En este artículo vamos a comparar dos edificios de los dos arquitectos más notables del Barroco italiano. Durante años son rivales artísticos en Roma, pero en esta misma calle, la del Quirinal, tienen la oportunidad de competir a pocos metros uno de otro por ver quien se lleva la palma del reconocimiento como el mejor arquitecto de Roma. Ambos tienen que levantar una iglesia con los mismos inconvenientes: un solar pequeño con poco fondo y una calle estrecha que dificulta la contemplación del edificio desde lejos.
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Gian Lorenzo Bernini (1598-1680), fue el primero en romper con las normas tácitas del clasicismo italiano, iniciando el camino hacia la nueva estética arquitectónica que conocemos como Barroco.
En la iglesia de San Andrés del Quirinal se mantuvo en parte dentro de la ortodoxia clásica, pero también introdujo algunas novedades significativas:
- Su fachada resulta clásica con unas pilastras monumentales corintias que sostienen un entablamento y un frontón, que a no ser por la ligera ruptura de la cornisa que hunde el centro podría encajar en la tradición romana más pura. También piensa en Roma cuando debajo de ese entablamento y encajado entre las pilastras levanta un arco. La estructura pilastra/columna adosado a pilar que sostienen un arco y decorativamente un entablamento ya la vimos en el anfiteatro Flavio.
- El juego que realiza en la fachada entre la plaza de acogida cóncava y la escalinata/pórtico de acceso convexo, inaugura un estilo donde la línea curva y la contracurva sorprende al espectador.
- La planta del edificio deja de ser racional y de geometría perfecta ( una planta circular hubiera sido lo idóneo en el Renacimiento) para adoptar una nueva forma deformada del círculo: la elipse. Se busca con el óvalo romper deliberadamente con las normas prefijadas.
- El interior ofrece una gran riqueza de materiales. Con mármoles de colores y bronces se construye el elemento decorativo arquitectónico, pero si no fijamos los casetones dorados de la cúpula son más apariencia de suntuosidad a bajo coste (son materiales simulados).
Francesco Borromini (1638-1667), es el arquitecto que se libera totalmente de la norma y da al barroco su auténtica dimensión.
En la iglesia de San Carlos de las Cuatro Fuentes no se atiene a ningún tipo de mesura clásica:
- En su fachada vemos como las columnas se multiplican innecesariamente para unas dimensiones tan estrechas. Tenemos columnas de todos los tamaños y en los dos pisos.
- Lo más llamativo es que siguiendo la idea de Bernini decide dar a su fachada un movimiento ondulante. Acaba con la línea recta y juega con las concavidades y la convexidad. Los muros se mueven extrañamente para el que pasea por delante del edificio se detenga para entender qué es lo que pasa con esta iglesia.
- Los óculos se convierten en óvalos y las esculturas recargan los estrechos nichos. Todo con la intención de volver a llamar la atención de quién contempla.
- La planta es también novedosa, pues la única forma de definirla es que es mixtilínea: parece un rombo pero con paredes curvas.
- El interior resulta de aspecto más pobre que San Andrés de Bernini, puesto que Borromini no dispuso del presupuesto de su rival arquitectónico, sin embargo se esforzó en crear el mismo clima de lujo. Decorando la cúpula crea un sistema de formas geométricas de tamaño descendentes que da la impresión de mayor altura.
Hace dos años viajé por primera vez a Roma. Había encontrado tu blog preparando un viaje anterior a Ravena. Agradezco enormemente el trabajo que realizáis ya que no son solo vuestros alumnos quienes se benefician de ello sino quienes en cada viaje queremos ir acompañados de los mejores conocimientos que encontramos en la Red. Te adjunto un vídeo de mi canal en cuya realización tuve tan en cuenta todo lo leído en tu blog y en El señor del biombo.DEL TEMPLO DE HERCULES A BERNINI. Gracias.
ResponderEliminarhttps://www.youtube.com/watch?v=C-T-wbRQ6TM&feature=youtu.be