bajo el tell de Amran. El recinto del zigurat se encuentra al norte, separado del templo por una vía que llega hasta la puerta del puente. Reconstrucción realizada por Pedersén (2021).

Los muros exteriores que rodeaban el edificio presentaban un elaborado esquema de contrafuertes salientes y huecos, que confería a la fachada una estructura semejante a la de una muralla. Al menos las cuatro fachadas exteriores del edificio principal contaban con una puerta de entrada en el centro, flanqueada por dos torres. Un revoco blanquecino de cal y yeso embellecía el adobe con el que estaba construido. El patio central medía aproximadamente 31 × 36 metros, desconociéndose el tamaño de la cella de Marduk, ya que no fue excavada.

El Esagil o "Casa de la sublime morada" era el santuario del dios Marduk. Reconstrucción de Byzantium1200. La reconstrucción ha creado un caserío que agobia al edificio y que posiblemente no existiera, al menos en su conexión con el recinto del Etemenanki.



-El recinto sagrado del zigurat o períbolo se situaba entre la Vía Procesional, al este, y el río Éufrates, al oeste, y entre el templo propiamente dicho de Marduk a 90 metros al sur del que formaba parte y el Palacio Sur (al norte). Era un recinto amurallado que limitaba un espacio que medía más de 460 x 420 m de longitud en sus lados máximos y abarcaba una superficie total de unos 180.000 m² o 18 ha. Ocupaba, por tanto, una vasta superficie de la ciudad, justo en el centro de la misma. 

Reconstrucción de Pedersén (2021) del centro de la ciudad. el foco se pone sobre el recinto amurallado del Etemanki, pero se puede ver, la vía procesional que unía el recinto, al norte, con los palacios y la puerta de Ishtar y, al sur, con el Esagil y el puente sobre el Éufrates. 

Este períbolo amurallado estaba construido con adobe crudo y con pilastras y rebajes en el exterior de los muros que lo reforzaban. Tenía puertas en los cuatro lados y edificios interiores anexos con habitaciones. Las puertas principales estarían al sur con un acceso de puerta triple, que lo conectaba con el Esagil. Al este, también poseía una puerta monumental, incluso más grande que las anteriores, que conectaba el Etemenanki con el camino sagrado de la procesión. Los edificios interiores del este, siempre unidos a la muralla por el interior, pudieron ser almacenes y edificios administrativo del santuario, pues el Esagil de Marduk era un templo dotado con numerosas tierras y que empleaba a una gran cantidad de esclavos y dependientes. Sin embargo, de estos edificios apenas se rescataron algunos restos arquitectónicos y unos pocos artefactos. Incluso el la esquina sureste  es una suposición puesto que estaba arrasado. Por ello, todo son especulaciones, incluso en 1913 Koldewey conjeturaba que las cámaras amuralladas del oeste, por su simplicidad, estaban adaptadas para albergar a numerosos peregrinos, que podían residir allí y tener acceso directo a los grandes patio y, que, en cambio, los edificios del sur pudieron ser viviendas sacerdotales.

Fachada noreste del períbolo amurallado del zigurat. Se conserva el muro de adobe sin cocer del recinto y también se aprecia cómo la Vía Procesional también fue elevada. Foto: Koldewey, agosto de 1909.
- El zigurat o E-temen-anki ("Casa, plataforma de cimentación del cielo y la tierra") era el edificio escalonado dedicado al dios mesopotámico Marduk, que se dice inspiró el mito bíblico de la Torre de Babel. Se construyó originalmente en la época de Hammurabi (1792-1750 a. C.), pero la restauración y ampliación comenzaron bajo el reinado de Nabopolasar y se finalizaron tras 43 años de trabajo bajo el reinado de Nabucodonosor II (604-562 a. C.). Se calcula que se necesitaron al menos 17 millones de ladrillos. Este rey es el que le dio el aspecto definitivo como una plataforma escalonada alzada en el amplio patio del recinto sagrado al norte del templo principal y reconstruyó su espacio superior o sancta sanctorum con ladrillos vidriados azules. Sin embargo,este aspecto duró muy poco, puesto que, cuando el rey persa Ciro en el 538 a. C. conquistó Babilonia, derribó las tres rampas de acceso para que la torre no pudiera utilizarse como fortaleza. Debido a los daños estructurales causados ​​por el agua al retirar las rampas, Alejandro Magno derribó gran parte de lo que quedaba del edificio para reconstruirla en el año 331 a. C., pero que no llegó a completarse, dejando levantada sólo una base del primer piso.

