Anish Kapoor en la presentación de sus instalaciones de Versalles ante la prensa el 5 de junio de 2015.
Analicemos su trayectoria y veamos a la vez lo que nos presenta en Versalles.
Las raíces del trabajo de Anish Kapor. Décadas de los 80 y 90.
Anish Kapoor nació en Bombay (1954), pero se formó y reside en el Reino Unido desde 1973. Siendo todavía estudiante, participó en diferentes concursos y muestras (v.g. exposición colectiva Art into landscape, 1974, en la Serpentine Gallery de Londres) donde ya mostró su predilección por la abstracción escultórica y las instalaciones. Se fraguaba ya la figura de uno de los máximos representantes de la denominada nueva escultura británica, junto a otros artistas como Richard Deacon y Toni Cragg.
Para entender su estilo a partir de la década de los 80, que es la que le catapulta a la fama, hay que conocer sus raíces hindúes, aunque él siempre afirma que su origen no tiene nada que ver con su genio artístico. Pero es un hecho que su reconocimiento internacional llegó tras la visita que realizó a la India en 1979 después de muchos años de ausencia. En el reencuentro con su tierra natal quedó fascinado por los múltiples colores de los montículos de polvo de especias y plantas medicinales que se ponen a la venta en los puestos callejeros. Estos polvos se utilizan como ofrenda y se arrojan contra la gente en las fiestas de la primavera.
Puesto del mercado de Devajara en Mysore, India, donde se venden los polvos de colores que se utilizan en la fiesta de Holi.
De regreso a Inglaterra, comenzó a explorar las posibilidades del uso pigmentos de colores vivos en polvo sobre formas geométricas hechas con contrachapados de madera inicialmente y luego en fibra de vidrio. Así surgieron obras como las de la serie 1000 Nombres (1000 Names) que expondría en la Galerie Patrice Alexandre de París en 1980, su primera muestra individual. A partir de 1986 abandonó la madera y recurrió a la piedra (bloques de granito, caliza, arenisca, mármol o yeso) para crear sus estructuras abstractas, a las que también dio toques de color. El Museo Reina Sofía de Madrid adquirió en 1991 obras de ambos estilos.
Anish Kapoor. 1000 Names (1000 nombres), 1979-81. Contrachapado de madera, yeso mate y pigmentos, 122 x 183 x 183 cm. Museo Reina Sofía, Madrid. Las esculturas de Kapoor suelen explotar las cualidades místicas y emocionales de color. Estos primeros trabajos consistieron en nítidas formas orgánicas y geométricas cubiertas con suntuosos pigmentos en polvo de distintos colores. Bajo su manto de color puro, las esculturas de Kapoor parecen casi incorpóreas e ilusorias, sin peso, como si estuviesen suspendidas. La foto de la instalación en el museo no puede ser de peor calidad. Lo siento.
Anish Kapoor. Es hombre (It´s man), 1988-1990. Piedra arenisca y pigmentos negros, 241 x 127 x 114 cm. Museo Reina Sofía. La obra es una reflexión sobre el espacio. Kapoor, siempre atraído por los opuestos, confronta en esta obra lo pesado del bloque con el aparente vacío interno que provoca el rectángulo negro hecho con pigmentos en polvo.
Su éxito fue vertiginoso en los años 80, llegando el caso de que sus obras se vendieran incluso antes de la inauguración de la exposición, como le ocurrió en la que hizo en la Barbara Gladstone Gallery de Nueva York de 1986. No tardaron los premios como el Premio Duemila al Mejor Artista Joven, por su participación en la 44 Bienal de Venecia, en 1990, y, un año más tarde, el prestigioso Premio Turner. Y con los reconocimientos llegó el ingreso en los museos de arte contemporáneo de todo el mundo: la Tate Gallery o la Hayward Gallery de Londres, el Deutsche Guggenheim de Berlín, el Reina Sofía de Madrid, o el Kunsthalle de Basilea. Para saber más sobre su curriculum, exposiciones y premios, que son muchos, pinchad en este enlace con su biografía que elaboró el Museo Guggenheim de Bilbao. De esa manera me permito centrar el artículo en apreciaciones artísticas a cerca de su estilo y obra.
