Entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Vicenzo De Prisco, un propietario de tierras de Boscoreale aficionado a la arqueología, se dedicó a excavar y a sacar a la luz algunas de las villas que fueron sepultadas por el Vesubio el año 79 al norte de la antigua ciudad de Pompeya.
Plano de la zona afectada por la erupción del Vesubio el año 79 d. C.
El trabajo de De Prisco no fue muy científico y no había en sus excavaciones un interés académico, sino tan sólo el deseo de vender a buen precio y al mejor postor todo aquello que obtuviese. A él se debe el descubrimiento de impresionantes restos arqueológicos que hoy tenemos que admirar fuera de Italia como son: el alijo de vasijas y utensilios de oro y plata que conocemos como de Boscoreale que se puede ver en el Louvre, hallados en villa Pisanella en la que se cree fue la casa de L. Cecilio Iucundus, un banquero de Pompeya; o los frescos de la villa de Fannius Synistor que hoy se pueden contemplar en el Metropolitan Museum de Nueva York... En otro artículo hablaremos un poco más de este personaje.
Tesoro de Boscoreale, Louvre. Algunas de las piezas de plata y oro encontradas en 1895 en la villa de la Pisanella, hoy expuestas en el museo del Louvre.
Cubículo de la Villa de Fannio Sinistore, Boscoreale. Reconstruido en el Metropolitan Museum of Art, New York.
Junto a estos restos arqueológicos tan espectaculares, De Prisco también comercializó muchos pequeños objetos entre los coleccionistas de antigüedades de la época, perdiéndose en la mayoría de los casos no sólo la referencia exacta de dónde se obtuvieron, sino también su contexto. La galería anticuaria de los hermanos Canessa, sita en Nápoles y con sucursales en París y Nueva York, se ocuparon preferentemente de colocar entre los magnates del mundo todo aquello que le iba suministrando De Prisco. Entre estos objetos se encuentran las estatuillas de bronce de un lararium que conserva el Museo de Arte Walters (Báltimore, Estados Unidos) y que adquirió hacia 1906 Henry Walters, un coleccionista americano dueño de una de las más grandes compañías de ferrocarril. Desconocemos a qué villa perteneció y si realmente, como afirma el museo, todas las estatuillas son del mismo lararium, lo que parece improbable.
Así aparecen expuestas las estatuillas del Lararium de Boscoreale en el Museo Walters de Baltimore, EEUU.
Pero... aclaremos conceptos antes. Para el que no lo sepa, un "lararium" era un santuario doméstico, es decir, el lugar sagrado de la casa ante el que se oraba y se hacían las ofrendas a los dioses. En tiempos de los romanos, era muy importante que el hogar estuviera en paz con los dioses (Pax Deorum) por lo que cada familia romana tenía al menos uno. Toma su nombre de los dioses Lares, los encargados de proteger y velar por la familia y el hogar. El dueño de la casa (pater familias) tenía la obligación de hacer cada día ofrendas de comida en este santuario particular, así como ofrendas ceremoniales más importantes en las grandes ocasiones.
Lararium sin figurillas en la Casa de Gnaeus Poppaeus Habitus, Pompeya.
La mayor parte de las casas de Pompeya conservan algún tipo de lararium. En las casas ricas podía llegar a estar hecho de mármol tallado a modo de templo (aedicule). En hogares más humildes podía ser un simple nicho abierto en la pared, un estante en la cocina o una pintura mural. En una misma casa de gente pudiente podía haber varios lararia, al menos uno en una zona pública o de paso, preferentemente en el atrio o recibidor, y en las habitaciones. En las casas pobres el lararium solía estar situado en la cocina o cerca de la chimenea, junto al fuego del hogar. También había lararia que se colocaban en el exterior. Era muy importante que se colocara en sitios que no pudiesen ser olvidados, ya que era una manera de tener presentes a los dioses protectores. Debía mantenerse limpio y ordenado. En él se colocan las estatuillas de bronce o plata de los dioses familiares y las ofrendas que se les hacían.
Larario en Casa de los Vetii, atrio pequeño, Pompeya. Aparece representado el Genius con forma humana y con forma de serpiente.
El lararium de Boscoreale del Museo Walters de Baltimore.
Cada casa tenía sus propios dioses familiares o guardianes, con roles exclusivos y específicos. El museo Walters de Baltimore conserva un conjunto de lares que al parecer provienen de alguna villa de Boscoreale excavada por De Prisco que nos permite ver muy bien en qué consistía este culto doméstico y el grado de libertad religiosa y sincretismo a la que había llegado la sociedad romana del siglo I d. C.
