miércoles, 1 de octubre de 2014

NICOLA PISANO, EL CLASICISMO EN EL GÓTICO. LOS PÚLPITOS DEL BAPTISTERIO DE LA CATEDRAL DE PISA Y DE LA CATEDRAL DE SIENA.

Nicola Pisano es el maestro que, junto a su discípulo Arnolfo di Cambio y su hijo Giovanni Pisano, marcan el paso del Románico al Renacimiento casi sin pasar por el Gótico. Inspirándose en la Antigüedad, crearon entre 1250 y 1310 un lenguaje escultórico nuevo en la Toscana (Pisa y Siena), que nos permite comprender la revolución figurativa de cien años después.

Nicola Pisano (1206-1280 ap.)

No se sabe prácticamente casi nada de Nicola Pisano con anterioridad a la aparición de las obras escultóricas que decoran el púlpito del baptisterio de Pisa (1260), ejemplo de un estilo  totalmente maduro. Y sólo se conocen otras dos obras seguras posteriores: el púlpito de la catedral de Siena (1265-68), ejecutado con ayuda de su hijo Giovanni, y la Fontana Maggiore de Perugia (1278) que vemos en imagen, pero que no vamos a comentar.

Fontana Maggiore de Perugia.



Características de la obra de Nicola Pisano y de su escuela.
  1. 1.- Independizan gradualmente la escultura de la arquitectura. Las representaciones no se centran sólo en las portadas de la iglesia, sino también en otros lugares de acceso público, fuentes, calles, púlpitos...
  2. 2.- Dotan de un carácter naturalista  a las formas. Se establecen nuevos cánones humanos más proporcionales;  los volúmenes son rotundos, inspirados en relieves clásicos; los elementos narrativos y expresivos se acentúan rompiendo el hieratismo; el detallismo recrea los objetos y las vestimentas como no se había hecho desde tiempos del Imperio romano.
  3. 3.- La inspiración en el mundo clásico es muy evidente, como comprobaremos.
La fortaleza como Hércules en el púlpito del baptisterio de Pisa.


  1. 4.- Los temas que esculpen tratan de la humanidad de los personajes del cristianismo. Aún el Juicio Final y el castigo de los pecadores puede estar presente, pero empieza a competir en importancia con los  mensajes más amables que muestran el carácter humano de Cristo: su nacimiento, su martirio, muerte y resurrección para salvar a la humanidad.
El púlpito del baptisterio de la catedral de Pisa. Mármol, 465 cm.

El púlpito era un podium alto desde donde se dirigía la homilía a los fieles y no era extraño en iglesias bizantinas y románicas italianas. El que realiza Nicola en 1260 tiene una forma hexagonal, lo que le permitió crear seis panales rectangulares donde representar con comodidad sus escenas. Resulta original  con respecto a los románicos por el refuerzo decorativo del arco inferior y el conjunto de figuras alegóricas que aparecen entre los paneles, en las enjutas y en las columnas que son sostenidas por los leones protectores.

púlpito del baptisterio de la catedral de Pisa.



  • El de la Natividad no constituye una escena única, sino una refundición de cuatro episodios distintos, la Anunciación, la Natividad, la Anunciación a los pastores y el Baño del Niño Jesús (fuente literaria) .La figura central de la Virgen reclinada nos recuerda a las figuras funerarias etruscas. El modelado de los cuerpos es sólido pese a estar cubiertos por los pliegues de los ropajes



  • El relieve de la Adoración de los Reyes Magos nos ofrece una escena única. Los caballos aparecen representados con un detallismo naturalista que sorprende, creando incluso la sensación de profundidad a través de los escorzos de sus cabezas. La virgen aparece como una matrona romana de forma mayestática con una semejanza indiscutible con un relieve romano del siglo II, el de Hipólito y Fedra, que se puede contemplar en el Camposanto de Pisa y que sirvió de tumba a la condesa Beatriz a partir del siglo XI. También se pueden detectar relaciones entre los desnudos del sarcófago y el Hércules desnudo que simboliza la fortaleza que aparece justo debajo del panel. Puedes comparar las dos imágenes a continuación.


Sarcófago de Fedra  e  Hipólito, s. II. d. C. Campo santo de Pisa. Detalle



  • Los otros relieves de gran fuerza y de innegable  inspiración romana son los de la Presentación del niño en el Templo y la Crucifixión. Más goticista francés es el Juicio Final.


El púlpito de la catedral de Siena. Mármol, 460 cm.
Este púlpito es posterior (1265-68) y tiene más obra de taller, lo cual sabemos porque tenemos documentación de que participaron en su elaboración, además del maestro, varios discípulos entre los que se encontraban Arnolfo di Cambio y su joven hijo Giovanni Pisano. La diversidad estilística y la calidad desigual de la obra también lo confirma.



El púlpito de Siena es octogonal, y de ahí que el programa figurativo sea aún mayor que el del baptisterio de Pisa. Se incorpora la Matanza de los Inocentes; mientras que el Juicio Final se extiende a lo largo de dos relieves hasta englobar las figuras que flanquean a éstos.

El Juicio Final con Cristo en medio de los salvados y de los condenados. Catedral de Siena.



Cobran gran protagonismo las figuras que separan las escenas, que se convierten casi en figuras exentas al poderse ver de frente o de lado.  Además están dotadas de detalles de gran calidad: los ropajes  son de suave textura y pliegues naturales; los cuerpos y los rostros se humanizan.

Cristo resucitado y virgen en púlpito de Siena.



En la base de la columna central, la efigie de la Filosofía aparece acompañada de las Siete Artes Liberales. De esta forma, los símbolos de las realizaciones más excelsas de la mente humana quedan unidos a las cualidades espirituales, las Virtudes, las cuales capacitan al hombre para alcanzar la salvación prometida en los relatos sacros.



Las composiciones son más abigarradas. El nuevo estilo de los relieves parece imitar al de los sarcófagos con batallas de la Antigüedad y que se encuentra prefigurado por el Juicio Final de Pisa. Es el deseo, cada vez más intenso, de contar una historia humana concreta sazonándola con el mayor número de detalles posibles y con mayor carga de humanidad.

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