Anish Kapoor. "Como si al celebrar, descubrí una montaña que florece con flores rojas" ("As if to celebrate, I discovered a mountain blooming with red flowers"), 1981. Madera, cemento, poliestireno y pigmentos de colores, dimensiones variables. Tate Gallery Modern. Esta obra, en la misma línea que la que posee el Museo Reina Sofía, fue adquirida por la Tate en 1983. Pertenece a la serie de los 1000 nombres. El nombre o título proviene de combinar el comienzo de un Haiku japonés, que le impresionó, con el mito del nacimiento de la diosa hindú (Devi) en una montaña de fuego.
Sus pigmentos vivos empezaron a cubrir formas de tamaño cada vez mayor como óvalos y cavidades hemisféricas hechas de fibra de vidrio. Una de sus obras más representativas de esta época es En el centro de las cosas (At the Hub of Things), que se considera obra cumbre de los conocidos como «vacíos». Cubierto por un vivo pigmento de polvo azul prusia, este hemisferio cóncavo de fibra de vidrio simboliza al aspecto femenino de la divinidad hindú, Kali, representada en su profundo azul oscuro. La cavidad, que evoca la feminidad y la Gran Diosa, sugiere las profundidades ocultas del vientre, pero también puede ser su opuesto si la rodeamos, convirtiéndose en la convexidad. Por lo tanto, la escultura alude a la vida, así como a la oscuridad y a lo desconocido. Mirar en ese profundo vacío azul es una experiencia vertiginosa que provoca a la vez miedo y alegría.
En el centro de las cosas (At the Hub of Things), 1987. Fibra de vidrio y pigmento, 150 × 163 × 141 cm. Hirshhorn Museum and Sculpture Garden, Smithsonian Institution, Washington, DC.
En los años 90 continuó trabajando en las formas simples, pero atreviéndose cada vez más con el gran formato y buscando implicar a los espectadores en sus obras, es decir, empezó a realizar verdaderas instalaciones artísticas más que esculturas de gran tamaño. En una instalación el visitante tiene que relacionarse necesariamente con las obras, meterse en ellas, y experimentar sensaciones como el vértigo, la soledad o la intimidad. Una de sus primeras grandes instalaciones fue la que realizó en Londres en 1998 en la Galería Hayward, de la que poseemos imágenes de su creación (ved el vídeo de debajo de la siguiente foto). Kapoor suspendió una enorme cúpula de ocho metros del techo pintada con el seductor pigmento rojo que utilizara en obras anteriores.
Sus obras tienen ya un carácter arquitectónico y necesitarán la modificación o la construcción de edificios especiales donde albergarlas. También en estos años empieza a experimentar con los espejos. El siguiente vídeo es verdaderamente interesante porque podemos ver cómo realiza las obras para la exposición de 1998 y cómo transforma la sala de exposición totalmente para conseguir sus efectos.
Marsyas, para la Tate Modern, 2002.
La búsqueda de la obra que impresione y que permita interactuar con el espectador desembocó en 2002 en la colosal Marsyas, creada para un antiguo edificio industrial, la sala de turbinas, de la Tate Modern de Londres. Nos detenemos en ella porque realmente es una obra clave de su producción. Con ella, el artista juega descaradamente con la escala humana haciendo que sus dimensiones hagan imposible verla desde un solo ángulo, de manera que el espectador deba caminar a su alrededor y subirse en alto para comprender la inmensidad de la obra. Es el comienzo de una serie de instalaciones gigantes, en muchas de las cuales colaborará con él el ingeniero de estructuras Cecil Balmond.