El Etemenanki era un gran zigurat que se levantaba al norte del Esagil. Era el edificio principal de un complejo. Un zigurat es una torre mesopotámica piramidal y escalonada. El nombre significa “casa del fundamento del cielo y la tierra”. A este recinto sagrado se lo identificó con la famosa Torre de Babel de la que habla la Biblia. Torre de Babel. Una reconstrucción de Rocío Espín, con algunas licencias artísticas.


El conocimiento sobre sus aspecto y dimensiones durante muchos años ha provenido de la Tabla de Esagil, una tablilla cuneiforme encontrada en Uruk del 229 a. C., copia de un texto más antiguo (hoy en el museo del Louvre de París). El texto describía sus dimensiones: una base es cuadrada, de 91,5 × 91,5 m (8400 m² o 0,84 ha) y una altura también de 91,5 m. Herodoto también habló sobre las dimensiones y su forma escalonada. Pero hasta 1913, los arqueólogos alemanes  que excavaban Babilonia no aportaron datos científicos sobre los que trabajar. Koldewey confirmó sólo las dimensiones de la base, puesto que sacó a la luz un núcleo de adobes de 60 x 60 metros, que habrían estado revestidos por una franja de 15 metros de ladrillos cocidos en sus cuatro lados, completando las dimensiones a 90 metros aproximados de base. Sin embargo, ni estos ladrillos cocidos se encontraron puesto que en 1886, antes de que comenzaran las excavaciones, todos ellos fueron utilizados por los habitantes locales para las obras cercanas de una presa, dejando el núcleo de adobe sobresaliendo unos dos metros y una zanja cuadrada de 15 metros de ancho que se inundó por las aguas freáticas del río. Koldewey atestiguó también que en el lado sur había tres escaleras de acceso a las plantas superiores: una frontal y dos laterales.

Estado actual de las ruinas de la zona de excavaciones del Etemanki. Se observa el núcleo cuadrado central de adobes de 60 x 60 metros y las zanjas con vegetación del revestimiento de ladrillos vidriados sustraídos, así como la zanja de los cimientos de la escalinata de acceso sur. Las zanjas se reabrieron en los años 50 en las excavaciones llevadas a cabo por Scmidt.


Desde entonces, ha habido mucha polémica sobre las dimensiones y el aspecto físico del zigurat (veáse, Schmid, Hansjörg, "Der Tempelturm Etemenanki in Babylon" (2024). Archive of Mesopotamian Archaeological Reports (AMAR). 295). Unas hipótesis apuntaban a menos pisos o inferior altura, otros recreaban escaleras laterales empinadísimas para acceder a los pisos superiores. Otras hacían pensar en que en el núcleo de los pisos se construirían salas y puertas abovedadas de acceso. No me voy a parar en ellas, porque todas son fruto de la fantasía, aunque sí ofrezco debajo la versión de Koldewey.

En el dibujo de abajo, una de las primeras versiones sobre el zigurat de Babilonia, aportada por el propio Koldewey  en el año 1919.
Sin embargo, en el siglo XXI , gracias a una nueva estela, que salío al mercado clandestino de antigüedades en la década de los 90 y que hasta el 2023 se encontraba en la colección Schøyen de Oslo, se ha podido dar solución a algunos de los aspectos de este zigurat mítico. En esta estela, llamémosla estela Schøyen, aparece la imagen de Nabucodonosor II y la representación de un zigurat y de la planta del edificio que lo corona.

Los dos pedazos de la estela Schøyen de basalto negro, de 47 cm de alto, 25,5 cm de ancho y 11 cm de fondo. 604-562 a. C. Estuvo durante algunos años en la Colección Schøyen, Oslo, pero desde 2024 fue devuelta a Irak y se encuentra en el museo de Bagdad. La estela fue encontrada en 1990 en dos pedazos entre el zigurat y el Esagil. La inscripción relata el proceso de reconstrucción del Etemenanki de Babilonia bajo el reinado de Nabucodonosor y, que para ello, el rey movilizó mano de obra "de todo el mundo", dando origen al mito de la Torre de Babel que se cita en la Biblia. Foto y texto en Andrew George, ed.: Cuneiform Royal Inscriptions and Related Texts in the Schøyen Collection (2011) y Pedersén (2024). Foto y dibujo O. Pedersén.



