Descubrí la obra de la pintora Alejandra Caballero por azar. Navegaba sin rumbo por Internet, es decir, cotilleaba. Las páginas se sucedían a ritmo de rueda de ratón, dejándome llevar de unas a otras y a otras y a otras. Al cabo de media hora me di cuenta de que había una imagen que permanecía impresa en mi subconsciente y que merecía la pena volver atrás para recuperarla. No recordaba la web o el blog donde la había visto, pero sí que era una escena íntima y cercana que de alguna manera me había conmovido. Era La Cena de Alejandra Caballero, una pintora desconocida para mí entonces, y de la que todavía hoy sigo sin saber gran cosa porque hay poca información en la red. Tengo, por tanto, el atrevimiento de hablar de su obra y romper una lanza por ella, espero que sepáis disculparme si cometo algún error de apreciación.
Alejandra Caballero. La Cita (detalle), 120 x 130. 2009.
Lo que sé de Alejandra Caballero.
Nació en Madrid en 1974 y se licenció en 1997 en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid.
Su primera exposición individual fue en 1999 en Madrid, pero desde el 2003 en que se afinca en Barcelona expone más habitualmente en las galerías de esta ciudad, especialmente en la galería Jordi Barnadas donde desde septiembre de 2004 acude a la cita cada dos años. Su última exposición la realizó en febrero de 2010 allí con el sugerente título “Yo no te pido…”, prestado del poema de Mario Benedetti. Esta exposición atrajo la atención de algunos medios como el dominical del periódico La Vanguardia (miércoles, 30 de febrero de 2010) que le dedicó un artículo a cuatro páginas. Más información sobre premios y exposiciones realizadas aquí. En Julio de 2011 ha participado en una exposición colectiva con tres nuevos cuadros que podéis ver comentados en este enlace. En Mayo de 2012 ha celebrado una exposición individual en la Galería Barnadas, llamada "Interior", que podéis ver comentada en este enlace.
Se le clasifica dentro de un estilo de figuración poética.
Alejandra Caballero. La piscina, 2009. 89 x 130 cms.
En esta presentación podéis ver algunas de las obras que he podido recopilar de ella. Aunque sin conocer a ciencia cierta la fecha de algunas me atrevería a decir que son en su mayoría de su producción más reciente, de entre 2007 y 2011. Espero que os gusten. Para verlas en todo su esplendor desplegarla a pantalla completa. Si queréis acompañarla con música tenéis una canción de Joan Manuel Serrat al final del artículo que le va al pelo.
Características artísticas y temáticas. Su relación con Hopper.
Es inevitable que la obra de Alejandra Caballero nos recuerde a la de Edward Hopper, porque sin duda le inspira en parte de sus cuadros. Comparte con él:
- - La atracción por lo cotidiano. A menudo la protagonista del cuadro es una mujer que realiza una acción intrascendente: lee, prepara el desayuno, duerme, contempla el exterior de lo que hay más allá de su espacio… Pero en el universo de Alejandra Caballero también tiene cabida la tierna infancia, lo que en la obra del pintor americano no existe, y los animales domésticos, perros y gatos, a los que dota de una expresividad muy humana. Los escenarios más habituales son en los dos casos espacios del ámbito privado, habitaciones, aunque el pintor americano prefiere representar a sus personajes en hoteles de paso y Alejandra en sus propios hogares. El tema del bar y el encuentro/desencuentro que se produce entre las personas que se refugian en ellos también es otro punto común.
Alejandra Caballero. El ángel del Raval, 2009. 50 x 50 cms.
- - Las composiciones simples. Una o dos figuras llenan la escena. No hacen falta más personajes para recrear una impresión. A menudo son personajes ensimismados en una tarea o acción como los deHopper, aunque sin la carga de soledad o desamparo que tiene las de éste. Coinciden también en utilizar las estructuras arquitectónicas, sin aderezos decorativos, para obtener potentes perspectivas que nos guíen hacia el tema o hacia el espacio exterior. A veces, lo que sucede o, mejor dicho, lo que se sugiere que sucede más allá de la puerta o ventana abierta donde se desarrolla la escena es el verdadero protagonista del cuadro.