Anis Kapoor. Instalación llamada Marsyas, Sala de Turbinas de la Tate Modern. Consta de tres anillos de acero unidos por un solo tramo de membrana de PVC. Dos de los anillos están posicionados verticalmente en cada extremo de la nave como tímpanos o trompetillas, mientras que un tercero se suspende en paralelo con la terraza-rellano que hay en medio de la sala. De pie, bajo este anillo y mirando hacia el vórtice de remolinos de color rojo, se pueden escuchar ecos de otros lugares, provocando un estado de admiración y asombro.
La membrana de PVC tiene una calidad carnosa, que Kapoor describe "como una piel desollada", como tendones elásticos. El título se refiere a Marsias, el sátiro en la mitología griega que fue desollado vivo por el dios Apolo. El color rojo oscuro de la escultura sugiere algo orgánico, que "pone los pelos de punta" cuando pensamos en la muerte del sátiro.
Las obras de los últimos años. Investigación en nuevos materiales y sensaciones.
La cera roja.
En 2003 comienza su indagación con otro material, que claramente se relaciona, por el magnífico color rojo sanguíneo, con lo que anteriormente había hecho. Me refiero a la cera roja y lo que hace en Mi patria roja (My Red Homeland). Una enorme masa circular de 25 toneladas de color rojo es diseccionada lentamente por una hoja de acero que arrastra la cera cortada hacia el exterior del círculo, creándose y destruyéndose a la vez.
Aunque pudiera pensarse que el título de la obra "My Red Homeland" potencialmente podría referirse a su lugar de nacimiento, la India, en realidad se refiere a "mi patria interior". Según sus declaraciones "siempre he pensado en el color rojo como mi color interior". El rojo es el color de la sangre, de la pasión y de la emoción; el rojo es el color de la carne.
Es una obra inquietante en la que se invita al espectador a sumergirse en el eterno movimiento circular de la masa, silencioso, lento y continuo de "My Red Homeland". A reflexionar sobre la materia y el ciclo de la vida.
La cera roja es empleada en otras obras de los años siguientes con la misma idea descarnadora e hiriente. En 2006, realiza Pasado, presente, futuro ("Past, present, future"), una instalación escultórica que consiste en una cúpula de cera que un brazo mecanizado pintado de blanco y con forma que simula la pared de la galería va afeitándola en su lenta rotación.
Pasado, presente, futuro ("Past, present, future"), 2006. Dimensiones, 345 × 890 × 445 cm. Lisson Gallery, Londres.
Kapoor resulta más interesante en la obra titulada Svayambh. Aquí, un bloque de cera roja del tamaño de un pequeño vagón de tren atraviesa varias salas de cualquier edificio donde se expone dejando parte de la cera roja en su camino. La pieza toma su nombre del vocablo sánscrito “svayambhu”, que es aquello que se genera a si mismo, que es autogenerado. La primera vez que se montó fue para el Museo de Bellas Artes de Nantes en 2007. El bloque viscosos se desplace muy lentamente, casi de forma imperceptible, y en una progresión casi dolorosa, puesto que se deja parte de su materia entre arcos o puertas demasiado estrechas. Tras cada puerta, el bloque irrumpe en el ambiente emulando una suerte de parto colosal. El contraste entre la aparente asepsia de los muros blancos y la textura de la masa de color rojo, que recuerda la sangre, resulta muy inquietante para el público. La obra invita a tocar, a dejar la huella de nuestras manos en la masa sanguinolienta.
Svayambh en la exposición de Kapor en la Real Academia de las Artes de Londres en 2009.
La instalación Svayambh en tiempo lapsado en la exposición de Kapor en el Haus der Kunst, Munich, 2008.
Kapoor juega también con la cera roja y la inocencia de los muros blancos en la instalación titulada Disparando a la Esquina, (Shooting into the Corner), que presentó por primera vez en 2008. En este caso, un cañón creado con un compresor neumático, dispara cada cierto tiempo una bala de cera roja de 11 kilos contra una pared, esquina o puerta. De nuevo la obra resulta muy agresiva por el efecto del color que salpica las paredes y el suelo con pedazos sanguinolientos. El sentimiento de rechazo contra lo que vemos vuelve a inundar al espectador y nos hace pensar en la guerra y sus víctimas, pero tal vez es más conmovedor el sonido del cañonazo que sorpresivamente rompe el silencio de la sala.