Conociendo la medida arqueológica, ofrecida por Koldewey, de una base cuadrada de 90 metros de lado,  Olof Pedersén (2024) ha relacionado esta medida con las dimensiones de los pisos reflejados en la imagen de la estela Schøyen y ha hecho la reconstrucción más verídica sobre su altura y su aspecto real. De esta manera, comenzando desde abajo, ha obtenido las alturas aproximadas de las terraza: la primera terraza tendría entre 27,1 a 29,3 m y las cinco restantes, entre 10 y 8 metros de altura, mientras que el edificio que corona, se elevaría sobre unos 20 m de altura. En resumen, se trataría de una torre escalonada de aproximadamente 73 m de altura compuesta por seis terrazas, y en la cima, se alzaría un sancta sanctorum de unos 20 m de altura, lo que supondría un total, 93 metros. Una altura cercana a la que daba el texto de la tablilla de Esagil. También ha calculado lo que medirían el suelo de las terrazas que rodearían cada piso: unos 5 m hasta el borde de la inferior, posiblemente 4 m horizontal y 1 m de parapeto o, lo que es lo mismo, 3 ladrillos de ancho. La sexta terraza tendría un espacio mayor de 6 m alrededor del templo, con 5 m plano y un parapeto de 1 m de ancho. Todas los pisos tendrían muros macizos con contrafuertes.

Dibujo de Pedersen reconstruyendo el grabado arquitectónico de la estela Schøyen.



Pedersén,  sin embargo, no aporta solución al problema del acceso entre plantas y tampoco tiene en cuenta lo que afirman algunos arquitectos (Montero, 2004), sobre la incapacidad de resistencia estructural de la masa de adobes de la base para sostener una altura del edificio superior a 66 metros. Por lo que su reconstrucción virtual resulta que tampoco es una versión definitiva.

Reconstrucción de Pedersén (2021) del zigurat de Babilonia, teniendo en cuenta las evidencias arqueológicas y la estela Schøyen. Que el edificio superior sea azul es porque así lo indicaban las fuentes primarias, «De Etememanki, construí la cima con ladrillo esmaltado de azul brillante» .



La estela Schøyen también representa sobre el zigurat el plano del templo que se erigiría en el ápice del zigurat. Del análisis del mismo se concluye que estaría formado por gruesos muros exteriores reforzados con contrafuertes y que tendría un complejo sistema de cámaras interiores que rodearían la cella central. En el grabado de la estela se intuyen dos puertas de entrada retranqueadas y un patio central. La planta y la forma de construcción es semejante a la de otros templos menores encontrados en la ciudad, pero a menor escala, como los de Nabu, Ninmah o Isthar, que en este artículo no vamos a comentar.
 
El templo de Ninmah en Babilonia, reconstruido en la década de los 80 del siglo XX,  se encuentra cerca de la puerta de Ishtar y del palacio Sur.




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Espero que esta serie de artículos no sólo haya contribuido a la comprensión de la arquitectura babilónica y sus monumentos, sino que también haya invitado a reflexionar sobre la interacción entre el arte, la religión y el poder en la antigua Mesopotamia, una de las civilizaciones más fascinantes de la historia antigua. Por otro lado, también han tenido otro propósito, el resaltar la relevancia de la arqueología en la reconstrucción de nuestro pasado colectivo.

Este artículo forma parte de un conjunto:


- BABILONIA. LA CIUDAD  DE NABUCODONOSOR II. La maravilla que asombró a los griegos. (1/4)

miércoles, 23 de abril de 2025

BABILONIA. LA CIUDAD Y SUS SISTEMAS DEFENSIVOS: MURALLAS, FOSOS, PUENTES Y PUERTAS MONUMENTALES. La puerta de Ishtar. (3/4)

Tras explorar la historia de Babilonia y familiarizarnos con las fuentes antiguas y los hallazgos arqueológicos que nos permiten reconstruir esta legendaria ciudad, en este artículo nos centraremos en la planificación urbanística y en el sistema defensivo. En un último capítulo trataremos de los edificios más característicos, palacios y templos.








Relevancia histórica de Babilonia.

Babilonia, situada a la derecha del río Éufrates y extendiéndose también por la ribera izquierda, fue una ciudad de gran relevancia histórica. Su ubicación estratégica, cercana al Tigris, no sólo le permitió ejercer control político y comercial sobre las rutas fluviales de la Mesopotamia central, sino que también le convirtió en el centro cultural y arquitectónico de la región. Incluso en sus momentos de declive, la influencia de Babilonia persistió a lo largo de la historia, siendo un testimonio de la evolución urbana y del desarrollo de civilizaciones complejas. La proximidad de Bagdad, la actual capital de Irak, a las ruinas de Babilonia -a  tan sólo 90 kilómetros- subraya la continuidad histórica de esta área, resaltando la importancia de las ciudades antiguas en la formación de las sociedades contemporáneas. 

Plano de la ciudad interior reconstruido por Byzancium 1200. Si pinchas en la foto podrás verlo a gran tamaño y ver las ubicaciones de los principales edificios y barrios. 