Alejandra Caballero, 2009. Amanecer (arriba). Comparación con Sol de amanecer de Hopper, 1952 (abajo).
- - Para ambos el tratamiento de la luz es decisivo para crear sensaciones, pero difieren en la sensibilidad de cómo lo abordan. Nuestra pintora prefiere que la luz inunde todos los rincones, es una iluminación que deja una sensación alegre y positiva. Hopper se sirve de la luz para crear violentos contrastes que dejan profundas y alargadas sombras que acentúan la soledad de sus personajes ante el mundo.
El cuadro "La Cena", 2009. Interpretación.
Una de las características más evidentes de la obra de Alejandra Caballero es que sus figuras aparecen en lugares donde todos podemos reconocernos: un pasillo, la cocina de un piso nuevo, un comedor, el porche de un chalet…, pero a la vez el ámbito resulta impersonal, como sacado de un recuerdo abstracto puesto que carece de detalles. Para ser más preciso diría que selecciona la información gráfica que le interesa según el ambiente que quiere crear o las posibilidades compositivas o expresivas que le den las formas de los objetos o su color.
En su cuadro de La Cena (2009) reconocemos una cocina alargada de cualquier piso moderno que termina en una puerta acristalada de salida a una terraza. Otros enseres comunes nos confirman el espacio: una encimera con su vitrocerámica… pero, incomprensiblemente, la cocina carece de frigorífico y, sin embargo, sí posee una campana extractora de humos. La razón es que la luz que puede emitir este aparato le sirve a la pintora para crear una iluminación cenital como un foco en el lado izquierdo del cuadro, desde donde redireccionar una luz indirecta e intima que necesita la ambientación del resto de la escena. Algo parecido ocurre con el fregadero que con su hueco geométrico y con sus brillos metálicos contribuye a compensar rítmicamente la mancha rectangular de la placa vitrocerámica, pero… sorprendentemente ese fregadero no tiene grifos.
La cocina está impoluta y sin un solo objeto decorativo ni cacharro, sólo un trapo de cocina ¿olvidado? No, se trata de introducir el objeto casual en un mundo tan ordenado y pulcro, algo que haga humano a ese espacio. Es tan aséptico, un hogar limpio de paredes blancas, una casa recién estrenada que espera ser rellenada de recuerdos.
El ámbito impersonal descrito contrasta con la humanidad del otro foco de luz. Una lamparilla ilumina a un niño que toma la cena. Viste un sufrido babi azul con el que proteger la ropa de las manchas, lo que hace más real el momento familiar. Su madre le vigila amorosamente, pero esta escena queda abierta a la interpretación de cada cual. La madre contempla a su hijo con arrobo y seguramente escucha sus historias infantiles. ¿Pero en qué o en quién esta pensando ella? Su postura parece revivir con nostalgia el pasado… Tal vez el de otro momento parecido que vivió en su infancia junto a su madre o tal vez en su mente esté la pareja ausente que se pierde tan grato instante de paz familiar… Cada uno es libre de continuar la escena.
A través de la ventana vemos las luces de la noche de cualquier ciudad.
Pequeños instantes. La vida pasa tranquila.
Parafraseando a Joan Manuel Serrat "De vez en cuando la vida (:..) se hace de nuestra medida..."
De vez en cuando la vida
nos besa en la boca
y a colores se despliega
como un atlas,
nos pasea por las calles
en volandas,
y nos sentimos en buenas manos;
se hace de nuestra medida,
toma nuestro paso
y saca un conejo de la vieja chistera
y uno es feliz como un niño
cuando sale de la escuela.
De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita que
da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.
De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo.
De vez en cuando la vida
afina con el pincel:
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla.
De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos
sin saber qué pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza.
Blog y contacto con la pintora.
Otros artículos de Alejandra Caballero en este blog:
No hay comentarios:
Publicar un comentario