Este montaje es uno de los que está presentes en la exposición de Versalles. Pero esta vez la obra se impregna del contexto histórico. En otras instalaciones la obra es a lo sumo un alegato contra la carnicería de la guerra; en Versalles, en cambio al estar alojada en la Sala del Jeu de Paume adquiere una dimensión más polémica aún. La sala es el lugar donde se constituyó la Asamblea Nacional en 1789, el lugar donde dio comienzo la revolución francesa. La violencia de los cañonazos, el color rojo sangre del pigmento y la masa informe acumulada en la esquina nos hace pensar necesariamente en las vidas que la democracia ha costado a la humanidad.
Anish Kapoor, Tiro a la esquina (Shooting into the Corner), 2008-2009. Instalación temporal en la Sala del juego de Pelota del palacio de Versalles en 2015 (junio a nov).
El acero inoxidable pulimentado. Efecto espejo curvo.
Entre 2004 y 2006, Anish Kapoor realizará su primera obra de carácter público en los Estados Unidos, se trata de la Puerta de la nube (Cloud Gate), instalada en el Millenium Park de Chicago. Está compuesta por 168 placas de acero inoxidable soldadas entre sí y pulimentadas de tal manera en su exterior que no tiene costuras visibles, lo que la convierte en un gigantesco espejo arqueado que refleja y distorsiona a la vez el entorno en el que está. La forma que adquiere es como la de una alubia gigante (así es conocida vulgarmente en Chicago), aunque realmente se inspiró en las gotas de mercurio líquido. Los visitantes del parque se sienten atraídos por la obra, la rodean, entran debajo de ella y juegan con su imagen. Con este tipo de obra inicia otro camino de investigación en nuevos materiales y en cómo interactuar su obra con el público.
Puerta de la nube (Cloud Gate), 2004-06. Millenium Park de Chicago, Estados Unidos. Escultura de acero inoxidable de 10×20×13 m, que pesa 98 toneladas.
De esta utilización del acero han surgido más creaciones para espacios públicos, como Espejo del cielo (Sky Mirror), que se colocó en 2006 en el Rockefeller Center de Manhattan, uno de los sitios más céntricos y representativos de la ciudad de Nueva York. El artista volvía a jugar con el espacio y con la percepción del mismo. Se trataba de mostrar al espectador, por un lado, el trajín del tráfico y de las personas yendo y viniendo por la plaza, en contraste con la imagen de un cielo atrapado en el centro cóncavo del espejo. Mientras que, si miramos por la parte convexa, los que nos vemos atrapados en la vorágine de la ciudad somos nosotros mismos.
Anish Kapoor. Rockefeller Center, Nueva York, 2006. La obra poseía 10,6 metros de diámetro y pesa 23 toneladas y alcanzaba tres pisos de altura. El lado convexo apuntaba hacia la Quinta Avenida y el lado cóncavo hacia el patio del Rockefeller Center. El espejo reflejaba e invertía los rascacielos de dicho complejo, rebajando así "el cielo hasta el piso".
Pero también el espejo puede ser utilizado en la naturaleza o en espacios históricos. En la foto inferior podemos ver una versión de Sky Mirror en Kensington Gardens, utilizado en una muestra temporal entre 2010 y 2011.
Sky Mirror también está presente en la exposición de los jardines de Versalles (junio-nov 2015), aunque no parece también integrada que en los otros dos espacios anteriores. De momento es la obra que menos seduce a los visitantes, que como vemos en la foto le han encontrado una utilidad menos elevada a la instalación.
Otra versión del espejo curvo realizado con acero inoxidable es C-Curve (2007). Por su formato panorámico y por presentarse a ras del suelo es más apto para que espectador y obra interactúen. En la misma idea, hay otra versión, conocida como S-Curve, que lo único que aporta de más es una doble concavidad y convexidad.