Babilonia se desarrolló a través de una evolución histórica de construcciones y reconstrucciones, en lugar de surgir de un único proyecto fundacional. Sin embargo, su máximo esplendor llegó con Nabucodonosor II en el siglo VI a. C., cuando la ciudad probablemente se convirtió en la primera en superar los 200.000 habitantes. En ese momento, su extensión abarcaba aproximadamente 1.000 hectáreas, identificándose tres sectores urbanos de distintas etapas históricas: 
  1. La ciudad antigua oriental, situada al este del Éufrates. Esta era la parte más monumental y central. Con una superficie de 375 ha, superaba ligeramente el área de la capital asiria de Jorsabad durante el reinado de Sargón. Esta es la ciudad en la que los arqueólogos alemanes concentraron su atención, 
  2. La ciudad nueva occidental, ubicada al oeste del río y conectada por un puente. Junto con la ciudad antigua, formaba un recinto de planta relativamente rectangular, con dimensiones de 1,5 x 2,5 kilómetros, creando un perímetro de unos ocho kilómetros. 
  3. Y la ciudad externa oriental, que rodeaba la antigua ciudad por el norte, este y sur, creando un triángulo. 
Reconstrucción a vista de pájaro de la ciudad de Babilonia. Se aprecian muy bien los dos recintos amurallados: la ciudad interior, de forma rectangular y situada a ambas orillas del Éufrates, y la ciudad exterior oriental, que incluía los arrabales también amurallados en tiempos de Nabucodonosor II.

El plano y el urbanismo. Aunque existen numerosas reconstrucciones actuales y planos de la ciudad debemos ser cautos al considerarlos como exactos, ya que hay grandes áreas inexploradas. Por ejemplo, la parte de la orilla occidental es inaccesible para el estudio arqueológico, dado que el curso del río Éufrates se fue desplazando en esa dirección desde la antigüedad. Además, debido a la falta de información arqueológica completa, los investigadores han tendido a simplificar el plano, especialmente en lo que respecta a la red de calles. 

Uno de los mejores planos sencillos y con una leyenda adecuada de la ciudad de Babilonia en el reinado de Nabucodonosor II.

Debemos a Eckhard Unger (en su obra Babylon: der heilige Stadt nach der Beschreibung der Babylonier, 1931) la impresión general de que la ciudad fue diseñada bajo el formato de una cuadrícula, lo cual hoy se considera engañoso. Unger, basándose en las memorias de excavación y el Tintir, reconstruyó la red de calles partiendo de la premisa de que las vías principales estaban asociadas a una puerta específica de la ciudad y que desde allí se disponían en un recorrido recto hacia el centro, siguiendo las líneas paralelas o perpendiculares a las murallas.

Plano esquemático de Babilonia trazado por Unger (1931).



Los resultados reales de las excavaciones de Robert Koldewey nos presentan sólo una visión limitada, centrada en las principales estructuras excavadas en el lado oriental. Estas incluyen: 
  • El Palacio Sur y el Palacio Norte, en las proximidades de la Puerta de Isthar.
  • Las  murallas y las otras puertas del recinto más antiguo
  • Los arranques de los pilares del puente sobre el Éufrates.
  • El zigurat (Etemenanki) y su recinto en el centro de la ciudad, a orillas del río.
  • El templo de Marduk (Esagila), justo al sur del recinto del zigurat, así como los más pequeños de Ishtar, de Ninmah y de Nabu.
  • Y, por último, la zona residencial de Merkes, situada al otro lado de la avenida procesional.

Plano de las excavaciones llevadas a cabo en Babilonia. Plano según Baker: Reconstructing Ancient Babylon: Myth and Reality (2019). y por Andrew George (Babylonian Topographical Texts, 1992).



L
Los sistemas defensivos de Babilonia. 
Murallas, fosos, puentes y puertas monumentales.

Desde sus albores, las ciudades mesopotámicas se erguían tras imponentes murallas, que no solo las protegían, sino que también simbolizaban la esencia misma de la civilización. El rey asumía la noble responsabilidad de ser protector de su pueblo, de edificar los sistemas de defensa y de adaptarlos a los desafíos del arte de la guerra que cada momento histórico traía consigo. Entre estas ciudades, Babilonia brilló con especial fulgor, y bajo el reinado de Nabucodonosor, las murallas alcanzaron su máxima expresión, erigiéndose como un testimonio de la grandeza de su imperio y de la indomable voluntad de su rey.

Las defensas. las murallas y los fosos.