- - El "genius" ("espíritu divino") era una escultura fija de todo larario, puesto que sería el espíritu protector de la línea familiar del cabeza de familia y de la propiedad en sí. Inicialmente era un espíritu, que incluso se podía representar con forma de serpiente. Pero ya en el siglo I d. C. su figura acabará siendo asociada con la representación oficial del emperador Augusto. Es decir, era frecuente que se le presentara como un hombre vestido con una toga con la que se cubre la cabeza de forma ritual, como los sacerdotes cuando participaban en los sacrificios religiosos. En el caso que nos ocupa es de muy tosca factura, si lo comparamos con otros encontrados en la misma Pompeya, pero cumple a la perfección los requisitos de genio togado que porta en su mano un platillo ritual de ofrenda.
Genio de un lararium de Boscoreale. Bronce, 8,64 cm de altura, incluida la base. Museo Walters, Bátimore, EEUU.
En cuanto al culto de las estatuillas restantes, parece que existía una amplia libertad de elección personal, lo que convierte a la religión familiar en un asunto muy distinto al de los cultos formalmente organizados por el estado. En distintos lararia de Pompeya se han encontrado estatuillas de Venus, Isis, Anubis, Osiris, Juno, Júpiter, Minerva, Mercurio... En nuestra villa de Boscoreale se daba culto a la diosa Isis-Fortuna y a los dioses masculinos Júpiter sedente, Júpiter de pie, Mercurio y Alejandro Helios.
Diosa Isis- Fortuna de un lararium de Boscoreale. Bronce, 11,43 cm de altura, incluida la base. Museo Walters, Bátimore, EEUU.
- La diosa egipcia Isis se adoptó en la religión romana en el siglo I d. C., por lo que era un culto muy reciente en Pompeya, pero muy popular en esta casa ya que se encontraron dos representaciones muy parecidas. Isis era una antigua diosa con una amplia gama de poderes, incluyendo la capacidad de ofrecer a sus seguidores una mejor vida futura. En la religión romana, Isis a menudo se fusionó con otras diosas romanas creando nuevas deidades compuestas. En concreto, esta estatuilla representa a Isis combinada con Fortuna, la buena suerte y la diosa de la fertilidad, que controla el destino de los individuos y las ciudades. La estatuilla de Isis-Fortuna tiene atributos de cada diosa. Por un lado, lleva el tocado de Isis, elaborado con el disco lunar entre los cuernos y las plumas; pero también tiene los atributos habituales de la Fortuna: en la mano derecha un timón con el que simbólicamente la dios controlaba el rumbo de las vidas humanas y en su brazo izquierdo porta el cuerno de la abundancia o símbolo de la abundancia y de la prosperidad. Hay una segunda figurita de la diosa Isis-Fortuna, más pequeña y tosca, que posiblemente proviniese de algún altar menor.
Diosa Isis- Fortuna (segunda) de un lararium de Boscoreale. Bronce, 9,07 cm de altura, incluida la base. Museo Walters, Bátimore, EEUU.
- El culto a Júpiter, padre de los dioses y principal dios del panteón romano, también está garantizado por la aparición de dos imágenes del dios: en una Júpiter aparece sedente en el trono del Olimpo a la manera como representó Fidias a Zeus en el templo de Olimpia; la otra el dios está de pie y avanza portando un rayo en la mano. Con esta doble representación de este dios es bien seguro que el propietario de la vivienda consiguiera su protección.
Dios Júpiter sedente como Zeus Olímpico de un lararium de Boscoreale. Bronce, 8,59 cm de altura, incluida la base. Museo Walters, Bátimore, EEUU.
Dios Júpiter de pie portando un rayo de un lararium de Boscoreale. Bronce, 10,52 cm de altura, incluida la base. Museo Walters, Bátimore, EEUU.
- Los otros dos dioses que aparecen en el lararium de Boscoreale son un controvertido Alejandro como Helios, que también podría ser un Apolo-Febo y un poco reconocible Mercurio. Del primero, es casi más segura la segunda versión y lo que portara en la mano sería una lira. El segundo, Mercurio, era un diós muy popular en Pompeya porque favorecía el comercio y la abundancia.
Dios Alejandro-Helios de un lararium de Boscoreale. Bronce, 9,10 cm de altura, incluida la base. Museo Walters, Bátimore, EEUU.
Dios Mercurio de un lararium de Boscoreale. Bronce, 10,52 cm de altura, incluida la base. Museo Walters, Bátimore, EEUU.
Véase también.
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