C-Curve ha sido presentada en distintos espacios. A mi juicio donde consigue atrapar más la atención y la fantasía del espectador es en los paisajes abiertos, porque la naturaleza dota de movimiento y de luz cambiante a la obra. La parte cóncava voltea la realidad y el suelo se convierte en el cielo, mientras que la parte convexa puede ser un espectáculo de fantasía. Si veis el vídeo de debajo de la primera foto entenderéis mejor esta última afirmación.
Anish Kapoor. C-Curve en el Brighton Festival de 2009. Acero inoxidable, 220 × 770 × 300 cm.
Las nubes de Brighton en C-Curve en tiempo lapsado.
C-Curve también está en los jardines de Versalles. Y no es la primera vez que se ha expuesto en un contexto artístico. Puso "El mundo al revés" en el museo del Louvre en las salas de Asiria en 2007.
Los espejos curvos bajo el Salón de los Espejos de Luis XIV, Versalles (2015), adquieren un aspecto político e histórico que no podría sostener en otras situaciones.
Muy atractiva resulta la idea del acero inoxidable pulimentado aplicada a la esferidad. La monumental obra de Kapoor El gran árbol y el ojo (Tall Tree & The Eye, 2009), instalada desde 2010 en el exterior del Museo Guggenheim de Bilbao, consta de setenta y tres esferas reflectantes asentadas sobre tres ejes. Las superficies de las esferas se refractan entre sí, creando y disolviendo simultáneamente la forma y el espacio. Las imágenes de la ría del Nervión y el propio Museo adquieren una suspensión dinámica. El único "pero" que le pongo es que su instalación en medio del canal de agua impide que exista conexión directa entre el público del museo y la obra, lo que indudablemente no estaba en la mente de Kapoor.
Anish Kapoor. El gran árbol y el ojo (Tall Tree & The Eye), 2009. Acero inoxidable y acero al carbono, 13 x 4,4 x 4,4 m. Museo Guggenheim de Bilbao, España.
De nuevo lo colosal y sorprendente relacionado con la industria.
Los proyectos más ambiciosos aún estaban por venir. El recuerdo que dejó su Marsyas y alguna otra obra menor entre los ingleses. le impulsaron a recibir encargos permanentes de instalaciones escultóricas o de ingeniería colosales desde 2008.
Ese año Anish Kapoor aceptó el reto de crear Temenos para el "Valle de los Soportes Gigantes" (Tees Valley Giants), un proyecto colectivo de construir en los siguientes 10 años cinco esculturas colosales en el Teeside, una conurbación del noreste de Inglaterra (Middlesbrough, Stockton, Redcar, Hartlepool y Darlington). Para planificar y levantar la enorme red «cazamariposas» de 55 metros de altura y 110 de longitud recurrió a su colaborador, el ingeniero Cecil Balmond. La magnitud de la estructura de malla de acero inoxidable entre dos anillos, acabada en 2010, es un homenaje al pasado industrial de la localidad.
Anish Kapor. Temenos, 2008-2010. Acero inoxidable. La escultura se encuentra en un paisaje industrial y portuario bastante sombrío entre el puente de Middlesbrough Transporter y el estadio Riverside. La instalación permanente ha resultado muy controvertida, no sólo por su forma, sino también porque costó 2,7 millones de libras.
En 2010, Kapoor y su ingeniero Balmond recibieron un grandísimo encargo para los Juegos Olímpicos y Paraolympicos de Londres 2012. La enorme torre de acero que gira sobre sí misma llamada la gran Órbita ArcelorMittal (ArcelorMittal Orbit). Se trata de una escultura y a la vez de un edificio. Su forma recuerda al proyecto de la Torre Tatlin para la Tercera Internacional. Es un bucle continuo de acero tubular que llega hasta los 115 metros de alto y en el que se invirtieron 1000 toneladas de acero.
