sábado, 11 de octubre de 2014

IKENAGA YASUNARI. PINTOR JAPONÉS "NIHONGA". LA BELLEZA FEMENINA, UN "HAIKU".




Ikenaga Yasunari es un artista japonés cada vez más conocido en Occidente. Su espaldarazo a la fama fue la última Art Fair Tokyo de 2011 (abril), en que se vendió toda su obra expuesta el primer día. Sus cuadros representan a hermosas mujeres, cuyas expresiones y posturas sugieren una atmósfera de nostalgia. Son siempre mujeres japonesas modernas, pero tratadas con un estilo de pintura que refleja las antiguas tradiciones japonesas o "Nihonga", lo que da a sus obras una sensación atemporal. Aquí os presento un vídeo con sus últimos lienzos y  espero que su estilo os guste tanto como a mí.







Datos biográficos.

Poco sabemos de Ikenaga Yasunari: que nació en 1965 en la prefectura de Oita y que se graduó en la High School Midorigaoka Universit en 1984. Sus primeras exposiciones son de 2004.

Materiales y técnica.

Las pinturas, ligeramente polícromas, están hechas con pigmentos que obtiene a partir de minerales, conchas, corales e incluso piedras semipreciosas como la malaquita, la azurita y el cinabrio. El aglutinante es la cola de pez. Para darle más sensación de lujo incluye a veces finas láminas de plata y oro. La pintura se extiende con agua y con pinceles especiales Menso, pelo muy fino, lo que permite la calidad de detalle.

Ikenaga Yasunari, Sachiko, 2010. Pigmentos minerales, lienzo de lino, cola de pez , tinta china y oro.


Pese a que su pintura se puede definir como tradicional o "Nihonga",  Yasunari introduce algunos elementos extraños a la cultura Japonesa, que proceden de la pintura occidental. El soporte es el primer elemento rupturista de este pintor al utilizar lienzos de tela de lino, en vez del tradicional washi (papel artesanal japonés) o la seda.  También utiliza la técnica del sombreado en algunas partes de los rostros, como labios u ojos, lo que les confiere mayor volumen y expresividad, pero ésto precisamente le aparta del "Nihonga" de planos de color uniformes. Los motivos vegetales que visten o con las que se rodean sus mujeres recuerdan a los diseños de Arts & Crafts y del modernismo, evidentemente influidos éstos a su vez por la moda y la estampa japonesa del siglo XIX.

Ikenaga Yasunari. Makiko. En este detalle se puede ver muy bien el tramado de la tela y los efectos volumétricos del sombreado en labios y cejas.


Estilo. La belleza de lo efímero.

Yasunari combina el estilo artístico de las antiguas pinturas japonesas con los temas modernos.
Los principios estéticos del arte japonés están presentes en sus obras, como:
  • - Kokoro o una especial sensibilidad entre la sensación y el pensamiento racional.
  • Miyabi o estética de líneas elegantes.
  • Mono no aware o empatía hacia las cosas efímeras. Es decir, nostalgia ante la belleza de las cosas que tan pronto las ves desplegadas, como un abanico, como se pierden.
Ikenaga Yasunari. Tomoko, 2004. 33 cm x 24,5 cm.

  • Yugen o atmósfera de misterio y profundidad, algo que está suspendido entre la presencia y la ausencia. Es más una sugerencia, que un perfil acabado. Es aquello que sólo puede ser sugerido, pero no definido, es una gracia refinada y subyacente.
  • Wabi o convencimiento de que la belleza debe nacer de la simplicidad extrema, que los rostros, por ejemplo, sean serenos en busca del recogimiento interno y no reflejen gestos o sentimientos grandilocuentes.
Ikenaga Yasunari. Yu, 2010.

  • - Sabi o estética de la presencia del paso del tiempo en los objetos. Esa pátina de color sepia que tienen los cuadros que hace que pensemos que estamos ante fotografías antiguas
  • Fukinsei o búsqueda de la asimetría en las composiciones.
Ikenaga Yasunari. Natsumi, 2011.


A ello hay que añadir el toque de sensualidad y la atmósfera de ensueño que siempre tienen sus mujeres. Sus expresiones y
posturas naturales atraen necesariamente al espectador. Y tan atractivos como sus rostros son las ropas que visten con motivos florales o rayas.

Ikenaga Yasunari. Shima, 2011.


En su página web podéis seguir viendo su obra, en la que cada cuadro se acompaña de un poema sugerente ohaiku, lo que pasa que en japonés (sólo para iniciados). El poema es una invitación a la participación del lector y del espectador. Invitación a que sea él, el que le de un posible sentido a ambos, así cada uno de nosotros rehacemos su significado una y otra vez, sin determinar una única posibilidad.

También podéis ver en este mismo blog:


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