sábado, 4 de octubre de 2014

LA VILLA FARNESINA DE ROMA. LOS FRESCOS DE RAFAEL SANZIO Y OTROS PINTORES. EL TRIUNFO DE GALATEA.

La Villa Farnesina es una pequeña joya que no suele visitarse cuando se realiza un breve viaje a Roma, pero para los amantes de la pintura debería ser otro sitio obligado como son la Capilla Sixtina o las Estancias Vaticanas. Se encuentra bajo el Gianículo, en el barrio de Trastévere (Via della Lungara),  y hay que ir ex profeso allí porque queda un poco a trasmano de los recorridos habituales.

Villa Farnesina. Planta y jardines originales, 1505-1511.


La villa fue mandada construir al otro lado del río por el banquero Agostino Chigi entre 1509 y 1512 como palacete de recreo, aunque desde 1590 fue adquirida por la familia Farnese de la que recibe el nombre actual. El edificio es pequeño, sencillo y ejemplo de la armonía del cinquecento, pero su gracia no radica ni en sus jardines ni en la obra arquitectónica en sí, sino en los magníficos frescos que decoran algunas de sus salas.


Fue una de las primeras villas suburbanas que se realizaron en Roma y el banquero quiso rodearse de toda la belleza posible. Recurrió para ello a una generación de jóvenes pintores que la engalanaran con escenas mitológicas y de la antigüedad. En este edificio no tuvo cabida el tema religioso y sí el disfrute de la sensualidad.

En la siguiente presentación puedes apreciar los frescos con todo su esplendor.


LA SALA DE GALATEA.

La primera sala que se debió pintar cuando se terminó de edificar fue el vestíbulo principal de la planta baja, en sus orígenes una logia abierta que daba hacia el río. Chigi encargó a Rafael Sanzio, que por entonces acababa de pintar los principales frescos de las Estancias Vaticanas para el papa Julio II , un fresco mitológico. El proyecto de conjunto, elegido por el mecenas, era que en distintas escenas de la habitación se narrara la historia de Polifemo y de la Ninfa Galatea. Agostino quería casarse con Margarita Gonzaga, la hija biológica del marqués de Mantua, pero su proposición fue rechazada. Es probable que la elección de Chigi quisiera ser un trasunto de sus deseos y de versiones del relato mitológico en el que el cortejo de Galatea por parte del cíclope tuvo un final feliz para el segundo. Tal vez porque el casamiento no se llevó a cabo o por otra razón que se desconoce, el caso es que el resto de las escenas nunca se realizaron y sólo quedaron de la idea inicial la Galatea de Rafael (1511) y un Polifemo que mira a la anterior del pintor veneciano Sebastiano del Piombo (1512). El resto de los techos y de los muros los completó Baldassare Peruzzi y sus discípulos, o ya en el siglo XVII, con temas mitológicos y astrológicos.

Villa Farnesina. Sala de la Galateas. Polifemo por Sebastiano del Piombo y el Triunfo de Galatea por Rafael (1511-12). Nótese además de los elementos figurativos mitológicos de los lunetos y pechinas, el uso que se hace de los grutescos y candelieri como ornamento de las pilastras de separación, así como de los cortinajes.


RAFAEL SANZIO. EL TRIUNFO DE GALATEA.

Sorprende este fresco de Villa Farnesina porque Rafael no era un pintor que se hubiera destacado por representar el tema mitológico ni el desnudo, sino piadosas y castas vírgenes con niños. La belleza femenina siempre le había atraído como un ideal, pero aquí da un paso más allá al mostrar explícitamente un hermosísimo y sensual desnudo de la ninfa marina Galatea. A través de esta obra  podemos comprender que Rafael se ha dejado seducir por las tentaciones este mundo y se siente a gusto entre el lujo, los adornos, las fiestas y lo carnal, pero como él reconoce todavía idealiza.

El triunfo de Galatea. Villa Farnesina, Roma. Fresco, 295 x 224 cms.



El tema. La joven nereida se aleja velozmente en un fantástico carro, formado por una concha y tirado por delfines. Ha desdeñado a su admirador, el  cíclope Polifemo, y huye en busca del pastor Acis, su amado. A su alrededor, las pasiones carnales se desatan entre los que le acompañan.



Sus hermanas y los tritones e hipocampos han sido alcanzados por las flechas amorosas de los cupidos que sobrevuelan la escena y se agitan en abrazos desenfrenados. Ella se mantiene ajena a la concupiscencia que le rodea y mira al cupido de la esquina superior, escondido entre las nubes. Es su cómplice puesto que le reserva los dardos para su verdadero amor.

Rafael Sanzio. Cupidos, detalle del Triunfo de Galetea. Villa Farnesina. 1511.



El ideal de belleza. A sus contemporáneos también les asombró el cambio de registro de Rafael. Su amigo Baldassare Castiglione fascinado por la perfección y desnudez de la ninfa le preguntó quién había sido su modelo, a lo que contestó el pintor: "para pintar una mujer bella, se deben ver muchas, pero teniendo en cuenta lo escasas que son, recurro al ideal de mujer que soy capaz de crear en mi imaginación". Y puede que en ese momento dijera la verdad... La idea que tenía Rafael de la belleza perfecta derivaba de la de Platón y se expresaba en los rasgos de casi todas las mujeres que representaba. En esta pintura, en concreto, decidió modificar ligeramente la figura  anterior de Santa Catalina de Alejandría. Lo extraño es que rompiera el tabú y la desnudara.