Anish Kapoor. ArcelorMittal Orbit. 2010-2012. Acero.
La torre contiene dos 2 plataformas que ofrecen una espectacular vista sobre el complejo olímpico y la ciudad de Londres.
Kapoor vendría a sorprender de nuevo al espectador con una nueva obra: Leviathan, «Un monstruo marino, grande, amorfo, incontrolable y que provoca emociones". El monstruo bíblico se dejó ver durante la cuarta edición del Grand Palais de París en 2011. Se trataba de un conjunto de esferas de goma de color púrpura que intentan buscar hueco entre los hierros y el vidrio de la enorme sala del museo parisino. Pero lo más interesante estaba en que el visitante podía pasear por su interior como si hubiera sido engullido por un monstruo.
Anish Kapoor. Leviathan, exterior, Gran Palais de París, 2011. Exterior.
Anish Kapoor. Leviathan, exterior, Gran Palais de París, 2011. Interior. Una vez dentro, se convierte en una membrana translúcida brillante de color rojo cereza. Al ser traslúcido podemos contemplar el exterior. “Mi ambición”, dice Kapoor, “es crear un espacio dentro de un espacio que responda a la altura y la luminosidad de la Nave en el Grand Palais. Los visitantes serán invitados a caminar dentro de la obra, a sumergirse en el color, y será, espero, una experiencia contemplativa y poética“.
Para tener una idea más perfecta de lo que se sintió en esta instalación temporal os animo a que veáis este video.
En Versalles se ha construido una instalación, el único trabajo realizado especialmente para la exposición, que tiene algo que ver con Leviathan y Marsyas. Me refiero a un cubo modular titulado como Sectional Body Preparing for Monadic Singularity (2015). El trabajo hace referencia a las instalaciones mencionadas, a menor escala, por su dualidad entre el interior y el exterior, su color rojo y por las costuras de PVC que recuerdan tendones al ser contempladas desde el interior.
Anish Kapoor. Sectional Body Preparing for Monadic Singularity (2015). En los jardines de Versalles. Exterior.
Anish Kapoor. Sectional Body Preparing for Monadic Singularity (2015). En los jardines de Versalles. Interior.
Pero la obra que más polémica ha suscitado de la exposición de Anish Kapoor en los jardines de Versalles ha sido la instalación llamada ‘Esquina Sucia’ (Dirty Corner), un enorme túnel de acero rodeado de piedras que su creador ha definido en una publicación francesa como “la vagina de una reina tomando el poder”. “Lo que estoy haciendo es coger la superficie del jardín de Le Notre, abrirla y mirar dentro, o intentar mirar dentro. Inevitablemente, uno se topa con el cuerpo, nuestros cuerpos, y con un cierto nivel de sexualidad.”
Anish Kapoor, ‘Esquina Sucia’ (Dirty Corner), 2011-2015. Instalación en Versalles.
Anish Kapoor. Esquina sucia para la Fabbrica del Vapore en Milán, 2011. Acero 60 metros de largo por 8 de altura.
En Versalles, el tubo de acero se encuentra la alfombra de verde cesped que se extiende entre el palacio y el Gran Estanque, con la boca del pasadizo dirigida hacia el palacio. En Versalles, en lugar de la tierra roja fina que se acumulaba gradualmente a lo largo de la estructura, Kapoor ha cubierto las secciones del tubo de acero con grandes piedras irregulares y montones de tierra, parte de este es su famoso detritus rojo sangre. En este contexto de Versalles, Esquina sucia se convierte en una obra con significados completamente diferentes. Y la polémica ha saltado no porque ofenda la armonía de los jardines, sino por la interpretación sexual que ha expresado el artista. El morbo está servido.
El artista como dominador de otros elementos.
EL AIRE Y EL AGUA.
El atrevimiento de Anish Kapoor ha llegado muy lejos. Su idea de la creación le ha llevado a intentar ser como Dios y crear instalaciones artísticas con no-materiales escultóricos: el aire y el agua. Pero no siempre los experimentos cuajan.
