Quién visite Berlín no puede perderse la visita al Reichstag y, sobre todo, subir hasta lo más alto del mismo y pasear por la cúpula transparente de Norman Foster, una impresionante creación arquitectónica y uno de los más espectaculares edificios creados en la nueva ciudad.
El edificio antiguo del Reichstag.
La sede del Parlamento alemán (1884-94) fue uno de los ejemplos más imponentes de la arquitectura de la época del káiser Guillermo. Su arquitecto, Paul Wallot, creó un suntuoso edificio de estilo neobarroco de 137 metros de longitud y 97 de anchura que pretendía exaltar la grandeza y fortaleza del renacido Imperio Alemán, proclamado en 1871 en Versalles. De él destacaba su portada cual un templo hexástilo con una escalinata de acceso y su cúpula, una estructura que coronaba la sala de plenos con una estructura de acero y cristal, el orgullo de la ingeniería germana.
El palacio del Reichstag en 1900 desde la columna de la victoria, levantada por entonces frente al Parlamento.
En 1933 sufrió un terrible incendio, pero su casi destrucción tuvo lugar durante los bombardeos y los combates con el ejercito soviético durante abril del año 1945. Al acabar la guerra el edificio no fue inmediatamente restaurado, había quedado justo en el lado occidental pero justo en la línea que separaba los dos berlines y no se sabía que hacer con él. Los restos de su cúpula fueron dinamitados en el año 1954. A partir de 1961 el edificio albergó la Dependencia Berlinesa de la Cámara Baja del Parlamento Alemán así como un museo.
El Reichstag destruido en el año 1945.
Tras la unificación de Alemania, en 1991, se decidió que el edificio del Palacio del Reichstag albergaría de nuevo la sede de la Cámara Baja del Parlamento o Bundestag y, por tanto se restablecería en él la sede del poder legislativo alemán.
El proyecto de Norman Foster.
En 1993 se convocó un concurso público. Los criterios de selección eran básicamente claridad, economía y una planificación ejemplar desde el punto de vista de la tecnología energética. Un edificio digno, que aunara la tradición con los valores y compromisos con la democracia de una nueva Alemania. El vencedor del concurso fue el inglés Norman Foster, uno de los más renombrados y reconocidos arquitectos del momento.
Dos imágenes aéreas del Reichstag. La de arriba es justo antes de comenzar los trabajos de adaptación. El edificio aparece sin cúpula. La de abajo es del edificio terminado hacia 1999.
Foster (nacido en Mánchester en 1931) ya había obtenido reconocimiento internacional por sus diseños inteligentes que combinaban funcionalidad, belleza y técnica. Hasta ese momento se le conocía por sus rascacielos gigantes y elegantes, destacando el del Hongkong and Shanghai Bank de 180 metros de altura en Honkong (1979-86), al que siguió el de la central de la Commerzbank de 258 metros de altura en Francfort del Meno (1994-97). Con el edificio del Reichstag cambiará de registro y demostrará que además era un arquitecto respetuoso con el pasado y comprometido con las soluciones ecológicas.
Norman Foster. Rascacielo Commerzbank en Francfort, 1997.
Para llevar a acabo su proyecto, eliminó todas los añadidos posteriores a la obra de Paul Wallot, con la intención de conservar la esencia de la obra neobarroca. No obstante, durante el transcurso de los trabajos de reconstrucción fueron hallados grafittis de los soldados rusos que ocuparon el Reichstag en 1945, que se conservaron y se dejaron a la vista de los visitantes (sólo se borraron aquellos de contenido racista o sexista) como una muestra de que Alemania se había convertido en una sociedad extraordinariamente abierta y progresista, que reconoce sus historia.
El proyecto original de Foster era construir un tejado con forma de dosel o baldaquino que rematara el edificio. La Cámara lo rechazó y presionó al arquitecto a que modificara el diseño del tejado. En 1995 Foster presentó su diseño definitivo, que satisfizo a los diputados, con una cúpula de cristal transitable y accesible al público que se encuentra ubicada justo encima de la Sala de Plenos.
Muchos fueron los trabajos de remodelación del Reichstag que comenzaron en junio de 1996. Se retiraron 45.000 toneladas de escombros de antiguas estructuras añadidas y se levantó una nueva estructura encima de la vieja. Se le añadió una tercera planta para sala de prensa, despachos y restaurante, sólo visible desde el interior. Las alas norte y sur, correspondientes aproximadamente a dos tercios del edificio, se respetaron como testimonio histórico y solo se sanearon de forma superficial.
