La conquista de Túnez de 1535 fue una victoria militar efímera, que sin embargo fue copiosamente ilustrada y documentada como uno de los hitos más gloriosos del reinado de Carlos V. La propaganda visual más conocida de este hecho de armas es la «crónica tejida», que la hermana del Emperador, María de Hungría, encargó al taller bruselense de Willem de Pannemaker. La serie fue de doce tapices que, salvo dos tapices desaparecidos en el siglo XVIII, se conserva hoy entre la Real Armería del Palacio de Oriente y los Reales Alcázares de Sevilla.
Tres de los tapices en los Reales Alcázares de Sevilla.
Esta serie de tapices fue la preferida de entre todas las colecciones que atesoró Carlos V, pero también fue la más costosa y la más célebre de todo el Renacimiento. Veamos porqué.
Los tapices más costosos.
La obra costó una verdadera fortuna para la época. Al pintor J. C. Vermeyen, que realizó los apuntes al natural y que luego dirigió al equipo de pintores (Gianbattista Lodi y Van Aeslst) que diseñaron los cartones, se le pagó la cuantiosa suma de 1.900 libras.
Para la fabricación de los paños se contrató al más prestigioso taller de Bruselas, el de Willem de Pannemaker. Dada las dimensiones del conjunto, cada uno mide entre 5,10-5,35 metros de alto por 7,15-10,05 metros de ancho, el maestro tapicero tuvo que subcontratar a su vez a otros siete talleres, donde trabajaron 42 tejedores en jornadas de 12 horas durante seis años (1548-54). El pago fue de una pensión vitalicia de 200 libras al año.
Jan Vermeyer como historiador y cosmógrafo presentando el mapa de Túnez. Paño I.
Al monto hay que añadirle el coste del material, ya que se emplearon, por expreso deseo del emperador, kilómetros de hilos de los más ricos que se podían utilizar en la confección: hilos de oro y plata para los brillos; sedas de Granada y finas lanas de Lyon para el entramado y los dibujos.
El proyecto completo ascendió a la suma colosal de 26.000 libras flamencas, una verdadera fortuna que hubo de ser adelantada por los banqueros imperiales.
El orgullo del Emperador.
Durante toda su vida el Emperador Carlos V manifestó su orgullo por haber dirigido “la jornada de Túnez”. Para el monarca aquel hecho, donde se puso al frente del ejército en persona y en el que incluso llegó a participar directamente en algún lance, fue una empresa especial. Por un lado, le retrotraía a otros tiempos épicos del pasado. Los panegíricos que hicieron de su persona le llegaron a aclamar como el tercer Escipión que tomaba Cartago. Sin embargo, él prefería que se le presentara como el adalid del cristianismo y de la Europa Occidental frente a la amenaza del Islam otomano.
Carlos V revista las tropas en Barcelona, Paño II. Detalle.
El tema de los tapices.
Los tapices narran la expedición que llevó a cabo en 1535 el Emperador Carlos V contra el pirata Jeireddín Barbarroja. Éste era un almirante y corsario, que servía bajo las órdenes del Sultán turco Soleimán. Durante las primeras décadas del siglo XVI mantuvo en jaque la seguridad y el comercio del mediterráneo central y occidental. Ni las poblaciones de las costas ni los barcos mercantes estaban a salvo de ser capturados y esclavizados. La pesadilla se multiplicó cuando en agosto de 1534 tomó la ciudad de Túnez, que pertenecía hasta entonces a Muley Hassan, vasallo del rey de España.
La toma y saqueo de Túnez, Paño IX. Detalle.
Inmediatamente, Carlos V comprendiendo el peligro y reunió una fuerza coaligada hispano-luso-italiana de 300 naves y 25.000 soldados para recuperar Túnez.
Saqueo de Túnez. Centro, Felipe de Guevara y Jan Vermeyen. Paño X. Detalle.
Para dejar constancia de los hechos se llevó consigo a cronistas como Alonso de Santa Cruz y, para que documentara del natural la campaña, al pintor flamenco Jan Cornelisz Vermeyen.
La finalidad de los tapices.
Estos tapices se crearon con una doble finalidad.
- embellecer las amplias estancias palaciegas. El destino de esta serie en concreto es impreciso, hay algunos que afirman que se hicieron para las paredes del palacio bruselense de Coudenberg y otros que para las del alcázar de Madrid.