Rafael Sanzio. Comparación entre Santa Catalina de Alejandría (1508) y detalle de la ninfa Galatea (1511).


La obra permite ver también muchos otros cambios en la forma de pintar de Rafael, fruto del contacto con la obra de Miguel Ángel y con la de  los pintores venecianos que trabajaban en Roma en esos momentos:
  • El modelo humano se ha robustecido y tiende a los excesos musculares miguelangelescos en los tritones y en las ninfas. La ninfa es la que más nos recuerda la dulzura y delicadeza del Rafael florentino.
  • Sus posturas son forzadas creando la helicoidal típica o curva serpentinata creada con el contraposto de piernas-caderas-torso- brazos-cabeza- mirada.
  • El movimiento es otro de los protagonistas de la escena, rompiendo el estatismo con el que solía componer sus escenas Rafael. Los delfines saltan y todo el mundo marino se revuelve como en un torbellino girando en torno de Galatea.
  • La composición se mantiene equilibrada y simétrica  en torno a la ninfa, pero el cortejo tiende a romperla por su movimiento desenfrenado.
  • El colorido es fantástico. Rafael siempre destacó por un uso brillante del color, pero aquí la combinación es espectacular entre el azul mar y el rojo pompeyano de la capa. Los grutescos de las pilastras y el cortinaje que enmarcan la escena sirven para darle aún más la pátina de inspiración romana.
  • La moderada sensualidad que transmite la ninfa es comparable a la de la plácida Venus dormida de Giorgione (1507-1510).
Belleza, color, movimiento y serenidad.



LA LOGIA DE CUPIDO Y PSIQUE

En 1517 el banquero Chigi encargó de nuevo a Rafael que decorara la bóveda de la Logia de acceso principal a la villa. Rafael realizó el plan total de la obra y muchos de los bocetos, pero fueron sus ayudantes (Raffaellino del ColleGiovan Francesco Penni y Giulio Romano) quienes materializaron gran parte de las figuras. Esta vez la sala se mantiene abierta (aunque acristalada), lo que permite ver con luz  natural suficiente el efecto de tan bellos frescos.

Logia de Cupido y Psique. 1517-18.


La idea era hacer creer que seguimos en el exterior bajo un cielo azul, tamizado por un emparrado vegetal, realizado por Giovanni da Udine, compuesto de especies botánicas de todo tipo (de hecho este conjunto es un referente hortícola y botánico de primera mano para ver las primeras representaciones de plantas importadas de América). Las guirnaldas enmarcan a los dioses con sus atributos representativos en las pechinas y dejan un espacio central libre sobre el que se tienden dos a modo de tapices alargados.


Éstos narran las bodas de Cupido y Psique según la Metamorfosis (o El Asno de Oro) de Lucio Apuleyo: en uno la reunión  de los dioses y en el otro el banquete nupcial. Se interpreta que Psique viene a ser Francesca Ordeaschi, cortesana y amante de Agostino Chigi, a la que éste convirtió por esas fechas en su esposa con el  consiguiente revuelo. Era el ascenso de una plebeya al grupo escogido de los más ricos de Roma, los mismos obstáculos que tuvo que superar la mortal Psique para ser aceptada por los dioses y casarse con Cupido.

Cupido y las tres Gracias.


Esta vez me atrevo a asegurar que Rafael sí conocía a su amor verdadero. De la belleza platónica de la Galatea  ha aterrizado en la belleza, en absoluto platónica, de su amante Margherita Luti, conocida como la Fornarina, que se convierte en su modelo femenino y que podemos intuir en muchos de los bocetos que quedan de su mano. Cada detalle de este conjunto rezuma erotismo. Hasta las frutas y hortalizas son utilizadas en esta exaltación del amor carnal. Dicen las malas lenguas (Giorgio Vasari) que Rafael murió a la edad de 37 años por el exceso de trabajo y los juegos amatorios que mantenía con su amante, que convivía con él en este mismo palacio mientras pintaba los frescos.

Boceto de Rafael de un detalle del banquete de los Dioses, que podemos comparar con lo realizado por uno de sus discípulos sin tanta maestría. La representación de sus mujeres ya son muy reales.


LAS OTRAS SALAS.

En el piso superior podemos ver otras bellas estancias decoradas de la villa que por no hacer más extenso el artículo simplemente apunto y recomiendo ver en la presentación inicial:
  • El Salone delle prospettive, decorado por Peruzzi. Recrea mármoles y frisos clásicos, pero lo que da nombre a la sala es la ilusión óptica de ambos extremos que nos hace creer que podemos acceder a una terraza exterior, ya que entre columnas fingidas vemos edificios de la Roma del siglo XVI.
  • En el dormitorio principal del banquero se representa la historia de Alejandro Magno por Sodoma, destacando el fresco de los desposorios de Alejandro y Rosana.
Sala de las Perspectivas, Peruzzi.




Sala de los amores de Alejandro y Rosana. 




Página web de Villa Farnesina (en italiano).

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