Las murallas de la ciudad, descritas por Herodoto y Filón, resultaron ser una exageración en cuanto a sus dimensiones, pero no en lo que respecta a su construcción y a su disposición, como se pudo comprobar tras las excavaciones. 

Existió un cinturón exterior, constituido por una muralla de 18 km de forma triangular, dotada con torres. Nabucodonosor II  la añadió para que la población que vivía en sus aledaños pudiera refugiarse en caso de guerra, así como para englobar por el norte el llamado palacio de verano del rey. Norte y este eran, supuestamente, los lados más expuestos a eventuales enemigos del imperio babilónico. Este recinto amurallado exterior estaba compuesto por tres muros y un foso.
Por su parte, el cinturón interior, de 8 km, constaba de tres muros de adobe reforzados con torres. Según los historiadores, dos de ellos, los más internos, estaban construido al menos desde época kasita (s. XV a. C.) y conformaban una unidad arquitectónica defensiva de más de 17 metros de profundidad total. Durante las excavaciones, Robert Koldewey encontró varios cilindros de fundación que los nombraban. El muro que daba al interior de la ciudad era conocido como Imgur-Enlil, siendo el más alto y ancho, con una altura de 13 o 14 metros y un espesor de 6,5 m. Un pasillo de ronda de aproximadamente 7 metros daba paso al muro intermedio, llamado Nimit-Enlil, que era más bajo, con 8 o 9 metros de altura y un espesor de unos 3,5 m.

Reconstrucción del Imgur-Enlil y el Nimit-Enlil.


En la época neobabilónica (siglo VI a.C.), el sistema de defensa interior se completó con una tercera muralla o muralla del foso.  Esta contaba con un paseo de ronda de 15,80 metros que le separaba del recinto primitivo. Desde sus 14 a 15 metros de altura dominaba un foso de 80 metros de ancho. El muro tenía 6,80 metros de espesor y estaba equipado de torres cada 50 metros. Delante de estas estructuras se excavó un foso navegable, alimentado por las aguas del Éufrates, que rodeaba la ciudad en su totalidad y era atravesado por puentes situados frente a las puertas principales de la ciudad. 

Reconstrucción de la muralla interior por JR. Casals para National Geographic. La muralla más interior estaba coronada por 250 torres de 9,40 x 11,40 m dispuestas a convenientes intervalos de 18 m.  La muralla intermedia, Nimit-Enlil, se levantó con medias torres más bajas que medían 5,10 x 5,80 m. Por último, la muralla externa, o del foso, de Nabucodonosor formaba una escarpa o muro de retención de un gran foso con torres más espaciadas. 







El Éufrates tenía también su propia muralla a ambos lados del río. Construida a lo largo de 1,5 kilómetros -y posiblemente extendiéndose más al norte y al sur-, esta muralla protegía la ciudad interior de Babilonia de inundaciones y ataques fluviales. No era tan compleja como los otros sistemas defensivos, ya que el río proporcionaba mayor protección. 

Babilonia, 550 a. C. Etemenaki o la Torre de Babel. Realizado por j. R. Casal para la revista histórica Arqueología e Historia Desperta Ferro nº 10 "Babilonia y los Jardines Colgantes". En la ilustración se puede ver el puente con sus seis pilares y el tramo de murallas a ambos lados del Éufrates.



El puente del Éufrates que dividía Babilonia.

La ciudad estaba dividida por el río Éufrates, que constituía el origen del emplazamiento urbano, actuando como un importante eje de comunicación a escala regional e incluso internacional. El río dividía la ciudad en dos partes, las cuales se unían a la altura del barrio sagrado mediante un puente que Quinto Curio incluyó entre las maravillas de Oriente. Dicha estructura la componían seis pilares en forma de nave, situados a nueve metros de distancia entre sí. Era una obra de ladrillo cocido unido con betún que medía 123 metros de longitud. El camino se realizaba sobre tablas de madera levadizas. Este puente es una muestra del avanzado nivel técnico de los arquitectos de Babilonia.

Planta y sección del puente de 123 m entre los marcadores rojos. A unos 2 m y justo por encima, hay restos de algunos niveles de calle pavimentados relacionados con el puente (azul). A unos 6,5 m se encuentran los restos de una calle con columnas de los partos (verde). Wetzel 1930, pág. 51.


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Las puertas.

