miércoles, 1 de octubre de 2014

GIUSEPPE ARCIMBOLDO. PINTOR MANIERISTA ITALIANO Y PRECURSOR DEL SURREALISMO.

Giuseppe Arcimboldo debió nacer en Milán hacia 1527 y murió con seguridad en esa misma ciudad en 1593. Los primeros trabajos que se le conocen son de finales de los años 40. Se trata diseños que realizó con su padre para las vidrieras del Duomo de Milán y diversos tapices. Algún cuadro de mérito y, sobre todo, retratos debió pintar en los 50 para que en la década siguiente fuera puesto a sueldo por el emperador alemán Fernando I. Sus sucesores, Maximiliano II Rodolfo II, siguieron empleándole como retratista real. Su cometido en la corte además era planificar las fiestas y espectáculos, realizar ingenios mecánicos y asesorar al  soberano en sus colecciones e inventos diversos. Era un Juanelo Turriano en la corte de Viena y de Praga. De toda esta producción apenas quedan recuerdos y, sin embargo, la fama internacional le vino de unos cuadros originalísimos en los que mezcló los géneros de la alegoría, el retrato y el bodegón.

Alegoría de Verano, 1573. Museo del Louvre. Óleo sobre tela, 76x 64 cm. Detalle de la firma y de la fecha en el cuello y en el hombro.




Sus primeros cuadros documentados, en los que inventó este estilo único, fueron una serie de 1562 en la que realizó  Alegorías sobre Las cuatro estaciones del año. De aquella sólo se conservan tres repartidos entre Viena y Madrid.

Verano. 1573. Detalle del rostro.



No se sabe a ciencia cierta como tuvo lugar el súbito cambio en su pintura, aunque, sin duda, la idea tuvo que venirle de la confluencia de varios factores como:
  • La contemplación en la corte de Viena de obras de pintores como El BoscoBrueghelCranachGrien yAltdorfer que ya habían creado en décadas pasadas fantasías de monstruos y seres imposibles.
  • Por supuesto, su trabajo diario con las colecciones de los gabinetes de arte y maravillas de los distintos monarcas le daría la idea de hacer estos cuadros suma de objetos catalogados y clasificados. En aquellas colecciones se amontonaban animales disecados, herbarios y cien mil objetos diversos, que pudieron ser sus modelos directos de copia.
  • Las excentricidades del manierismo capaces de romper cualquier norma clásica.
  • La idea de Arcimboldo les pareció genial a los Habsburgo, que le animaron a  a seguir pintando estas rarezas y fueron su canal de difusión. La monarquía solicitaba estos cuadros al pintor porque los utilizaban, dada la admiración que despertaban, como regalos muy especiales a miembros de la familia real y a altos funcionarios. De hecho hay en casi todos ellos referencias simbólicas a la familia reinante.
  • Descarto las teorías de los que han querido ver en el pintor a un loco alucinado.
El Bosco. Combinaciones imposibles y seres fantásticos en un detalle del Tríptico de las Tentaciones de San Antonio, 1501.



Características y obras.

El rasgo principal de los cuadros que realiza Arcimboldo es que a distancia adecuada el espectador puede reconocer un rostro humano, pero al acercarse se descubre que la piel, los cabellos o el ropaje están compuestos por un sinfín de objetos y seres meticulosamente pintados.

Ya hemos visto en las fotos anteriores como diseñó El verano con frutos escogidos de esta época del año. Describamos  ahora La alegoría de la Primavera.

De lejos podemos ver la cara sonriente de una joven.

La primavera, 1562. Academia de San Fernando de Madrid.



De cerca, el cabello se convierte en una corona multicolor de florecillas silvestres.



La piel se tupe de flores blancas y rosas: la nariz se convierte en un capullo de azucena; la oreja en un tulipán; el ojo en dos belladonas y sus flores; el pómulo y el mentón en  rosas; el cuello de la camisa es una sinfonía de margaritas y de florecillas blancas.



El vestido y la corporeidad de los hombros se consigue con hojas verdes de multitud de especies que florecen en primavera.



La serie de las cuatro estaciones del año pintada para Fernando I en 1563 será replicada hasta al menos cuatro veces más, con leves variaciones,  entre 1572 y 1573 para Maximiliano II.

Dado el éxito conseguido con estos cuadros de engaño visual siguió pintando otras obras de similar inspiración pero con distinto tema. En 1566 inició las alegorías de los elementos naturales Agua, Aire, Tierra y Fuego, para los tres primeros utilizó animales de estos medios y para el cuarto objetos que producen o están relacionados con el mismo.

Alegoría del Agua, 1566. Museo Histórico de Arte de Viena.



Otra serie que realiza entre 1566 y 1573  fue la alegoría de ciertas profesiones u oficios. El jurista está fechado en 1566. Su rostro está formado por peces y pájaros asados, mientras que su cuerpo son volúmenes y legajos vestidos. También es de este año El bibliotecario construido con la geometría de los libros, que le hace parecer una obra protocubista. En 1574 pintó El cocinero y El bodeguero, hoy en día desaparecidos.

El bibliotecario, 1566. Skoklosters Slott, Suecia.



Una variante de estos cuadros, y quizás la máxima expresión de la originalidad y del reto pictórico que se planteaba con estos cuadros Arcimboldo, son los retratos invertidos. Están compuestos para ser observados derechos y al revés y debían tener sentido en las dos posiciones. Un asado se convierte al voltearlo en una siniestra cara. Un cuenco de hortalizas se transforma al girarlo 180º en un retrato de un hombre de gruesos mofletes y de mirada vivaracha.

Hortalizas en un cuenco, 1590. Museo Cívico de Cremona.



Toda su vida realizó este tipo de obras. Incluso cuando se retiró a Milán a partir de 1582. El nuevo emperadorRodolfo siguió solicitándole cuadros de este tipo. Para él realizó el Vertumno (1590), divinidad de la vegetación en la cultura romana, al que dotó de los rasgos del Emperador, y La ninfa Flora (1591) poco antes de morir en 1593.

Vertumno,1590. Skoklosters Slott, Suecia.



No todos sus contemporáneos fueron tan amantes de sus obras como los emperadores alemanes. A menudo se tachaban sus cuadros de mal gusto. Ese fue el sentir general a partir del siglo XVII y la razón de que durante siglos este pintor fuera casi olvidado. Sin embargo, al legar el siglo XX dos "ismos" le recuperaron como precursor, el Dadaísmo y el Surrealismo.

Si quieres ver más cuadros de este pintor pincha aquí.

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