- servir de instrumento ensalzador y propagandístico de la persona del emperador y del poder de su Estado en cualquier lugar en donde se hallase. En este sentido se sabe que fueron enviados a Inglaterra como parte de la decoración nupcial entre el príncipe Felipe y María Tudor el mismo año 1554 en que fueron acabados. Luego en los dos años siguientes presidieron distintos actos institucionales del príncipe en Amberes y Bruselas, antes de ser embarcados definitivamente para España.
Saqueo de Túnez. Paño X.
Los cartones permanecieron en el palacio de Bruselas hasta que los austriacos –que a principio del siglo XVIII sustituyeron a los españoles en el dominio de Flandes- se llevaron 10 de ellos a Viena.
Casi al mismo tiempo que se tejía la serie princeps se realizaron copias autorizadas más pequeñas, ninguna de las cuales ha sobrevivido. Sí quedan copias de las que se hicieron el siglo XVIII sobre los originales.
La narración de los hechos y el estilo.
La serie ofrece en formato panorámico la narración de los hechos más significativos que ocurrieron entre Mayo y Agosto de 1535.
La intención de Carlos V fue que los acontecimientos se plasmaran de forma realista, de ahí el deseo de que asistiera a la campaña un pintor como Vermeyer, que unía su calidad de artista y el oficio de topógrafo.
Carlos V revista las tropas en Barcelona, Paño II. Al fondo la ciudad y Montjuic. Detalle.
Son veraces tanto los paisajes como las acciones de armas. En el tapiz número 2 podemos contemplar las vistas de Barcelona y Montjuic; y en los restantes los paisajes de la bahía de Túnez y con sus fortificaciones y sus ruinas de los acueductos que suministraron agua a la antigua Cartago.
Salida del enemigo de La Goleta, combates con acueducto. Paño VI. Detalle.
Estos tapices nos permiten hacer una reconstrucción de los pertrechos militares y de las tácticas de los dos ejércitos, que a su vez estaban compuestos de tropas muy dispares (españoles, alemanes, italianos, portugueses, moros, jenízaros).
Salida del enemigo de La Goleta, combates con la bahía al fondo. Paño VI. Detalle.
Tampoco se enmascaran los truculentos sucesos ocurridos, como la costumbre del ejército turco de cortar las cabezas a sus enemigos, ni el saqueo que sufrió la población de la ciudad por parte de las tropas imperiales.
Fragor de la batalla. Cabezas cortadas. Tapiz n º VI. Salida del enemigo de La Goleta.
Estos son exactamente los episodios narrados en los 12 tapices:
1- El Mapa cartográfico de Túnez, que emplazan los sucesos.
2- La Revista de las tropas en Barcelona el 30 de mayo.
3- El desembarco en La Goleta el 16 de Junio.
4- El asedio a la fortaleza de La Goleta.
5- El combate naval ante La Goleta.
6 - La salida del enemigo de La Goleta.
7- La toma de la Goleta.
8- La batalla de los pozos de Túnez (Perdido en el siglo XVIII).
9 y 10- La conquista y saqueo de Túnez durante tres días a finales de julio, por la acción conjunta del ejército y de cerca de 20.000 cristianos cautivos sublevados en la alcazaba.
11 - El ejército acampa en Rada (Perdido en el siglo XVIII).
12- Reembarque del ejército en La Goleta.
La toma y saqueo de Túnez, Paño IX. Civiles apresados. Detalle.
La victoria no paró en absoluto las incursiones de Barbarroja. En años sucesivos capturó Otranto y la isla de Corfú a los venecianos (1537). En 1541 Carlos I en persona asediará infructuosamente Argel. Y en 1574 los turcos recuperarán Túnez y La Goleta.
Gracias a este blog me he documentado sobre todo lo expuesto de estos tapices, con el placer y ampliación de conocimientos que supone, para un antiguo estudiante de historia que no disponía de estos medios tan estupendos para el estudio, en sus años 80 y 90. Gracias a su autor.
ResponderEliminarGracias a ti por ser tan amable por dejar tu comentario. Estoy contigo, que hubiéramos dado cuando estudiábamos la carrera por tener a disposición el mundo en un click... pero también tenía lo suyo el rebuscar en enciclopedias para encontrar la imagen que nos faltaba. Era un esfuerzo en el que se aprendían muchas otras cosas por el camino.
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