La tablilla V del Tintir presenta la lista de las ocho puertas de acceso de la muralla interna de Babilonia, de las cuales siete estaban dedicadas a divinidades y una al rey. Estas puertas son: Ištar (diosa del amor y de la guerra), Marduk (dios nacional babilónico), Zababa (dios guerrero patrono de la ciudad de Kiš), Uraš (divinidad titular de Dilbat), Šamaš (dios de la justicia), Adad (dios de la tormenta), la Puerta del Rey y la de Enlil (patrón de Nippur). El emplazamiento de algunas ellas ha podido fijarse con exactitud y cuatro han sido excavadas: las de Marduk, Zababa, Urash e Ishtar. Sólo en el caso de esta última se tiene la absoluta seguridad de su identidad, ya que se encontró en ella una inscripción neobabilónica. 
Yo Nabucodonosor, rey de Babilonia, hijo de Nabopolassar, (rey de Babilonia.] [he construido) la Puerta de Ishtar con piedras vidriadas (de color azul) para Marduk, (mi) señor. 
Ubicación de las puertas sobre la reconstrucción de la Babilonia del 550 a. C. de J.R. Casals, para  la colección de libros "Arqueología de National Geographic" (2018). 


Las puertas excavadas presentan un diseño constructivo similar, consistiendo en una estructura de  doble puerta ubicada entre el Nimetti-Enlil y el Imgur-Enlil. El primer vano del acceso medía 4,50 metros de ancho y atravesaba una sala estrecha de 74 m², posiblemente usada por el cuerpo de guardia, que estaba protegida por dos pequeñas torres. Antes de entrar en la segunda muralla, se pasaba por un pequeño espacio descubierto, previo a la segunda puerta acceso, que te introducía en un pasillo sin techo alargado de 171 m², con muros de 5-7,5 metros de espesor. Dos altas torres flanqueaban este segundo acceso. Las diferencias en las dimensiones de los muros de la estructura de la primera y de la segunda puerta sugieren una variación en la altura entre las dos puertas. Es de suponer, también, que los tejados estuvieran conectados y fueran accesibles desde las murallas para tener controlado desde la altura cualquier paso del enemigo por este estrecho pasillo. En su conjunto la puerta tenía una longitud de 48 metros.

Reconstrucción de la puerta de Ishtar desde el aire y planta. La puerta de J.R. Casals, para  la colección de libros "Arqueología de National Geographic" (2018). 





El sistema de defensa de la ciudad interior incluía un tercer muro, conocido como "muro del foso", que contaba con puertas más simples. Para cruzar el foso lleno de agua, se construyó un puente levadizo de madera frente a cada puerta. En el foso frente de la puerta de Uraš, los arqueólogos alemanes encontraron restos de tablas de madera, cañas y un pilar de ladrillo, que probablemente servía para anclar la estructura levadiza hacia la orilla opuesta. Este sistema también se ha identificado en otras puertas.

Planta de la puera de Urash y reconstrucción de Byzancium1200.




La avenida procesional y la puerta de Ishtar.

El principal acceso a la ciudad se realizaba por el norte, a través de la puerta de Ishtar. Por ella se accedía directamente al palacio del monarca y, por eso, Nabucodonosor lo convirtió en el más complejo y adornado. Aquí encontramos que el puente y la muralla del foso se separan de la puerta del casco histórico interior por una imponente calle de 250 metros de largo y una anchura de 20 metros a la que se ha llamado avenida procesional. La avenida funcionaría como un corredor de tránsito protegido por murallas, además de ser un espacio para ceremonias religiosas y políticas. Al fondo, la puerta de Ishtar destacaba por su imponente arquitectura y decoración, realzando la solemnidad de cualquier evento y simbolizando la grandeza de la ciudad.

Reconstrucción de la Via de las Procesiones desde el puente que salva el foso hasta la Puerta de Ishtar de la ciudad de Babilonia (s. VI a.C). Reconstrucción por Rocío Espín. 



Desde una perspectiva arquitectónica, esta avenida supuso crear una anomalía, a modo de apéndice, en el plano rectangular de la primitiva ciudad. El ambicioso proyecto de Nabucodonosor II partía de la necesidad de expandir el complejo palaciego fuera de las murallas originales y de dar más solemnidad y monumentalidad a la entrada al palacio y a la ciudad. Para llevar a cabo esta visión, se desplazaron el foso y la muralla exterior más de 200 metros hacia el norte. Sin embargo, el rey quiso respetar el antiguo camino de entrada y la ubicación de la venerada puerta de Ishtar de la muralla interior, fusionando el legado del pasado con la imagen gloriosa que deseaba proyectar de su poder sobre un vasto imperio. 