Palacio del Reichastag. Uno de los patios interiores.
Foster respetó que en el centro del edificio se situara la sala de plenos que fue modificada para que la presidencia de la cámara estuviese situada en la parte oriental, como en los primeros años. El antiguo salón estaba diseñado rimbombante, reflejando la naturaleza de la era imperial. La reconstrucción ofrece, en cambio, un sentimiento mucho más democrático, como lo demuestra el diseño de la cámara de debates, tan funcional. Incluso los asientos son deliberadamente incómodos. También buscó un efecto simbólico en la disposición de las sillas giratorias, que forman un espacio ultrasemicircular frente a un águila gigante que forma la presidencia, junto con sus alas y los asientos centrales.
En el edificio se emplearon materiales como hormigón, cristal y acero; en el antiguo se habían empleado sobre todo piedras caliza y arenisca de tonos claros y cálidos. Se revisó el cromatismo de los interiores, utilizándose una gama de 9 colores para diferenciar las distintas áreas. También se instalaron en las habitaciones paneles de madera de colores muy intensos, lo cual fue considerado problemático a la hora de exponer obras de arte.
Vestíbulo principal de entrada, presidida por una gran bandera y techada por el cristal que lo ilumina.
La cúpula trasparente.
La cúpula es la pieza central que sin duda más fascina y cautiva los sentidos por varias razones:
1.- Por su tamaño y aspecto. Es una gran construcción que, a pesar de parecer etérea, utilizó en su construcción 813 toneladas de acero para su estructura y 3.000 metros cuadrados de cristal para la cubierta, en total un peso de 1.219 toneladas sustentada por doce finos pilares de hormigón armado. Posee un diámetro de 40 metros y una altura de 23,5 metros.
La cúpula de Foster se eleva como el casco de un un caballero teutónico moderno.
2.- Por su accesibilidad. A través de un amplio ascensor se llega hasta el tejado del edificio. Esta superficie es transitable y se puede obtener desde allí una excelentes instantáneas de la ciudad. Dos puertas permiten entrar en el interior de la cúpula donde en el centro se muestra una exposición de fotografías de la construcción del edificio.
Los visitantes están mirando la exposición circular de fotografías. La foto está sacada desde una de las rampas. Al pie de la columna, los cristales que techan la sala de plenos.
Allí, dos rampas situadas en extremos opuestos permiten subir o bajar a un mirador. Si solicitamos una audioguía (gratuita y en varios idiomas, también en español) podemos ir ascendiendo por la rampa acompañados por una descripción de las vistas de la ciudad que tenemos en cada momento.
Las rampas y los espejos permiten además hacer fotos graciosas de los visitantes. A la derecha la rejilla que corta los rayos de sol directos sobre los espejos.
3.- Por su luminosidad. La cúpula está proyectada para iluminar su interior y la sala de plenos, a través de un sistema de 360 espejos múltiples. Un cono o una gran columna central sostiene estos espejos ya al estar inclinados reflejan la luz natural a la cámara parlamentaria durante el día. De esta manera, el sol es aprovechado hasta hasta cuando el sol está cercano al horizonte. Una cubierta protectora sigue el movimiento del sol electrónicamente para bloquear los rayos directos del sol que puedan molestar la visión en la cámara. Durante la noche, los espejos reflejan la luz artificial de la sala hacia arriba para iluminar la cúpula como un faro.
La cúpula del Reichastag iluminada por la noche.
4.- Por sus ideas ecológicas. Se deseaba que la remodelación del Reichstag fuese ejemplar por su respeto al medio ambiente. El edificio combina para su iluminación, calefacción y refrigeración tanto la luz solar, como las aguas termales y, por supuesto, dos motores de combustión con diésel. La cúpula, en concreto, además de dirigir la iluminación sirve de mecanismo de ventilación de la sala de plenos. El cono de la cúpula pasa al interior de la sala y recoge el aire ya usado, que es canalizado hacia la cúspide del edificio y expulsado por una abertura circular situada en el centro de la cúpula. Por el camino, este aire atraviesa un sistema que aprovecha la energía térmica residual.
La cúpula vista desde la cámara. El cono invertido sirve para iluminar y ventilar la sala de plenos.
5.- Por su mensaje simbólico. Desde la plataforma de la cúpula se puede observar la cámara de debates. Fosterestaba decidido a hacer transparente el proceso de gobierno: "Tanto real como simbólicamente. El público está sobre los miembros del parlamento que les representa. Pueden observarlos y ver la democracia funcionar."
La sala de plenos desde la cúpula. Toda una imagen simbólica.
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