sábado, 27 de septiembre de 2014

PIERRE-AUGUSTE RENOIR (1841-1919). CARACTERÍSTICAS, ETAPAS Y PRINCIPALES OBRAS.

Pierre-Auguste Renoir se inició en la pintura en un taller de porcelanas. Esta experiencia le dejará  una honda huella, tanto por el contacto con motivos de corte rococó, como porque alli se forjó la convección -que conservará durante toda su vida- acerca del carácter artesanal del oficio de pintor. Amigo de  Monet desde 1862, colaborará con él en la disolución de las formas a través de las vibraciones luminosas. Es el mejor exponente del hedonismo que subyace en la amabilidad de toda la pintura impresionista. Gustó de pintar reuniones públicas, bailes y fiestas de sus amigos, como podemos apreciar en su obra más conocidad El baile en el Moulin de la Gallete de 1876. A diferencia de Monet prefiere como motivo al ser humano, sobre todo el desnudo femenino, que para él expresa su belleza. Aún así también  acudió a Argenteuil con Monet, donde pintó cuadros de las riberas del Sena.

En 1874 participa en la primera exposición impresionista. Entre las telas que presenta se encuentra El palco, considerada una de sus obras maestras por su magistral tratamiento de la luz.
A lo largo de su vida, saltará de un estilo a otro. En torno a la década de los ochenta, después de un viaje por Italia (1881), considera que el lenguaje impresionista ha llegado a su agotamiento y ejecuta obras como Las bañistas (1884), en las que vuelve al dibujo, el volumen y la composición, dando, en cierta medida la espalda al impresionismo y recuperando la tradición clásica de un Rafael.




En los años 90, vuelve a la pincelada impresionista, pero, al mismo tiempo, crea una atmósfera rojiza en sus cuadros, totalmente ficticia, alejada de la realidad del instante impresionista. El cuadro más interesante de esta época podría ser Muchachas al piano (1892).

Enfermo de reumatismo articular desde comienzos de siglo, se traslada a la costa mediterránea. En 1912 sufre una parálisis parcial, pero, haciéndose atar un pincel a los dedos, siguió pintando. En estas circunstancias se acusa en su obra la merma de facultades, que suple con formas y colores expresionistas.

Hacia el final de su vida, encuentra el equilibrio entre el luminoso impresionismo y el volumen y el dibujo, en su otra versión de las bañistas de 1918, donde muestra desnudos estereotipados y rollizos en coloridos rosáceos y brillantes.

Si quieres conocer mejor  la obra de Pierre-Auguste Renoir contempla esta presentación.


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