Contraposición en dos imágenes de la vista desde el norte de la ciudad de Babilonia entre los siglos VII y VI a. C., destacando los recintos sagrados, las murallas y fosos, pero especialmente la puerta de Ishtar y el área del palacio, según Olof Pedersén: Babylon. The Great City (Open Access). Zaphon, Münster 2021. En la imagen superior, el área en el siglo VII a. C., bajo el reinado de Nabopolasar, cuando todavía esta parte mantiene la línea del foso que rodeaba el plano rectangular de la ciudad. La antigua puerta de Ištar (señalada por una flecha violeta) está construida con ladrillos de barro sin cocer, como el resto de la muralla en que se integraba. En la imagen inferior, se muestra la misma vista a mediados del reinado de Nabucodonosor. El palacio (sur) se ha transformado con nuevas dependencias embellecidas con ladrillos vidriados y más allá de la muralla interior hay una nueva esplanada donde se ha construido el nuevo palacio norte, triplicando el espacio palaciego con nuevas instalaciones y fortines. Se ha creado la Vía Procesional y se ha alzado una nueva Puerta de Ištar (flecha amarilla) sobre la antigua, quedando elevada con respecto a la muralla que se adosa. Esta puerta está decorada con ladrillos vidriados formando relieves.
Al cruzar el puente sobre el foso y la plazuela de la puerta de esta muralla, nos encontraríamos con un camino que, durante aproximadamente 180 metros, discurriría espectacularmente flanqueado por murallas con torres. Estas tenían 7 metros de grosor y formaban la unión entre las fortificaciones avanzadas del norte y las defensas interiores. El trayecto culminaba en una plaza frente a la puerta de Ishtar. Los visitantes que utilizaban este acceso en el siglo VI a. C. seguramente experimentarían una profunda impresión. La amenazante altura de los muros, que se elevaban entre 10 a 14 metros, junto con las almenas apiramidadas que los coronaban, generarían una sensación de temor y grandeza, pues era un verdadero camino de muerte para cualquier enemigo que intentara llegar a la ciudad. Mientras que el vibrante colorido del revestimiento de la base de este pasillo procesional añadiría el toque de esplendor y lujo que el rey deseaba transmitir. 

Maqueta en la que se reconstruye la Via Procesional y la Puerta de Ishtar de la ciudad de Babilonia (s. VI a.C.). Maqueta en el museo de Pérgamo de Berlín.


La avenida procesional estaba decorada con 60 leones, hechos en relieve con ladrillos vidriados y coloreados. Los leones, de tamaño ligeramente inferior al natural, eran representados caminando uno detrás de otro. Estos animales no sólo reflejaban el poder y la grandeza del imperio y su capital, sino que también simbolizaban -como sus animales sagrados- a una de las deidades más importantes de los babilonios, la diosa guerrera y de la fertilidad Ishtar. 

El León andante del palacio de Nabucodonosor II del pasillo procesional. Ladrillos esmaltados, 1,22 m de altura por 1,83 m de ancho.




Los azulejos representaban leones avanzando hacia la derecha o hacia la izquierda, dependiendo de si se estuvieran en el muro oriental o en el occidental. Algunos de ellos eran blancos con crines amarillas, y otros amarillos con crines rojas. El fondo era de color azul claro u oscuro y las cabezas, ya fueran vistas desde la izquierda o desde la derecha, eran todas iguales, como si hubieran sido fundidas en un molde. No se encontraron ninguno in situ, ya que las murallas fueron saqueadas en busca de ladrillos. El zócalo estaba decorado con filas de rosetas de hojas anchas. 


Este arte en arcilla es una forma especializada de relieve que se distingue de otros estilos artísticos. Para realizar estos relieves fue necesario contar con un molde previo del cual obtener múltiples figuras. Las juntas de los azulejos cumplen una función real: regular las proporciones y sustituir las líneas cuadradas con las que, por ejemplo, los artistas egipcios diseñaban sus obras. El ladrillo, una vez moldeado y antes de ser esmaltado, se cocía como cualquier ladrillo común. Luego sobre su superficie se dibujaban los contornos con líneas negras de un vítreo fácilmente fundible. En su interior se rellenaban con esmaltes líquidos de colores, todo secado y luego fundido. Como las líneas negras tenían el mismo punto de fusión que las partes coloreadas, a menudo se mezclaban con los propios colores, dando así a la obra ese aspecto armonioso y brillante que hoy admiramos. Este arte no solo refleja una técnica refinada, sino que también encarna una profunda conexión entre la creatividad humana y los materiales naturales, elevando el relieve en arcilla a una manifestación de esplendor cultural y estético.

El relieve que sobresale no es plano, como el que hacían los artistas asirios sobre la piedra de alabastro de sus palacios, sino redondeado, buscando obtener un volumen más realista en la figura. 