En 2003 realizó para la Gallería Continua de San Gimignano la primera versión de Ascension, una instalación conceptual en la que desde una base se libera una fina espiral de humo que asciende impulsado por cuatro ventiladores que impulsan, concentra y dirigen el humo hacia el techo, donde es recogido por una especie de extractor.
Anish Kapoor. Ascension, 2003. Gallería Continua de San Gimignano, Italia.
"Ascensión" volvió a ser instalada en 2011 para la Bienal de Venecia. Esta vez el contexto no podía ser más simbólico. Kapoor escogió como ubicación el crucero de la iglesia de San Giorgio Magiore. La columna de humo debería elevarse mágicamente y como una presencia divina desde el suelo hasta la cúpula del edificio... Y digo debería porque el espectáculo resultó en parte fallido, al menos para los visitantes que inauguraban la exposición, que apenas vieron como farfullaba un poco de humo y que se desintegró después de varios metros. Si hubiera salido normalmente el efecto hubiera sido como el de la foto y el vídeo, una experiencia mística.
Anish Kapoor. Ascension, 2011. Iglesia de San Giorgio Magiore, Venecia, Italia.
Volviendo a Versalles, un poco más allá Dirty Corner, situado entre la Fuente de Apolo y el Gran Estanque, se levanta la instalación llamada Descension. Se trata una pila circular de agua en movimiento, un vórtice que forma un remolino que nos hace creer que nos llevaría hasta profundidades desconocidas.
Anish Kapoor. Descension, Instalación en los jardines de Versalles en 2015. El espectador contempla la obra en los jardines desde detrás de una barandilla y a una distancia de seguridad, lo que rompe parte del encanto.
Este trabajo se creó originalmente para la Bienal de Kochi-Muziris (India) de 2014. Se buscaba que el espectador experimentara la sensación de peligro, de inseguridad ante este misterioso pozo oscuro y atronador. En Versalles, por el contrario, Descension parece una gran piscina y el movimiento de sus aguas una de las muchas fuentes del jardín. Hay otra versión de la pieza actualmente en exhibición en la Galleria Continua de San Gimignano, donde podemos apreciar la instalación en su verdadero esplendor.
Anish Kapoor. Descension, 2015. Instalación de acero, agua, motor, 500 x 500 cm, En la galería Continua de San Giminiano (Italia). Descension es un inesperado gran agujero en el suelo de la galería, donde el agua negra se cuela continuamente por un sumidero. Es un vórtice de agua espumeante sin fin que atrae y que da miedo (aquí no han puesto valla). Que rompe la calma, pero que no puedes parar de mirarlo.
Para sentir la experiencia de abismo desconocido. Nada como ver el vídeo.
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Añadido a fecha de 10 de septiembre de 2015.
Como ya apunté cuando redacté el artículo al comenzar la exposición de Junio, la exposición de Kapoor en Versalles había comenzado con demasiada polémica y no necesariamente por su valor artístico. En los tres meses que lleva su escultura "estrella", Esquina Sucia (Dirty Corner), en los jardines del palacio ha recibido dos ataques vandálicos con pintura. El primero se limitó a ensuciar la obra con pintura amarilla (junio), pero el segundo, el más reciente (5 de septiembre), es un conjunto de pintadas racistas y antisemitas. Un acto de estupidez y de violencia contra la cultura.
Excelente blog, lo he encontrado buscando artistas e instalaciones y la información me ha sido de gran ayuda.
ResponderEliminarcreo que soy una gran escultora, y Kapoor es una de mis influencias, desafortunadamente no tengo el financiamiento para hacer esculturas monumentales, quisiera poder demostrar lo que puedo hacer, pero en este país es imposible,el manejo del fibra de vidrio , la resina y los cauchos de silicona son mi fuerte viendo lo que el hace me hace soñar en lo que algún día podría llegar a hacer.
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