lunes, 10 de noviembre de 2014

LEONARDO DA VINCI Y JUAN DE JUANES. LA ÚLTIMA CENA.



Artículos de alumnos.



El ejercicio consistía en hacer un comentario para subir nota en el control de pintura renacentista donde cayeron estos mismos cuadros y de paso que encontraran una relación con otra obra de este estilo o de otro tiempo.

Gabriel Cifuentes ha comentado la archiconocida obra de La última cena de Leonardo Da Vinci, que casi todos habíais reconocido, y  la ha comparado con la del pintor manierista español Juan de Juanes.
El comentario de Gabriel va en cursiva y las anotaciones en color amarronado son mías. Veamos sus comentarios porque merecen la pena.

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La Última Cena es una obra realizada por Leonardo Da Vinci, en 1498 (Cinquecento), por encargo de Ludovico Sforza (duque de Milán). Se trata de un mural de 460 cm de alto por 880 cm de ancho, que se encuentra actualmente en el refectorio del convento dominico de Santa Maria delle Grazie, en Milán (Italia). Este mural no puede ser considerado como fresco, debido a que emplea una nueva técnica: pintar con óleo directamente en el yeso, lo cual provoca un rápido deterioro de la obra (motivo por el cual ha sido restaurado y se le mantiene en conservación, alejado de cualquier elemento perjudicial).


Leonardo Da Vinci es uno de los máximos exponentes de Cinquecento italiano. Es un autor que abarca diversas disciplinas (anatomía, pintura, arquitectura e inventor entre otras), siguiendo el modelo de los hombres humanistas que surgen durante el Renacimiento. Sin embargo, no es la pintura el campo en el que expresa una mayor maestría. Leonardo se formó con Verrochio en su taller, pero también se influenció de las novedades de otros autores (como Masaccio, Donatello o Perugino). Leonardo llegó a ser un artista de renombre, y trabajó para personajes influyentes de la época, como la familia Medici, Ludovico Sforza o incluso el rey Francisco I de Francia.

El tema de la obra es religioso, pero novedoso, dado que no es el tema de la eucaristía (el más representado hasta entonces), sino que se trata de la anunciación que Cristo hace a sus apóstoles, de que iba a ser traicionado por uno de ellos (Judas), y como éstos reaccionan ante esta noticia.


Una de las características más llamativas de la obra es el equilibrio compositivo de la pintura (recuerda a las obras de Perugino). Cristo aparece en el centro, resaltado como figura central (por medio de los puntos de fuga, que nos dirigen hacia él, y los efectos de luz que provocan las ventanas), y actuando como eje de simetría entre los dos grupos de personajes de sus laterales, que a su vez se dividen en grupos de tres personajes. Otro elemento a destacar, es la combinación entre la perspectiva geométrica (visible en el techo, los muros y las ventanas posteriores) y la perspectiva aérea (relacionada con el gótico flamenco, y visible bajo la mesa y en el fondo montañoso).


En esta obra, también aparece la técnica que inicia Leonardo, y aplica a sus obras, conocida como Sfumato, y que consiste en graduar el color, para difuminar las formas y romper la línea del contorno. Al igual que la mayoría de obras de Leonardo, tanto la temática, como la composición de la obra son misteriosas. Por ejemplo, hay varios personajes "afeminados" que aunque representan a personajes jóvenes masculinos, tienes rasgos que pueden pasar por femeninos (estos personajes recuerdan a los de Perugino).


Otra característica propia del Cinquecento (aunque más de Miguel Ángel) es la utilización de colores pasteles para las ropas de los personajes. Por último, el edificio en el que se enmarca la escena es un edificio claramente renacentista (techo con casetones, entablamento superior, e incluso un frontón curvo en la ventana central).

Esta obra influyó mucho sobre obras posteriores, pero la que más se asemeja a esta es La Última Cena del autor español Juan de Juanes (que trabaja durante el 2º tercio del siglo XVII).


La obra de Juan de Juanes imita en esencia la obra de Da Vinci (equilibrio compositivo, Cristo resaltado, perspectiva aérea y geométrica), pero toma matices más propios del autor español, debido al cambio del tema de la obra, que pasa a ser la consagración, el fondo es más oscuro (salvo por el ventanal, el resto del fondo es muy oscuro), aparecen colores ácidos y posturas retorcidas que recuerdan a la curva serpentinata de Miguel Ángel (ambas características en el personaje de la derecha), los personajes se aglomeran en torno a Cristo, pero lo más representativo de este autor es la individualización que hace de objetos cotidianos, para poder representarlos detalladamente (inicia el bodegón), como por ejemplo la vasija y la fuente que actúan como escorzo.

Añadiría alguna otra obra que se vio influida por esta mítica representación del La última Cena, pero me quedo con la de Dalí de 1955. Óleo sobre lienzo, 167 cm × 268 cm. Galería Nacional de Arte (Washington), Estados Unidos.

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