La puerta de Ishtar, erigida por Nabucodonosor II, es el resultado de distintas reconstrucciones y modificaciones realizadas a lo largo de los siglo anteriores. El rey del siglo VI a. C. no se atrevió a cambiar el curso del camino, como él mismo dejó constancia en una inscripción del edificio. Sin embargo, varios terraplenes habían dado lugar a una elevación en forma de rampa, que alcanzaba una altura de unos 15 m por encima del área circundante frente a la puerta. 


Las excavaciones arqueológicas han permitido establecer tres fases de construcción en la puerta de Ištar: la más antigua estaba decorada con ladrillos en relieve no esmaltados, la segunda presentaba ladrillos esmaltados pero sin relieve y la tercera, atribuida a Nabucodonosor II, estaba provista de ladrillos en relieve esmaltados. Esta última estaba totalmente recubierta con esmalte azul y decorada con dragones y toros hechos con ladrillos en relieve de color blanco y marrón. En uno de sus muros el rey Nabucodonosor mandó grabar, a la vista de todos, la siguiente inscripción:
"Las entradas a las puertas de las murallas Imgur-Enlil y Nimis-Enlil habían quedado cada vez más bajas a raíz del relleno de los terraplenes en la via de Babilonia. [Yo Nabucodonosor) quité dichas puertas y cimenté con asfalto y ladrillos para salvarlas del nivel de las aguas subterráneas; mandé hacer las nuevas puertas con ladrillos de piedra con esmalte azul y preciosas figuras de toros y dragones. Como tejado, cubrí las puertas longitudinalmente con inmensas vigas de cedro. Los batientes (eran) de cedro con guarniciones de bronce. En todas las puertas instalé umbrales y goznes de mineral fundido. Erigí toros salvajes y dragones furiosos en el interior de las puertas, las doté con magnificencia y suntuosidad para que toda la Humanidad las contemple asombrada. (MARZAHN, 1993: 30)"
Sección de las torres hipotéticas que el rey Nabucodonosor alzó sobre la Puerta de Ishtar adornada con con toros y sirrush que adornan la puerta según Robert Koldewey.


La puerta se abría en el paramento norte de la muralla, muy cerca del palacio real. De estructura compleja, estaba formada por tres pasajes sucesivos, defendidos por torres: una ante-puerta de la primera muralla, un paso intermedio con patio abierto y la puerta principal que daba acceso un paso estrecho y alargado en el muro interior, antes de entrar en la ciudad.

En la planta inferior. El color rosa delimita el camino de entrada o avenida procesional y la plazoleta previa. El color azul corresponde a la primera muralla y antepuerta. Y el color amarillo a la estructura defensiva interior y puerta principal. 

La apariencia externa y remate de la puerta se ha reconstruido basándose en una placa rectangular de oro encontrada en una tumba en el Palacio sur de Nabopolasar, que se representa una gran puerta. En ella, junto a la puerta arqueada, vemos las dos torres que rematan las murallas, mientras que en su parte superior saliente se aprecian almenas triangulares y pequeñas saeteras circulares.

La antepuerta está reconstruida en el museo de Pérgamo en Berlín. La Puerta de Ishtar que se levanta allí tiene hasta 10 metros de altura y 14 de ancho. Fue decorada con ladrillos vidriados de color azul, lo que la hacía contrastar fuertemente con todos los edificios de su alrededor, que eran de adobe pardo. La decoración incluye figuras alternadas de toros (uros) y dragones (sirrush o Mushkhusshu) dispuestas en filas horizontales, que simbolizan a los dioses Marduk y Adad respectivamente. Cada figura ocupa 13 hiladas de ladrillos, separadas por 11 hiladas lisas, sumando una distancia total de 24 hiladas, lo que equivale a casi 2 metros o 4 codos babilónicos de altura. Además, una gran bóveda de cañón atraviesa el pasillo interior de la puerta.

Mushusshu, la serpiente dragón representada en la puerta de Ishtar, Museo de Pérgamo, Berlín. Es un híbrido mitológico: cuerpo de escamas; extremidades anteriores en forma de felino (león); extremidades posteriores de una rapaz con garras afiladas (águila); cuello y cola largos, cabeza y lengua de serpiente (una víbora cornuda de Arabia). El mušḫuššu es el animal sagrado de Marduk durante el Imperio neobabilónico porque, una vez que lo venció, se convirtió en su sirviente y animal simbólico. 



Uro, especie de toro ya extinta, que se estimaba por su ferocidad y simbolizaba al dios Adad.


- BABILONIA. LA CIUDAD Y SUS SISTEMAS DEFENSIVOS: MURALLAS, FOSOS, PUENTES Y PUERTAS MONUMENTALES.  La puerta de Ishtar. (3/4)